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EN LA MIRA DE NOTICIAS | 13-07-2020 11:50

Vidal lanza el macrismo asintomático

Recuperada de su convalescencia indolora por Covid-19, la exgobernadora busca un equilibrio imposible en el nuevo pico de la grieta.

Recién liberada del contagio de Coronavirus, María Eugenia Vidal inicia su nueva etapa política como macrista asintomática. Su eterna postura moderada, que tanto le rindió en su debut electoral, la deja ahora expuesta al fuego amigo. Tanto el ala dura de la dirigencia PRO, como la tribuna macrista que destila furia anti K en redes sociales y en banderazos libertarios, se quejan de la tibieza de la exgobernadora bonaerense ante la mal llamada “infectadura”. Es como si parte del electorado potencialmente opositor se hubiera apropiado, paradójicamente, de la estigmatización kirchnerista contra Vidal, a la que llaman “Heidi”, “Hada Buena” y hasta figura “virginal”.

A esta altura del incierto panorama nacional, no está nada claro si la tibieza de Vidal es una desventaja o un gran activo para su futuro electoral. Veamos la situación de sus colegas de Juntos por el Cambio. En el arranque de la última semana de cuarentena dura, Horacio Rodríguez Larreta se junta con Axel Kicillof por la mañana, y por la tarde los legisladores de la principal coalición opositora deciden si se juntan o no con Alberto Fernández para iniciar el diálogo poscuarentena. Los intendentes Jorge Macri y Néstor Grindetti ya se sacaron la foto con el Presidente, condicionados como Larreta a llevarse bien con Olivos para garantizar la gobernabilidad de sus distritos en plena emergencia sanitaria y financiera. A diferencia de todos ellos, Vidal no necesita arriesgarse a ser asfixiada por el abrazo del oso oficialista.

Pero tampoco le interesa a Vidal quedar pegada a la banda de los halcones PRO. Patricia Bullrich carga con la mochila inflamable de jefa de los “odiadores” que señala el Gobierno, seguida de cerca por Elisa Carrió y sus cataclismos anunciados. Al mismo tiempo, la cúpula del espionaje macrista desfila por los tribunales, mientras Mauricio Macri se asoma a la agenda pública para testear la vigencia de su liderazgo, aunque corre el riesgo de recibir los cachetazos políticos por una crisis económica que, en buena medida, todavía tiene las marcas de sus huellas digitales.

En ese tembladeral que atraviesa el elenco opositor, el equilibrismo macrista asintomático de Vidal tal vez resulte la estrategia más segura para llegar con chances a las legislativas del próximo año electoral que, por efecto de la pandemia, está arrancando antes de tiempo.

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Silvio Santamarina

Silvio Santamarina

Columnista de Noticias y Radio Perfil.

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