Fabián Tablado, el hombre que asesinó a Carolina Aló de 113 puñaladas en 1996, pasó más de dos décadas preso en diferentes unidades carcelarias. En todos esos años, el femicida dedicó su tiempo a realizar cursos, hizo un intento con una carrera universitaria e inició una especie de recorrido espiritual que lo acercó al judaísmo.
Tablado estuvo detenido exactamente veintitrés años, nueve meses y un día. Y, en ese tiempo, sumó tres sanciones disciplinarias: una de abril de 1999 por promover disturbios, otra de marzo del 2000 por pelearse con otro interno y una de julio de 2013, cuando le incautaron un teléfono celular. Sin embargo, las infracciones siempre fueron menores y el Servicio Penitenciario Bonaerense calificó la conducta del interno como sobresaliente.
Tablado estudió Abogacía durante dos años pero tuvo que abandonar por las dificultades con los traslados. Además, en 2005, en la Unidad 31, realizó un curso de R.C.P; en 2011, en la Unidad 11, realizó otro curso de electricidad; y en 2014, en la Unidad 41, otro de operador terapéutico.
Además, estando en prisión se dedicó a jugar al fútbol y a rugby. Los informes destacan el acompañamiento de su entorno, sobre todo de su madre y de su hermana, que lo visitaban cada quince días.
Recorrido espiritual. En el 2019, según consta en los informes carcelarios, Tablado pasó buena parte de su condena alojado en pabellones evangélicos y generó vínculos muy cercanos con pastores. Sin embargo, en las entrevistas psicológicas que le realizaron en los años previos, contó que se había acercado al judaísmo.
En una pericia de 2019, los profesionales relataron: "Dice que profesa el judaísmo (mesiánico) y que antes, al momento del hecho, era antisemita".
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