Friday 29 de March, 2024

EMPRESAS | 22-04-2023 08:00

La batalla del tiempo

La pandemia aceleró los tiempos de la digitalización en las empresas y generó la necesidad de encontrar nuevas formas de gestión.

Un jefe preocupado porque no llega a los resultados, elimina de golpe el esquema híbrido y obliga a todos los colaboradores a volver a las oficinas. Es el mismo que se queja en Recursos Humanos porque no consigue reemplazar las vacantes en la empresa.

Cuentan los analistas de empleo que la primera pregunta que hacen los candidatos en una entrevista laboral es: ¿cuántos días de trabajo remoto voy a tener? Si la respuesta es ninguno, automáticamente los interesados terminan la comunicación.

Un CEO de una compañía local pierde la paciencia, al tener dificultades en conectarse por video con su equipo y exige que todo el mundo vuelva a la presencialidad y a lo sumo permite un solo día de teletrabajo por semana.

Elon Musk compra Twitter y obliga a sus empleados a volver a la presencialidad y al que no le gusta, que se vaya. Un gran número de colaboradores renuncian casi instantáneamente.

Así la presión de la presencialidad y sus consecuencias avanzan en todos los órdenes.

Pasada la pandemia, hay una tendencia en las organizaciones a la vuelta a la presencialidad, con pretextos de baja de productividad, necesidad de más control. Los líderes actúan como si el tiempo de la virtualidad hubiera sido simplemente una pausa, desconociendo así, los cambios profundos que ha generado en los colaboradores las nuevas formas de trabajo.

Casos. Una encuesta global realizada por la consultora EY a mediados de 2022 indica que el 64% de los colaboradores consultados piensan que la productividad se incrementó trabajando en esquemas híbridos mientras que solo el 41% de los líderes opinan en forma similar.

Otro estudio más reciente de Microsoft marca que el 87% de los trabajadores consultados opina que son productivos mientras que solo el 12 % de los líderes piensa lo mismo. El mismo estudio indica que un 85% de los líderes consultados ha dicho que el cambio hacia el trabajo híbrido les produjo el desafío de confiar en la productividad de sus colaboradores mientras trabajan desde sus casas.

La paradoja es que por otro de los datos extraídos del análisis de la plataforma Teams de la misma empresa, indica que las reuniones por teleconferencia se han incrementado en un 153%, que un 46%de las reuniones se agendan con solapamiento con otras reuniones, y mientras estás se producen el 42% de los participantes realizan actividades de multistasking.

Indicadores que acompañan el crecimiento del síndrome del “burn out” en estos tiempos post pandémicos y puso el tema del bienestar en el tope de la agenda del área de gestión de personas.

La post pandemia trajo una disputa por el aprovechamiento del tiempo propio de las personas ya que el 75% de los que viven a más de media hora de distancia del trabajo prefieren el trabajo remoto.

Balance. Por otro lado, el trabajo híbrido presenta algunas ventajas, un reciente estudio de la consultora global Accenture indica que cuando las empresas logran implementar correctamente el trabajo híbrido tienen una ventaja competitiva de un 11% sobre sus competidores y el profesor de Stanford y especialista en trabajo remoto Nicholas Bloom indica que el beneficio del trabajo híbrido puede representar para los trabajadores el equivalente a un 8% de incremento sobre sus salarios.

El mundo de trabajo híbrido es un emergente de un fenómeno complejo como fue la pandemia, es producto del choque del mundo analógico con el mundo digital que aceleró los procesos de digitalización y ha producido transformaciones significativas en nuestra forma de trabajar.

Se ha instalado en las empresas y todo indica que no tiene vuelta atrás. Según los datos aportados por Bloom en Estados Unidos, un 28% de la fuerza laboral trabaja en forma híbrida y un 12% en forma totalmente remota, datos que en forma similar se reflejan en los países de América latina.

Una organización con al menos un 40% de la población trabajando a distancia implica todo un desafío que requiere transformar los procesos, la cultura y el liderazgo de una compañía

En un mundo donde el talento aprendió que puede elegir la ocupación, que es capaz de trabajar desde su casa para cualquier lugar del mundo y en el que además no es necesario perder entre una y dos horas por día viajando a la oficina; la exigencia de la vuelta a la presencialidad sin un propósito claro puede ser suicida para muchas compañías.

Uno de los problemas que se observa es que las empresas evitaron transitar las transformaciones culturales necesarias y enfrentan el nuevo mundo con paradigmas antiguos con jefes que carecen de las herramientas adecuadas para este nuevo entorno. Esto genera líderes desconcertados que complican aún más la situación.

En épocas donde la tecnología avanza a pasos agigantados y la sociedad está viviendo profundas transformaciones. Las empresas deben necesariamente replantearse su liderazgo, desechar creencias que hoy resultan perimidas y mostrarse flexibles al cambio.

Elegir el camino más fácil muchas veces conduce a malos resultados. El trabajo híbrido exige una transformación en la cultura, los procesos y nuevos liderazgos. Demanda a las organizaciones y a sus líderes, flexibilidad, empatía, horizontalidad y aprendizaje continuo.

Hoy se requiere generar espacios de conversaciones, donde líderes y colaboradores puedan acordar las nuevas formas de trabajo, explicitar el propósito del para qué de las cosas, donde queden claro los objetivos y se defina cuándo es necesario la presencialidad y cuándo no, cuándo se puede recurrir a lo asincrónico, así como las formas de comunicarse, la toma de decisiones, las reglas no negociables, los rituales y artefactos que se van a instalar parar asegurar un entorno psicológicamente seguro donde todos puedan dar lo mejor de sí.

Se desarrollaron muchas herramientas y metodologías para ayudar a los líderes a generar estas conversaciones y facilitar esta transición. Depende de las organizaciones elegir los atajos que sólo conducen a convertirlas en un triste recuerdo o animarse a dar el paso al nuevo mundo.

# Gabriel Pereyra es CEO de Modobeta y autor de Liderazgo en Clave Digital. Una historia en MODOBETA.

por Gabriel Pereyra

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