Hace 20 años, el 4 de enero de 2000, Diego Maradona casi perdía la vida en Uruguay. “Tenía una crisis hipertensiva y una arritmia ventricular. Dejaba de respirar durante lapsos de cinco o seis segundos. Estaba muy grave en serio. ¡Se estaba muriendo!", recordó tiempo después Jorge Romero, el joven médico uruguayo que le salvó la vida.
Los análisis daban entonces pruebas de un alto nivel de clorhidrato de cocaína en sangre y orina. Maradona pasaría días internado, y cerca del 20 de enero sería trasladado a Buenos Aires, pero seguiría su tratamiento de rehabilitación para adicciones en Cuba.
“No quiero dejar este mundo. Voy a luchar para seguir viviendo”, dijo entonces, desde el complejo turístico de salud de La Pradera, en La Habana. Con sobrepeso, dificultad para caminar y poder expresarse, Maradona tenía un plan de tratamiento de seis meses, pero acabó viviendo en Cuba casi cinco años.
El 18 de abril de 2004, Diego ingresaba a la Clínica de Maternidad Suizo Argentina presentando "una crisis hipertensiva en un cuadro basal de miocardiopatía dilatada y posterior hipotensión arterial, que necesitó medicación y apoyo hemodinámico".
Tras 11 días internado, abandonó el sanatorio con autorización médica pero sin el alta, para iniciar un período de "recuperación domiciliaria". Sin embargo, el 5 de mayo volvió a hospitalizarse por una "transgresión alimentaria".
Tres años más tarde, el 28 de marzo de 2007, fue internado en el Sanatorio Güemes al padecer "una descompensación que no está relacionada con la adicción a las drogas", como explicaba el parte médico. Se debió a su exceso de peso.
Tras algunos años de tranquilidad y mejoría, a principios de 2012, volvió a ingresar a un hospital. Se encontraba en Emiratos Árabes Unidos dirigiendo al Al Wasl, y luego de haber acusado fuertes dolores abdominales, debió ser operado por cólicos renales.
El año pasado, en la Clínica Olivos, sería sometido a una endoscopía debido a su operación gástrica, estuvo 15 días internado y recibió el alta. Pero este año volvería a ser operado de un hematoma cerebral por su médico, Leopoldo Luque.
por R.N.
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