Sunday 19 de May, 2024

ESPACIO NO EDITORIAL | 03-01-2024 10:49

Creer en uno mismo para crear

“No permitas que nunca nadie te diga lo que vales. Tú eres el único capaz de saber tu propio valor.” (Muhammad Alí)

Bonita frase y sin embargo, ¿en cuántas ocasiones dejamos que nuestro valor lo pongan otros? Y no sólo en lo profesional sino a veces, también en lo personal. ¿Te ha dicho alguien muy próximo, quizá hasta de tu familia: “Deja de intentarlo, eso es para otros, nunca lo vas a lograr”? Y así, ahora ni cantas, ni escribís, ni bailas, ni seguiste con las matemáticas o renunciaste a ser arqueólogo o …

Nos aman, y sin embargo, nos etiquetan. Y hay etiquetas que empoderan, pero hay otras que nos deforman porque es casi como que nos obligan a pasar por un tubo que nos estrecha o nos queda grande o … Simplemente solo las compramos para poder encajar. Encajar en las expectativas de los que dicen amarnos.

Cuántas horas de terapias te habrías ahorrado simplemente si te permitías hacer realidad tus sueños, imagínate vivir sin nadie que pinchara tu burbuja, contando con el soporte para aprender lo que necesitabas para alcanzar esos sueños y apoyándote en otros si te caías. ¡Cómo sería crecer con personas que te enseñaran a confiar en vos mismos, y así convertirte en creador de tu mundo!… Tampoco los culpemos a ellos, nadie supo enseñarles a hacerlo, y fue más cómodo repetir lo conocido que desafiar lo nuevo.

Creo que hay una raza especial, compuesta por los que nos llamamos “emprendedores”. Somos esos que estamos dispuesto a saltar del sillón, a desvelarnos, esos que vivimos cada proceso de creación conectados con nuestros talentos, que nos animamos a mirar dentro y desde ahí, construir nuestra propuesta de valor que sabemos será única, porque todos somos únicos y le pusimos nuestra impronta.

Sacar adelante un emprendimiento es un proceso artesanal, que más allá de una metodología para encontrar tu nicho de mercado, tu elevator pitch y otros tecnicismos, va a tener éxito si invertimos en nosotros mismos, en elevar nuestra consciencia para evitar que nuestras creencias limitantes nos frenen, para que lo que dicen los otros (incluso los expertos) nunca dirija nuestro proyecto, y para que el éxito provenga de aportar nuestra semilla para agregar valor, creando un mundo mejor.

Es que lejos de haberlo leído en un libro, lo experimentamos en carne propia. Es por eso que nos sentimos confiadas en hablar desde la autoridad que nos da la experiencia de emprendedoras, de haber emprendido y fracasado. Y hacerlo varias veces…. Aprendimos que un factor fundamental es “desde dónde hacemos” y cuando emprendimos “motivadas” por la obligación, como un medio para sobrevivir, porque era la única posibilidad que veíamos, lo único que hicimos fue justamente sobrevivir. Cuando logramos cambiar nuestro chip, el “desde dónde”, revisando y modificando nuestro cuento, y contactamos con una motivación auténtica, que venía de nuestra esencia pura, los resultados que creamos fueron abismalmente diferentes.

Salir del modo supervivencia significa tomar coraje y mirarnos con mucha humildad y amor. Es a veces, justo ahí, en ese camino hacia dentro que descubrimos que nos perdimos en el laberinto de los “debería” (“Debería” de hacer, “debería” de conseguir, “debería” de sentir, “debería” de haber dicho, …) y con el afán de cumplir las expectativas de todos los demás, hasta del mercado, nos terminamos alejando de la materia prima, del corazón del emprendimiento que somos nosotros mismos.

¿Cómo sería sacarnos, como capas de cebolla, partes de lo que ni siquiera somos?

Estamos viviendo uno de los más grandes momentos de cambio en la historia de la humanidad, que nos invita a soltar el ego, los apegos y todo aquello que nos da una incómoda seguridad, pero seguridad, al fin y al cabo. Y es justamente por eso que seguimos aferrados, aferrados a proyectos que dejaron de tener sentido, a socios que tienen otras prioridades o a clientes que abusan de nosotros. Y ¿sabes? Eso solo asegura seguir en la “rueda del ratón” donde el desencanto, el estrés, la frustración, el dolor y la sensación de fracaso nos gobiernan.

Porque en el proceso de encajar, nos vamos tensando, haciendo malabares con el tiempo, las tareas, las relaciones, malabares de todos los tipos y formas.

¿Y dónde queda disfrutar de la vida, disfrutar del proyecto que elegimos?

También puede ser un gran momento para tomar consciencia de si, en vez de elegirlo, fue él el que nos eligió. Nos dejamos llevar, pero realmente sentimos que es por otro lado. Es momento de parar y escucharnos.

Te invito a que escuches tu cuerpo, le des prioridad porque él tiene muchas de las respuestas que andas buscando. Si te sentís en un momento de duda, donde parecen que todos los caminos se cruzan y bifurcan… tené presente que como es adentro, es afuera… y que es tu propia confusión proyectada en tus resultados, lo que estas observando. Puede incomodar escuchar esto… pero así funciona el cerebro. Es una ley universal y se llama correspondencia.  Aclarando tu mundo interior, todo lo que está afuera se acomoda. Si desconoces cómo hacerlo, pedí ayuda. Con otro siempre es más fácil y más rápido.

Recordatorio: Nuestro poder personal está en nuestra conexión con nuestra sabiduría interior, con la divinidad que todos llevamos dentro.

¿Te animas a escucharte?

Jackie Delger

Neuropsicoeducadora&Coach

Lnk  IG @jackiedelger

por CEDOC

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios