Argentina volvió a tener un piloto en la Fórmula 1 después de 23 años. Todo un acontecimiento histórico que modificó los hábitos de muchos argentinos que el pasado domingo por la mañana, a la hora del desayuno, se vieron frente a la pantalla de su televisor, pidiendo que el auto azul con el número 43 de Franco Colapinto sorteara a todo lo que tenía enfrente en las peligrosas curvas del Gran Premio de Monza en Italia.
Nacido el 27 de mayo de 2003 en Pilar, la historia de Franco Colapinto con el automovilismo se remonta a sus cuatro años, cuando recibe de regalo su primer cuatriciclo. Su padre Aníbal Colapinto estaba vinculado a un equipo de TC 2000 en Bahía Blanca, por lo que toda su infancia vivió entre ruedas y motores. Su sonido preferido no provenía de ninguna banda de rock, sino del rugido de los autos cuando ponían a prueba los carburadores. Ya con 10 años comenzó a correr en kartings y cuatro años después llegaría su gran oportunidad: se fue a vivir a la parte superior de una fábrica en Italia, para adentrarse por completo en el mundo de las pistas. Así inició su periplo en la Fórmula 4 en España, donde disputó las ultimas dos carreras del torneo, obteniendo un segundo puesto y una victoria.
“Ya estoy listo para correr en Fórmula 1” aseguraba el joven Franco en una entrevista a Clarín hace unas semanas luego de haber obtenido diferentes éxitos en la Fórmula 2, la antesala a la máxima categoría del automovilismo. “Me la paso ocho horas por día manejando un simulador de Williams. Pero no es un videojuego, hay que memorizar los circuitos y no pegarse a los demás corredores”, agregaba.
Si bien durante la carrera Franco Colapinto estuvo solo en su monoplaza de Fórmula 1, hay toda una escudería detrás suyo asistiéndolo a través de un intercomunicador. Sus sincronizadas detenciones en boxes marcan qué tan bien estuvo acompañado por su equipo. Pero más allá del logro deportivo que significó su puesto 12 en Monza, hay un círculo íntimo que lo acompaña desde hace años. A sus padres Aníbal Colapinto y Andrea Trofimczuk, hay que agregarle sus representantes María Catarineu y Jamie Campbell-Walter y su equipo personal conformado por una nutricionista, preparador físico, agente de prensa y psicólogo.
Internacional y popular. Antes de iniciar su histórico debut en Monza, Colapinto comenzó la carrera con 600 mil seguidores en Instagram, cifra nada despreciable, pero ninguno de los corredores de élite lo seguía. Y aunque su mejor amigo, nada menos que Bizarrap traccionaba seguidores en cada posteo, su paso por las redes a nivel global era intrascendente.
Tras su décimo segundo puesto y el reconocimiento de sus colegas, en menos de 24 horas su cuenta pasó a ser seguida por más de 1 millón de personas y entre sus nuevos followers, el ganador de la competencia Charles Leclerc. A su vez, muchos famosos postearon en sus redes sus felicitaciones para con el pilarense, como Lionel Messi, Lionel Scaloni y Javier Milei. Daniel Scioli, incluso, lo saludó y recordó su época de corredor de offshore. Tras la bajada de bandera, una explosión de memes invadió las redes sociales, donde el hashtag “FrancoColapinto” se volvió rápidamente tendencia.
Hincha fanático de Boca Juniors, el número 12 parece seguirlo en su camino a la gloria. Es que en la Fórmula 2 donde triunfó tenía ese número de automóvil en honor a la hinchada xeneize y también fue el puesto en su debut en la máxima categoría.
Vale destacar que un corredor de Fórmula 1 no llega a la categoría solamente por sus reflejos y destreza a más de 300 kilómetros por hora, sino también por un apoyo económico que requiere de unos 4,5 millones de dólares aproximadamente para acceder a una butaca de las 20 en juego
Es por ello que un pool de empresas auspician a la ya marca Colapinto. Globant, YPF, Visit Argentina, ACA. Flybondi, Bigbox, Quilmes, y Blockchain, entre otras, son quienes aportan financiación e inteligencia. Muchas de ellas fueron acercadas por el músico Bizarrap, amigo personal de Franco, quien envió diversos tweets solicitando en su momento empresas que crean en uno de los corredores argentinos con mayor proyección mundial. Al parecer, el tecladista de Shakira no se equivocó en nada.
Otro mercado que sucumbió ante la Colapintomanía fue el turismo. Las agencias de viajes aseguran que la demanda de pasajes a los países donde se correrán las próximas carreras de Fórmula 1 aumentó un dos mil por ciento. Los destinos más solicitados fueron Ciudad de México (27 de octubre), Interlagos en Brasil (3 de noviembre) y Las Vegas (24 de noviembre), mientras que para Abu Dhabi (8 de diciembre), hay que pensarlo dos veces, ya que el valor total del viaje, entre aéreo, hotelería y ticket a la carrera es de 4500 dólares por persona.
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