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EN LA MIRA DE NOTICIAS | 02-10-2020 13:53

La increíble prehistoria del yuan

Cómo nacieron los primeros billetes de la historia mundial, ideados por el imperio chino para controlar sus fronteras y la fuga de capitales.

La humanidad le debe el invento del billete a la civilización que también trajo la imprenta: los chinos. Se cree que entre el primero y segundo siglo antes de Cristo, gracias al brillo visionario de Tsai Lun, un consejero eunuco del emperador al que también se le atribuye la creación del papel, se imprimió el primer billete, de la corteza de un árbol de moras –de allí también se alimentaban las orugas para fabricar seda-. Los billetes -tatarabuelos de los yuanes de hoy- llevaban el sello del emperador y ese aval era suficiente para considerarlos equivalentes a las monedas. Gracias a la circulación de dinero en papel, la actividad comercial y la recaudación de impuestos se facilitaron enormemente en el imperio chino.

La irrupción del billete, eso sí, fue forzosa: el gobierno confiscó el oro y plata de los súbditos, y les dio, a cambio, dinero impreso. Aquel que protestaba, era castigado. La imposición corría para locales y extranjeros. Si uno llegaba como viajero a China, en el siglo XIV, debía dejar el oro y la plata a un lado, y aceptar billetes del emperador a cambio. De ese modo, todo el oro y plata quedaba en manos del emperador al menos hasta que el viajero abandonara los límites territoriales chinos.

El empleo del papel también resultaba vital a la hora de asentar registros de los movimientos de dinero en libros contables del banco oficial, que controlaba así el movimiento económico del reino. La prohibición de comerciar directamente con dinero metálico construía, además, una barrera de protección contra las turbulencias financieras externas, lo que hoy llamaríamos capitales golondrina. El billete chino solo valía puertas adentro, y los metales preciosos que venían de afuera solo podían tener valor de compra si eran canjeados por papeles chinos.

A pesar de la rígida imposición del papel moneda, los viajeros aseguraban que China era la nación más segura para los comerciantes. Sin oro ni plata a la vista, y con un registro fidedigno de rostros de cada extranjero que llegaba al país para monitorearlos de cerca –el primer identikit de la historia-, rara vez se cometían robos y la mercadería viajaba a salvo de un lado a otro del reino. Seguridad vs. Libertad, la problemática ecuación acompaña la historia del dinero desde el principio de los tiempos, y lo sigue haciendo incluso hoy, en la era de las criptomonedas y de los modernos yuanes, la divisa de emergencia a la que se aferra el Banco Central argentino.

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Silvio Santamarina

Silvio Santamarina

Columnista de Noticias y Radio Perfil.

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