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SOCIEDAD | 27-11-2020 15:12

Investigación: Certezas y dudas en las últimas horas de vida de Maradona

Estaba deprimido, dejó de comer y hacer bromas. Quería tomarse "vacaciones de ser Maradona" y pensaba en la muerte. El deseo cumplido de ser "velado en Casa Rosada".

Un mes antes de morir, Diego Maradona le dijo a un colaborador que el día que dejara este mundo tenía dos deseos: el primero, era ser velado en la Casa Rosada –de la misma forma que se hizo con siete presidentes–; el segundo, que lo embalsamen y ser exhibido públicamente.

¿Qué le hizo pensar esto? ¿Se le habían acabado a Maradona las ganas de vivir? ¿Es cierto que sentía que había hecho todo en su vida? Sea una fantasía del Diez o un hecho como algunos dicen que dejó por escrito, lo cierto es que Maradona, el ícono del fútbol mundial, comenzó a pensar su muerte antes de que ésta sucediera.  

“Se cumplió su deseo: Diego hace rato se quería morir”, se lamenta ante NOTICIAS un amigo suyo que siguió de cerca sus últimos días. La persona pide reserva de su nombre, como otros tantos del ya célebre entorno, ese séquito tan cuestionado, que cuidaba celosamente -para algunos, sin hacerlo realmente- la salud física y mental de Maradona.

El ídolo que, en la mañana del miércoles 25, a los 60 años, mientras dormía y en la soledad de su cuarto, donde varios afirman que estuvo recluido en los últimos días, pasó a la inmortalidad. NOTICIAS reconstruyó el final de Maradona en su nota de tapa de esta semana. Aquí, un anticipo.

Advertencias. ¿Cuándo sonó la primera alarma? Aquella última imagen pública, la del DT atravesando con ayuda y notablemente desmejorado el campo de la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata, en el día de su cumpleaños 60, fue tal vez la más contundente. Ya no era la cocaína, ahora se trataba de un cuerpo desgastado, que tenía problemas con la alimentación, el sueño y la mezcla de medicación prescripta con excesiva cantidad de alcohol.

Hay quienes aseguran que Maradona se convirtió en una bomba de tiempo que se activó en este 2020. Al aislamiento de la pandemia se le adicionó una crisis de pareja y el aumento de consumo de alcohol. En medio de una importante ingesta de medicamentos, empezó a presentar cuadros de depresión y ansiedad.

Sumado a esto, apareció el desequilibrio en su alimentación, en medio de su recuperación tras la operación de un hematoma subdural. La caída anímica no fue de ahora. Comenzó en el 2015 cuando murió su padre, Don Diego.

Los últimos días de Maradona fueron un infierno. Según contaron a NOTICIAS, las últimas 72 horas, las pasó encerrado en su habitación, teniendo incluso pocas ingestas de comida. Hay una frase, que pinta de cuerpo entero el difícil momento del DT. “Estoy cansado, me gustaría tomarme vacaciones de Maradona”, le había dicho Diego a una persona de su círculo íntimo en su última internación.

Hubo otra alarma: el humor. Si bien Maradona se entusiasmó tras el exitoso resultado de la operación, lentamente se fue apagando. “El no quería estar ahí, quería estar en Brandsen, cerca del club”, dicen.

Nicolás Taffarel, el kinesiólogo, lo mantuvo entretenido con algunos ejercicios de rehabilitación. Había que generarle una rutina para que no caiga en el bajón anímico que había tenido en junio. Sin embargo, cuentan, comenzó a estar menos contestatario, otra señal clara de que algo andaba mal. Y las bromas, otro rasgo del diez, comenzó poco a poco a dejar de hacerlas.

Muerte. Diego Maradona murió mientras dormía entre la noche del martes 24 y la mañana del miércoles 25. Según el parte oficial de la fiscalía, fue visto por última vez con vida a las 23 horas del martes por su sobrino, Jonatan Espósito, y que la psiquiatra, Agustina Cosachov, y el psicólogo, Carlos Díaz, entraron a la habitación a las 11.30 del día siguiente.

Este dato llamó mucho la atención por dos razones. Primero, porque es extraño que un paciente de estas características haya pasado 12 horas sin una supervisión médica. De hecho, en el cuarto encontraron sándwiches sin comer y los psicofármacos que debía tomar esa mañana. Y segundo porque, en un primer momento, había trascendido que Maradona se había levantado para desayunar y que luego volvió a acostarse porque no se sentía bien.

Luego apareció de la nada el testimonio de un enfermero que dijo haber ingresado a la habitación a las 6.30 de la mañana, que lo revisó y que Maradona estaba con vida. La Justicia tendrá que investigar si alguien miente.

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Agustín Gallardo

Agustín Gallardo

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