Wednesday 18 de September, 2024

ESPACIO NO EDITORIAL | 21-08-2024 10:21

Ariel Goldvarg: Miedo a hablar en público

Cómo transitar el camino desafiante de la exposición y mantener nuestra naturalidad y fluidez.

Hablar en público está considerado como una de las experiencias más traumáticas y estresantes del ser humano. Sin embargo, también es importante reconocer que es uno de los recursos más poderosos para darnos a conocer, liderar y generar espacios de influencia en otros.

Mas allá de los orígenes o razones de este miedo, fundado o infundado, resulta útil considerar algunos mitos y creencias que nos pueden ayudar a entender mejor el desafío de exponernos en público y lograr sumarlos o integrarlos para hacer más liviana y fácil nuestra tarea.

El primer mito es considerar que hablar en público es para gente extrovertida. Si bien puede ser que haya personas con mayor facilidad, lo cierto es que exponernos no es cuestión de perfil (introvertido o extrovertido) sino de propósito. Lo que nos mueve a lograr mayor seguridad es la práctica y la experiencia. Esto es irreemplazable y no negociable. Aquellos que se entrenen en este arte sin duda tendrán mayores chances de lograr impacto y contundencia en sus mensajes. Entonces, es cuestión de definir objetivos, buscar asistencia y animarnos a ir ganando confianza de a poco.

El segundo mito es la creencia de que el problema de la exposición es emocional. Si bien el miedo es una emoción, el problema más grande no es emocional sino atencional. El miedo nos distrae de lo importante (o sea, nuestro mensaje) y pone el foco en el peligro y la amenaza que se ven reflejadas en nuestra voz temblorosa o en el cuerpo. El recurso aquí es trabajar nuestra concentración. Fortalecer nuestra mente para evitar las distracciones que produce el miedo. Existen muchos ejercicios para lograr mayor concentración. Generalmente los cálculos matemáticos, ejercicios de mnemotecnia y/o juegos que requieran nuestra concentración, son recursos muy útiles que nos pueden ayudar.

Ahora bien, si miramos con detalle, también podemos darnos cuenta que detrás del miedo hay una cuestión de confianza. A mayor confianza, menor será el miedo y viceversa. Para abordar este tema, suelo enfocarme en las cuatro grandes confianzas que trabajo en el modelo de Oratoria Consciente. Una de ellas, tiene que ver con el contenido. En tanto yo confíe que dispongo de la información y el conocimiento necesarios, menor será el miedo a exponerme. La segunda confianza tiene que ver con la forma. O sea, los recursos que yo disponga para transmitir mis mensajes (ritmos, tonos, corporalidad, ejemplos, anécdotas, etc). El trabajo con esta confianza implica investigar y sumar mayor cantidad de recursos para enriquecer las presentaciones. En tercer término está la confianza en el contexto. Esto implica dominar el formato (virtual, presencial, individual, grupal, etc) como así también disponer de recursos para manejar diferentes audiencias. Por último, está la más importante de las confianzas que tiene que ver conmigo. Es mi identidad. El Yo. Esta es una confianza que surge de la consciencia de mis recursos, la validación personal y la autenticidad.

La combinación y la articulación de estas cuatro confianzas nos dará el equilibrio necesario para poder comunicarnos de manera más natural y fluida. El miedo puede estar. Siempre estará de una u otra forma. Es una emoción vital y necesaria, al tiempo que nos avisa que hay cosas para trabajar aún. En la medida que podamos tomar al miedo como aliado, sin duda tendremos muchas más chances de trascenderlo, disolverlo o al menos, articularlo. 

Ariel E. Goldvarg

Executive Coach & Speaker Trainer

Instagram:  @arielgoldvarg

Web: www.arielgoldvarg.com

WhatSapp: +54911-5633 3941 

Bs As, Argentina

YouTube: @ArielGoldvargCoach

por CEDOC

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