Todo estaba premeditado. Nada fue azar ni espontáneo. Esos famosos seis días de vacaciones, entre Semana Santa y el feriado por Malvinas, fueron el marco ideal que encontró la motosierra de Javier Milei para despedir a más de 12 mil personas y que la información se diluya entre una Ruta 2 saturada de autos, el 90 por ciento de ocupación en los puntos turísticos más importantes del país y personas que dedicaron su tiempo a ver series y a desligarse de las malas noticias que dan los noticieros.
Lo cierto fue que el miércoles 27 de marzo, último día hábil del mes, empleados públicos de diferentes áreas, municipios y provincias comenzaron a recibir entre las 20 y 22 horas, mensajes vía mail o WhatsApp donde se los informaba que habían sido cesanteados de sus cargos, ya sea porque no se le renovarían sus contratos, sus dependencias habían dejado de existir o simplemente porque el Estado había decidido prescindir de sus servicios. Un momento de shock donde los informados vivieron una noche de angustia, incertidumbre y desolación, por no saber a quién acudir. Ese miércoles, el país estaba en vísperas de un descanso prolongado y el Gobierno lo aprovechó para lograr su cometido.
Incultura
Micaela Fernández tiene 26 años, es profesora de música y trabajaba desde hace seis años en Cultura. Su primer contrato fue por cuatro años, modalidad que luego se redujo a uno pero con renovación automática. Sin embargo en diciembre le avisaron que a partir del 2024 se le renovaría cada tres meses. Ella entusiasmada firmó convencida, sin saber que estaba todo planificado: enero, febrero, marzo. “El miércoles 27 de marzo a las diez de la noche me llegó un mail a mi correo personal diciéndome que a partir de la fecha no prestaba mas servicios en mi área y que a partir del 1 de abril quedaba sin trabajo”, cuenta en primera persona a NOTICIAS. Ella como a otras 207 personas de la actual Secretaría de Cultura, esa noche el futuro se le volvió incierto.
“Si algo no le interesa al actual Gobierno de Milei, es la cultura”, afirma a NOTICIAS, María Eva de 59 años, quien como tantos otros compañeros del Centro Cultural Kichner, fue despedida el mismo miércoles, a tan solo un año de jubilarse. “Después de 31 años de servicio creo que no me lo merezco. Tengo a mi marido que está operado del corazón, triple bypass a corazón abierto y tiene las dos piernas operadas por el mismo problema. Es jubilado con la mínima. Encima alquilamos. Sinceramente, si no se revierte mi situación, no sé qué vamos a comer el próximo mes”.
Otro nervio de la cultura argentina herido de consideración es el INCAA, institución que reconoce 170 despidos y otros 80 trabajadores a los cuales no le renovarán contratos ni le aceptarán facturas por sus tareas. Su delegado en ATE, Nicolás Vetromile, explica: “El nuevo presidente Carlos Pirovano bajó todas las contrataciones externas, por lo tanto, aquellos que facturaban por sus servicios, si quieren continuar colaborando, lo deberán hacer ad honorem”. Por otra parte, varias áreas de acción fueron cerradas. Un empleado pidiendo que no se publique su nombre, comenta: “Eliminaron el departamento de Prensa y Difusión, que manejaba desde hace 20 años Martín Eichelbaum, hijo de Edmundo Eichelbaum, famoso periodista de cine. Está a tres años de jubilarse pero no les importó, lo notificaron el día de su cumpleaños, un viernes a la noche”.
La TV Pública es otra institución que está en agonía, a la espera de la estocada final. Si bien desde las entrañas del canal aseguran que no se despidió a nadie de la planta permanente, la señal quedó paralizada porque se bajaron todos los contratos de artística, por lo que no se continuó realizando la programación habitual y solo se realizan dos noticieros, el del mediodía y el del horario central.
El resto es toda programación repetida. Agustín Lecchi, delegado de Sipreba, única persona con fueros para hablar del tema, afirma: “Lo de la TV Pública no es ajuste, es destruir por destruir. No tienen proyecto, ni liberal, ni de derecha, ni nada. Vinieron a destruir todo”. Uno de los damnificados fue el reconocido periodista Osvaldo Quiroga, quien tras 26 años al aire con su programa “La otra trama” (continuidad de “El refugio de la cultura”), de un día para el otro se quedó sin aire: “Todo esto va en línea con la profunda insensibilidad y brutalidad que maneja el Gobierno. Hoy gasearon a maestros y jubilados. Son coherentes", dijo en entrevista telefónica.
Desmantelamiento
Una de las dependencias del Estado que mayor recorte sufrió fue el Anses. Más de 1200 trabajadores en la última semana recibieron sus respectivos telegramas de despido, sin discriminación alguna. Tanto planta transitoria como contratados sufrieron los embates de la estrategia libertaria. Por ello, más de 64 localidades distribuidas a lo largo y ancho del país cerraron sus centros de operaciones, lo cual significa que las personas que necesiten hacer sus trámites, en muchos casos tengan que trasladarse a otra ciudad para realizarlos. Quien habló fue Carlos Ortega secretario general de SECASFPI, quien relató el modo de los despidos: “Se presentaron habitualmente a sus lugares de trabajo hasta que a las 10 de la mañana se cayó el sistema y a cada uno desde sus casas le empezaron a informar la llegada del telegrama de despido”.
Otras áreas que sufrieron importantes bajas fueron la Secretaría de Agricultura Familiar con más de 900 despidos, el propio Ministerio de Capital Humano dirigido por la Licenciada Sandra Pettovello con 800 marginados, el Centros de Referencia de Desarrollo Social donde se confirmaron 600 bajas, la Secretaría de Trabajo con 517 personas menos y uno de los puntos más sensibles, la Agencia Nacional de Discapacidad, donde se les informó a 332 trabajadores que ya no podrán cumplir con sus tareas. Hay que destacar que de esos 332, 25 tienen algún tipo de discapacidad, acción que viola la Ley de cupo que obliga al Estado a contratarlos.
Continuando con esta misma línea de porcentaje obligatorio, los últimos informes cedidos a NOTICIAS por Rodolfo Aguiar, el mayor referente de ATE, detalla que 93 trabajadores travestis, trans y no binarios fueron destituidos de sus funciones en la administración pública la última semana. La estadística explica que despidieron al 10 por ciento del cupo que se logró en los últimos dos años, por lo que también estarían infringiendo la Ley que exige al menos el uno por ciento de contratados.
Consultada por NOTICIAS, Mariana H denuncia: “A nosotrxs se nos hace imposible conseguir un trabajo digno. En nuestro país hay mucha discriminación. Sé que muchxs de mis compañerxs no tienen otra salida laboral más que la prostitución y es muy triste. Hay que desmitificar que el empleado público es ñoqui. Acá todxs trabajamos, no sé si pueden decir lo mismo de los ministros o secretarios”.
El Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones) es otra institución que perdió peso específico y quedó al borde de la disolución. Más de 400 trabajadores quedaron cesantes en este organismo intervenido en enero por el Gobierno y que hoy depende directamente del jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Y si bien la cifra es más que considerable, lo brutal del hecho fueron las formas. En las diferentes secciones, Rosario, Viedma, Neuquén, San Juan, Corrientes y Salta, los protagonistas denunciaron que solo le permitieron ingresar a sus oficinas por cinco minutos para recoger sus pertenencias, únicamente escoltados por la policía.
Al igual que en la mayoría de los casos, todos reconocen que es difícil judicializar los despidos porque “no son al boleo”, sino a aquellos que se les vencía el contrato o no tenían el tiempo prudencial para una indemnización. Un trabajador de Ciudad de Buenos Aires comentó en confidencia: “A los trabajadores que estaban a meses de jubilarse, le ofrecieron los meses que deben de aportes pero con estos niveles de inflación, no les alcanza para vivir y además, quién va a tomar a una persona entre 59 y 64 años. Los están matando en vida”.
Intransigencia
Milei ya lo advirtió en campaña: “El calentamiento global es mentira”. Es por ello que se entiende que la motosierra se convierta en una deforestación ambiental tácita. En lo que respecta al cuidado de los Parques Nacionales de nuestro país, el ajuste llegó con 78 despidos realizados entre las 18 y 23 horas del miércoles negro. Aquí no hubo contratos externos, personal poco calificado ni empleados llegados en los últimos meses de la presidencia de Alberto Fernández, sino técnicos con más de 20 años de antigüedad, indispensables para el cuidado del medio ambiente.
Para tener una noción acabada de la situación, las 18 millones de hectáreas que completan los Parques Nacionales, son cuidadas por 2200 empleados, lo que hace que cada uno contenga un área de 8 mil hectáreas. Sabido es que este universo está por fuera de los márgenes de importancia de La Libertad Avanza, pero los últimos incendios forestales, obligan a un mayor financiamiento y no lo contrario.
Télam, dispensados. Desde el 4 de marzo, cuando el edificio de la agencia amaneció vallado y militarizado para impedir el ingreso de sus trabajadores, la actividad está paralizada. Su delegada Andrea Delfino explica: “No estamos despedidos, estamos dispensados de trabajar pero con goce de sueldo. Nadie puede acceder a las instalaciones ni al sistema de trabajo. Somos un total de 760 trabajadores a los que nos van informando cada domingo por mail si la prórroga de licencia continúa o no. Nos quieren desgastar”. Según averiguó NOTICIAS, los únicos que continúan trabajando son los que liquidan el sueldo, ya que los empleados de Télam están al día, incluso con el aumento del 12 por ciento cerrado en paritarias. Delfino agrega: “A muchos nos propusieron el retiro voluntario pero por muchísima menos plata de lo que sería una indemnización legal. El Gobierno pretende seguir esta situación para mostrar que sin nuestra actividad, el mundo gira igual. Es una actitud perversa”.
La cartografía de los desempleados se completa con organismos que quedaron diezmados en su funcionamiento, como Nación ART con 200 despidos, el Cenard con 120, la Subsecretaría de la Mujer (150), Administración General de Puertos (185), Indec (100), Agencia Nacional de Seguridad Vial (89), Conicet (87) y el Servicio Meteorológico Nacional con 80 bajas, entre muchas otros. El plan del Gobierno es llegar para mitad de año a la cifra que anticipó Javier Milei de reducir entre el 20 y 30 por ciento del total del empleo público.
La cronología es la siguiente, entre diciembre y enero, 10 mil bajas confirmadas; en marzo entre 12 y 15 mil con la salvedad de contratos que se prorrogaron unos 30 días y caducarán el último día hábil de abril y otra tanda en junio de 15 mil, para comenzar el segundo semestre del año con la impactante cantidad de 50 mil trabajadores estatales menos. Como dice un ex empleado del Ministerio de Economía que suplicó mantener su anonimato: “Acá no hubo una evaluación previa de las tareas ni una averiguación trabajador por trabajador, acá solamente hubo un análisis matemático de a quiénes echar para que los juicios laborales sean los menos posibles. Les importa el capital, no lo humano”.
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