Sunday 23 de March, 2025

ESPACIO NO EDITORIAL | 15-03-2025 08:00

Ricardo Brusasca: El autocontrol emocional en instituciones financieras

En el mundo financiero, donde la presión es constante, el autocontrol emocional se convierte en una herramienta estratégica. Un liderazgo estable y enfocado no solo mejora la toma de decisiones, sino que también impacta en la productividad y la reputación de la institución.

Reputación

Hay mucha teoría, y en la teoría todo puede sonar ideal. Pero pasando a la realidad, mi experiencia me ha llevado a observar un punto crucial, un distintivo muy importante en cuanto al manejo emocional a nivel de liderazgo.

Por un momento, imaginemos el costo que debe pagar un Banco o cualquier institución financiera cuando su liderazgo –aquellos que toman decisiones y dirigen Equipos- carece de Inteligencia Emocional. Algunos estudios han descubierto que los más tensos y exigidos por las presiones de trabajo, obtienen el peor rendimiento en sus sucursales o áreas de gestión.

Por otro lado, quienes se mantienen más “estables y enfocados” y bajo las mismas presiones, logran resultados mucho mejores en ventas y rendimiento. Digamos, con una diferencia importante en cuanto al resultado.

¿Por qué ocurre esto? Porque el estrés mal gestionado lleva a tomar decisiones impulsivas.

Por eso, es clave reflexionar sobre los costos emocionales mal manejados. Y particularmente en una institución financiera, en donde la reputación está en juego.

Es que en la medida que estos líderes o gerentes den cabida a “impulsos” en sus decisiones y se distraigan con pensamientos emocionalmente impulsados, tendremos menos atención en la mente operativa, en la mente funcional. Y es un hecho: cuando nuestras emociones nos sobrepasan, nuestra mente pierde foco y no podemos estar completamente atentos a lo que realmente importa.

Además, el costo de esa impulsividad y la distracción les quita la capacidad de aprender y adaptarse.

Así que atención con los estados emocionales desenfrenados. En estas épocas, con una economía global a pleno, será fundamental una cuota de sutileza emocional y evitar sobresaltos innecesarios.

El costo emocional de ser reactivo no es menor. Y tener control sobre nuestras emociones se convierte en una herramienta clave.

También es cierto que el lugar de trabajo es, en el aspecto emocional, un lugar especial, un espacio único, diferente del resto de la vida.

Digo esto porque en el ámbito de amigos o familia podemos ir con todo, incluso lo que nos pasa en el corazón. Distinto a lo que ocurre en un lugar de trabajo, en donde tenemos algunas reglas.

Sugerencia: nos irá mejor con el autocontrol emocional, que es la base del efecto, manejando con tranquilidad situaciones de estrés o, quizás, defendiéndonos de hostilidades sin devolver golpes.

Impacto

Puedo decir con conocimiento que, en un banco o institución financiera, el autocontrol emocional es más que una habilidad personal: es una herramienta estratégica.

Es que estas organizaciones operan en entornos de alta presión, donde las decisiones rápidas y acertadas pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Sin un manejo adecuado de las emociones, los líderes y colaboradores corren el riesgo de actuar impulsivamente, lo que puede generar errores costosos y afectar tanto la productividad como las relaciones interpersonales.

Como ya he explicado anteriormente, un gerente que carece de autocontrol emocional puede reaccionar de forma precipitada frente a una crisis, tomar decisiones financieras apresuradas o transmitir su estrés al equipo. Esto no solo afecta el rendimiento operativo, sino también la moral del grupo, creando un círculo vicioso que reduce la eficiencia global de la organización. Por el contrario, quienes dominan sus emociones mantienen la calma, incluso en momentos de alta tensión. Este enfoque no solo favorece decisiones más estratégicas, sino que también genera confianza entre los equipos y los clientes.

El autocontrol emocional también impacta en la experiencia del cliente. En un banco, donde cada interacción puede influir en la percepción del servicio, un empleado que maneja bien sus emociones será capaz de resolver conflictos de manera profesional y evitar escaladas innecesarias. Esto fortalece la relación con los clientes y refuerza la reputación de la institución.

En un contexto económico cambiante, la capacidad de gestionar las emociones con inteligencia es un activo invaluable. Invertir en el desarrollo emocional de los equipos no solo mejora el ambiente laboral, sino que también optimiza los resultados financieros, fortaleciendo a la institución frente a los desafíos del mercado.

El autocontrol emocional no es opcional, es un diferenciador clave en el mundo financiero. 

 

Ricardo Brusasca

Coach & Mentor.

@ricardo.brusasca

@seduceatupublico

linkedin.com/in/ricardo-mario-brusasca-b8817127

youtube.com/@RicardoBrusasca

Tel: 3517507461

 

 

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