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SOCIEDAD | 09-03-2020 15:44

El Tablado desconocido: de rasgos psicopáticos a feminista

Las pericias psicológicas lo describieron como una persona narcisista e impulsiva, pero en 2019 dijo haberse formado en violencia de género. Qué hizo detrás de las rejas.

En 1996, Fabián Tablado asesinó a su novia, Carolina Aló, de 113 puñaladas. Fue condenado por homicidio simple. Antes del ataque, ya la había golpeado y le había fracturado el tabique. A la primera pareja que tuvo mientras estuvo en prisión, la amenazó de muerte a través de cartas. A la segunda, con quien se casó y tuvo mellizas, le dijo por teléfono que iba a asesinar a su madre y a su amante. Los mensajes le costaron una segunda condena.

Después de veintitrés años, nueve meses y un día en prisión, Tablado recuperó la libertad. No hay debate jurídico: cumplió la condena según lo establece la ley. Sin embargo, su salida disparó otro tipo de preguntas: ¿cómo piensa un hombre que, a los 20 años, asesinó de forma salvaje a su novia de 17?, ¿de qué manera se puede relacionar con las mujeres alguien que amenazó a todas sus parejas?, ¿en qué ocupó el tiempo detrás de las rejas?, ¿cuáles son sus planes a futuro?

NOTICIAS accedió, de forma exclusiva, a las últimas cuatro pericias psicológicas que realizó la Justicia a Tablado. Corresponden a abril de 2018, a diciembre de 2018, a noviembre de 2019 y a febrero de 2020. Ninguno de estos estudios era vinculante y su libertad era inminente por el simple hecho de que estaba agotada su condena. Si bien la pena original terminaba a fines de 2022, gracias al beneficio de la derogada ley del “2x1”, a los cursos que tomó en prisión como “estímulo educativo” y a una conducta que año a año el Servicio Penitenciario calificó con un 10, consiguió que su pena se redujera poco más de dos años.     

La acumulación de las pericias, de todas formas, fue fundamental para que el juez de Ejecución Penal N°1 de San Isidro, Alejandro David, y el fiscal del mismo fuero, Rodrigo Caro, ordenaran evaluar si el hombre estaba en condiciones de acercarse a sus hijas de 11 años. La respuesta de los profesionales fue negativa y se impuso una perimetral para proteger a su ex esposa y a las menores. Y se le puso una tobillera electrónica.

El recorrido por los estudios psicológicos demuestra que Tablado razona y discierne con claridad, es decir que es consciente de sus actos, pero la impulsividad y la baja tolerancia a la frustración son elementos que describen la estructura de su personalidad. Salvo en el 2019, cuando fue ingresado en el Programa de Pre Egreso antes de recuperar la libertad, todas las evaluaciones que se le hicieron arrojaron conclusiones desfavorables sobre su carácter.

Tablado dejó la Unidad 21 de Campana y regresó a vivir con su padre en Tigre, según le informó a la Justicia. A los 43 años, pasó más de la mitad de su vida en las cárceles, donde terminó el secundario, cursó el primer y segundo año de abogacía, realizó un curso de RCP, otro de electricidad y otro de operador socioterapéutico. Según había manifestado en las entrevistas psicológicas, planeaba salir para dedicarse a trabajar en la reinserción social de otras personas.

Para 2018, Tablado ya tenía veinte años en prisión y estaba a punto de cumplir sus condenas. En esas dos décadas, apenas había acumulado tres sanciones disciplinarias: una por promover disturbios, otra por pelear con otro interno y otra cuando se le incautó un teléfono celular.

En todos los informes se destaca, además, el constante acompañamiento que tuvo de su entorno. Sobre todo de su madre y su hermana, que lo fueron a ver cada quince días.

En los registros de visitas de 2018 apareció el nombre de una nueva novia. Se trataba de una mujer oriunda de Merlo que tenía aproximadamente unos cuarenta años. Al día de hoy no se conoce si esta persona continúa siendo su pareja. Sin embargo, el rumor en el mundo penitenciario es que Tablado nunca estuvo solo.

Pericia 1. En las entrevistas de abril de 2018, Tablado recordó su infancia en Tigre junto a sus padres y contó: “Mi papá discutía mucho con mi mamá, muy machista, ella es más tranquila pero lo enfrenta”. En el repaso de sus primeros años, negó que hubiera violencia física aunque sí verbal.

En ese estudio, reconoció que en la adolescencia consumió marihuana y cocaína y contó que, a los 17, concurrió a una comunidad católica durante un mes para dejar las drogas. Sin embargo, dijo haber tenido una recaída tiempo antes de asesinar a Aló: “El día que me enteré que Carolina se había hecho un aborto volví a tomar cocaína y la noche del hecho también”.

Las conclusiones de aquel informe fueron lapidarias: “El interno se presenta a la entrevista evidenciando a llevar el diálogo, queriendo devolver al entrevistador una agradable imagen de sí, ofreciendo un discurso ordenado aunque evasivo y desafectivizado”. Y agregaron: “En relación al delito, ofrece un argumento armado, desafectivizado observándose impulsividad y una estructura yoica deficitaria. Aparece la justificación como mecanismo operante y la proyección como un modo de responsabilizar en el otro su actuar desajustado. No se observa angustia ni posicionamiento subjetivo”.

Consultado por NOTICIAS, el médico psiquiatra y referente en temas de violencia de género, Enrique Stola, aseguró que la descripción que hacen las pericias hablan de “una persona que tiene una estructura de personalidad que hace que se mire a sí misma. Son personas altamente exigentes con sus parejas e intolerantes.”

Pericia 2. En diciembre de ese mismo año Tablado volvió a ser entrevistado por los psicólogos judiciales a fin de “evaluar la necesidad de realización de algún tratamiento psicoterapéutico”.

A la hora de hablar de Carolina, dijo que “tenían una relación simbiótica y sumamente dependiente siendo muy jóvenes donde los celos, supuestas infidelidades y otras situaciones de stress y conflicto que fueron los detonantes de los sucesos”. Además, los profesionales le preguntaron sobre la relación con la madre de sus hijas: “Refiere que desde su última causa de amenazas que le hiciera en 2012, no ha vuelto a tener contacto con ella, enmarca dicho comportamiento en sus dificultades para poder aceptar la disolución de la pareja".

Según contó Tablado a los profesionales, esa separación lo llevó a consultar a un psiquiatra y a iniciar un tratamiento con psicofármacos, que terminó abandonando por voluntad propia. Además, contó que había hecho psicoterapia.

Las conclusiones de este informe tampoco fueron positivas: “Elige cuidadosamente qué es lo que va a decir y lo que prefiere no revelar acomodando su discurso a lo que él considera como correcto, posicionándose en el lugar de víctima con el objetivo de generar simpatía y empatía”.

Además, se aseguró que Tablado “posee características de una personalidad narcisista con rasgos psicopáticos y dependientes” y se incluyó: “Se trata de una personalidad con una lógica egocéntrica, ya que en las distintas pruebas se registran indicadores de un excesivo centramiento en sí mismo, por lo que muchas veces tiende a proyectar sus sentimientos y fantasías transformando la realidad de acuerdo a sus necesidades”.

Stola explica que la escasa capacidad para realizar insight tiene que ver con la poca capacidad de tomar conciencia de una situación, de un problema o de la necesidad que pueda tener la otra persona. “Los rasgos narcisistas y psicopáticos tienen que ver con la manipulación, con la descalificación o tratar de colocar a los otros en una posición de subordinación”, agregó.

Pericia 3. Sin embargo, en un estudio que se realizó en 2019, Tablado parece una persona completamente diferente. Después de volver una vez más sobre su infancia, contó “haber realizado tres tratamientos psicológicos en las diferentes unidades donde estuvo detenido -Florencio Varela, Magdalena y Baradero-. Menciona que los mismos le han ayudado a comprender la dimensión de su accionar, a responsabilizarse y no justificar su accionar, hacer una autocrítica y formarse en igualdad de derechos y violencia de género ya que considera que su delito fue un femicidio, que además ha logrado retomar el diálogo de forma adecuada con la madre de sus hijas”, sostiene la pericia. Los psicólogos que lo entrevistaron afirmaron, además, que su discurso “nos permite ver una posible autocrítica y arrepentimiento, menciona no sentirse feliz de lo que hizo, no compartir la violencia e intenta no justificar su accionar, si bien en su relato describe los acontecimientos previos a su reacción”.

Para Stola, este “es un discurso políticamente correcto”: “Se da un aprendizaje en las personas que están haciendo terapia. Además, estas personas saben que tienen que tener posicionamientos que los ayuden a tener una mejor imagen social. Y esto entra dentro de los manejos psicopáticos. Seguramente haya una mayor implicación afectiva, puede haber aprendido que no es correcto echarles la culpa a los demás y que es políticamente correcto responsabilizarse”, explicó el experto.

Pericia 4. Sin embargo, a pesar de lo positivo que marcó el estudio de 2019, la Justicia pidió un nuevo peritaje días antes de que Tablado consiguiera la libertad para poder determinar hasta dónde estaba en condiciones de cumplir su rol como padre. El último informe llegó a la conclusión de que “respecto del ejercicio de la responsabilidad parental, consideramos que tal evaluación es de una complejidad que excede la perspectiva psiquiátrica aislada, requiriéndose una determinación desde una perspectiva interdisciplinaria amplia. No obstante desde nuestra experiencia consideramos que al momento actual no cuenta con los recursos yoicos necesarios”.

El estudio concluyó que la “peligrosidad” de Tablado está ligada a “la impulsividad y a la baja tolerancia a la frustración”: “Dadas las características egosintónicas de su estructura psíquica, el pronóstico acerca de potenciales cambios es de carácter reservado”, sostuvieron.

Futuro. Tablado, que pasó la mayor parte de su detención en el pabellón evangélico y tuvo un fuerte vínculo con el pastor carcelario, tuvo su propio camino espiritual en estas décadas. En una de las entrevistas psicológicas de 2018 contó que profesaba el judaísmo mesiánico, que estaba planeando la conversión y contó que “antes, al momento del hecho, era antisemita”. Sin embargo, en las últimas pericias se reconoció como creyente del evangelio.

En la cárcel jugó al rugby y al fútbol y, por algún tiempo, fue encargado de su pabellón. Sin embargo, no tuvo mayores experiencias laborales.

La libertad de Tablado le valió fuertes críticas al juez David, quien afirmó a la prensa que no habían opciones: "Jurídicamente no hay nada para hacer porque cumplió su pena", dijo el magistrado. Además, insistió con que la causa llegó a su juzgado en 2017, con el cómputo de las dos penas ya realizado. "Lo único que se puede hacer es revisar que haya estado bien hecho y efectivamente fue correcto", agregó.

De ahí la discusión que cobró fuerza en la última semana sobre el futuro de las personas que cometieron crímenes aberrantes y que cumplieron su pena: ¿qué debería pasar con ellos?. "No se le pueden poner penas supletorias a ninguna persona. Entonces, aquí hay un problema: cómo resguardamos a cualquier mujer, niña o niño de potenciales peligros y personas que han cometido este tipo de delitos y, a la vez, no lesionamos los derechos que estas personas tienen. No tengo respuestas. Es un debate que nos tenemos que dar como sociedad, algo que quienes estamos en los campos de la psicología, la psiquiatría, el derecho o la filosofía tenemos que empezar a discutir", reflexionó Stola.

Mientras tanto, Tablado pasa sus primeros días fuera de la cárcel en una isla en el Tigre pero sin tranquilidad: el jueves 5 se activó la tobillera  electrónica que lo monitorea las 24 horas. Luego se supo que su ex esposa se habia acercado a las proximidades de su vivienda para hacer una consulta médica. El asunto lo obligó a reportarse ante las autoridades una vez más.

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Giselle Leclercq

Giselle Leclercq

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