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PERSONAJES | 25-11-2014 18:23

Marcelo Mazzarello: “Al imponer el grito perdimos la chaveta”

Actúa en “Viudas e hijos del Rock&Roll” y montó un unipersonal. Deseo versus queja y el poder del silencio. Tango, celos y liberación.

Analiza la vida como si estuviera subido a su tabla de surf, deporte que ama. Así, se empeña en buscar sus propias vertientes, detectar para qué lado van las olas y asumir que las riendas las tiene el mar, sin por eso dejar de hacerse cargo de que es uno quien elige la intensidad con la que va más arriba o más abajo. La comicidad de Marcelo Mazzarello puede hacer pensar que el hombre se esforzará por el chiste fácil y el histrionismo gestual. Y no. En él hay un mar de fondo, con profundidades por las que pasan cardúmenes de colores, y también oleajes atrevidos que lo levantan varios metros. Además de ser El Polaco de “Viudas e Hijos del Rock&Roll”, por Telefe, hace su unipersonal “Mazzarello no chilla”, en el Teatro El Picadero. El título de la obra nació como un juego que parafrasea al “Calavera no chilla”.

Noticias: A partir del “Mazzarello no chilla”, ¿podríamos decir que usted encarna a ese ser deseante que, al ser consecuente con su deseo, no le da lugar a la queja?

Marcelo Mazzarello: ¡Qué bien! ¡Me encantó la lectura! ¡Sí! El personaje central se hace un poco cargo de lo que soy y de lo que somos, del Yo Mazzarello y del Yo Nacional. Hacerse cargo de ese deseo es algo que nos falta a los argentinos. Somos preferentemente chillones y no asumimos que todo lo que nos ocurre es parte de lo que hacemos, que son nuestros actos los que generan consecuencias.

Noticias: Es difícil salir de la queja, ¿qué le pasa con eso en lo personal?

Mazzarello: Hay que hacer un enorme trabajo para salir de la inercia social que nos lleva a esa queja constante, en vez de a la revisión. Uno de los caminos es parar de quejarse y luego empezar a ver qué pasa. A veces es difícil hacer el diagnóstico, porque no te das cuenta de que te estás quejando.

Noticias: ¿Eso tiene que ver con el ADN nacional o con la condición humana?

Mazzarello: Esto es muy prototípico de la Argentina. Muestra de eso es la presencia del psicoanálisis en nuestro país.

Noticias: ¿El diván a veces fomenta el regodeo en la queja?

Mazzarello: Claro, eso de “la culpa de papá y mamá”, a los 47 años…

Noticias: ¿Cuándo se hizo cargo de usted mismo, de su deseo?

Mazzarello: Tempranamente, a los 25 años ponele. El no chillar fue bastante temprano. Creo que el psicoanálisis que hice de chico me ayudó a mirarme desde afuera. Eso y otro tipo de lecturas que tenían que ver más con lo oriental, empecé a leer algo de budismo, a Carlos Castaneda.

Noticias: Así como es difícil salir de la queja, también lo es entender por dónde va lo que cada uno quiere, ¿no?

Mazzarello: Claro, es un problemón, que te puede llevar la vida. A los 20 años vivía en Palermo e iba y venía en bicicleta al centro (era asistente de fotografía en la revista “Playboy”) porque no quería andar en colectivo. Ganaba el mínimo, lo usaba para comprarme un libro y era feliz. Si uno sabe estar bien con lo que tiene es mucho más probable que sea feliz, teniendo y no teniendo. En la búsqueda de tener, siempre te van a faltar cosas. Es uno de los primeros lugares para achicar la queja.

Noticias: ¿Cuándo le cayó la ficha de que su felicidad iba por la actuación?

Mazzarello: A los 17, me sumé a una obra de teatro en el colegio para perder horas de clase y las cosas que hice causaron gracia en la gente. Intenté en Veterinaria, sin demasiado énfasis. Al tiempo, hice un seminario de comicidad con Norman Brisky y dije “es esto”. Y después de haber hecho cosas como cómico me empecé a formar como actor, también por una búsqueda propia, buscando mis propias vertientes. Hay una constante de autogestión y autoconocimiento, no voy por los caminos estándares ni institucionales, aunque los respeto mucho.

Noticias: Ser el propio motor aumenta el nivel de libertad.

Mazzarello: ¡Claro! ¡La bicicleta! Aquello tenía algo de ese trabajo de autogestión, de energía, yo lo sentía como muy vitalizante aunque para otros estuviera loco.

Noticias: A los 32 años le llegó la masividad a partir de “Naranja y media”. ¿Cómo lo vivió?

Mazzarello: Ser popular de golpe fue muy shockeante. Además tengo una personalidad más bien introvertida, que se sube al escenario para hacer lo que no haría afuera. Así que me encerraba, no quería salir, me llevó muchos años salir de eso.

Noticias: ¿Se cuestionó la vocación?

Mazzarello: No dudaba de la cuestión vocacional sino del rumbo, dudé durante muchos años. Te diría que, si esto era un potro que había que amansar, lo estoy amansando recién ahora. El unipersonal es la primera vuelta que voy a darle al caballo. Antes había saltos, porque estas cosas de la televisión que se me escapaban… Había decisiones que no podía tomar. Me peleé mucho tiempo con todo eso. Me reconcilié con Coco (su personaje en “Naranja y media”) recién hace dos años. A su vez,  me estaba yendo bien en la tele pero yo sabía lo que estaba pasando en el país y que te vaya bien a vos pero no a los demás, no es feliz.

Noticias: Hace alusión a los ´90, ¿hoy cómo vive el contexto social, qué le preocupa?

Mazzarello: Creo que hay una continuidad en ese modelo de desigualdad, yo sigo viendo gente que revuelve la basura para comer y me sigue doliendo. También sigue habiendo un problema argentino que es la polaridad, el otro no es, al otro lo negamos, la opinión ajena no vale; esos grandes antagonismos de siempre. Es un momento de antagonismo y yo creo que es mentira esa polaridad, son dos iguales peleándose. No chillar es empezar a hacer un buen diagnóstico porque parte de esa polaridad es que parecería que el otro tiene la culpa de lo que me pasa… entonces empecemos por decir qué es lo que yo no estoy haciendo bien y a mirar del otro lo que sí está haciendo bien. Hay reglas universales de sentido común, a las cuales sería bueno que nos llamáramos.

Noticias: ¿Cuál es el sentido común que falta?

Mazzarello: Todo (risas), yo creo que hay negación de las cosas; los pobres están escondidos debajo de la alfombra, están tapados.

Noticias: ¿Quién los tapa?

Mazzarello: El INDEC, para empezar. Debería haber un acuerdo social en decir, antes que la inseguridad, “no queremos que una parte de la sociedad esté sumergida”. Porque esa es la primera injusticia. De ahí pasamos a la justicia por mano propia, de los dos lados: “Yo no tengo, te lo saco”, “Ah, me lo sacás, te pego un tiro”… Son dos iguales que se están peleando. Si quitás la necesidad de las cosas materiales mínimas y le das un horizonte para que valga la pena… Porque la humildad y la delincuencia no tienen nada que ver entre sí.

Noticias: Damián Szifrón dijo que si no hubiera tenido las necesidades básicas satisfechas, hubiera sido un delincuente.

Mazzarello: Qué mirada… Hay un nivel de análisis pavo, en general. Capaz que él lo dijo a modo personal, como que un chico que nace en una villa no tiene muchas más alternativas, pero termina siendo reaccionario. Para un tipo que viene a laburar todos los días, que le cobran peaje en el barrio o la policía, es un análisis tan liviano y tan ofensivo. Pero perdimos totalmente la chaveta en imponer el grito, perdimos la capacidad de escuchar, de entender que el silencio es tan importante como la palabra. En Latinoamérica charlan... hay otro voltaje.

Noticias: Por el nivel del audio y la contundencia de los dichos.

Mazzarello: Exacto, le llamo voltaje a todo, a lo que genera el discurso, es una locura social generalizada, nadie para la pelota.

Noticias: Y cuando se da cuenta de eso, ¿qué hace?

Mazzarello: Me voy a surfear para que el mar me devuelva a mi tamaño natural… Viví un tiempo en El Bolsón y una vez nos metimos en la cordillera con unos amigos y fue uno de los clicks… Había unos troncos caídos de árboles que viven mil quinientos, dos mil años. Estábamos rodeados por árboles de dos mil años que nadie veía, yo tenía 22 años… Eso me dio una dimensión real de lo que somos y de lo que dura nuestra vida, y de que aún así ese chispacito es muy importante, cada acto es muy valioso, o no. Y en este ruido que vivimos se perdió ese valor, da lo mismo, lo único que importa es que me vean (hace como si se sacara una selfie), una exposición boba.

Noticias: Ha dicho que se sentía galán y que seduce todo el tiempo. ¿Por dónde pasa la seducción para usted?

Mazzarello: El tango me enseñó mucho de la mujer y del contacto físico sin palabras. Esa seducción sin palabras vive en el cuerpo de uno y la mujer lo lee. En esta ruidosa sociedad hay mucho puesto en el verso, el chamuyo… En el tango no te conocés, se juntan los dos cuerpos, bailan y se entienden. Es un nivel de intimidad terrible, mucho más que el sexo, o al menos es una de sus formas.

Noticias: Su pareja anterior y la actual nacieron de esos encuentros.

Mazzarello: ¡Todas mis parejas! (risas)

Noticias: Su mujer, Flor Argento, es bailarina de tango y tiene una escuela. ¿Siguen yendo a bailar juntos?

Mazzarello: Sí, vamos. Por quince años fui a bailar pero no tomaba clases. Ahora estoy tratando de mejorar un poco.

Noticias: ¿No se celan?

Mazzarello: Aprendí a soltar, porque ella es bailarina y tiene que bailar con alguien de su nivel. Estoy superrelajado y si uno se libera de los celos, es más libre.

Noticias: ¿Eso lo aprendió ahora?

Mazzarello: Sí, en los últimos años, con la pareja con la que convivía anteriormente fuimos muy celosos… Dejamos de ir a bailar. En general, te ponés de novio y dejás de ir a bailar o vas a bailar con tu pareja pero hay algo que se pierde.

Noticias: Demasiada estabilidad…

Mazzarello: ¡Sí, la seguridad! ¡Para qué tanta! Si la posibilidad de la pérdida vuelve todo atractivo (risas).

por Valeria García Testa

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