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SOCIEDAD | 11-02-2023 00:53

Los peligros detrás de la infantilización del sexo

De Emilia Mernes hasta marcas como Balenciaga: en publicidades y campañas regresó la idea de asociar una imagen aniñada. La apelación al morbo como marketing.

La figura de la “bebota” parecía haber quedado atrás. La fantasía masculina de la joven virginal, aniñada e inocente siempre fue un estereotipo de una atracción sexual que, gracias al avance social y en gran medida al empuje de los movimientos de reivindicación de los derechos femeninos había quedado marginada. Sin embargo, el morbo detrás de esta fantasía no sólo parece seguir subyaciendo en algunos sectores de la sociedad, sino que además es usado de manera mercantil.

Desde la cantante Emilia Mernes posando con ropa sexy rodeada de juguetes infantiles y hasta con un osito de peluche entre sus piernas hasta la marca Balenciaga llevando adelante una campaña publicitaria en la que niños muy pequeños posan junto a objetos sadomasoquistas, la infantilización de la sexualidad persiste. Incluso, como el caso de la marca española de moda, con ejemplos más cercanos a la pedofilia que a la idea de generar morbo.

Hasta Camila, una de las participantes de Gran Hermano, aunque es mayor de edad, apela al rol de bebota para congraciarse con Alfa, el mayor de la casa. Se genera así una situación que se asemeja al sketch de Alberto Olmedo con Adriana Brodsky o al de Guillermo Francella con Julieta Prandi, ambos pasos de comedia que han sido “cancelados” con el correr del tiempo y ante el avance y la toma de conciencia por parte de la población.

Polémicas

Balenciaga decidió presentar su nueva colección con una campaña fotográfica en la que se veía a niños posando con algunos de los productos de la marca, pero que también incluía objetos del estilo BDSM, el grupo de prácticas eróticas que incluye Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Rápidamente las críticas contra la empresa se multiplicaron en redes sociales y Balenciaga decidió quitar la publicidad y desde la compañía pidieron disculpas.

“Hay una hipersexualización de los jóvenes y niños porque existe una fantasía en algunos adultos, muchas veces negada y reprimida, pero que existe, que incluye a menores. Esto no sólo está prohibido, sino que obviamente está penado por ley, pero no quita que estas campañas busquen despertar esa fantasía”, explica a NOTICIAS el psicólogo y sexólogo Mauricio Strugo.

Ya en edad adulta, lo que al menos no constituye delito, pero apostando al márketing bebotero se sumó Emilia Mernes. La cantante posó para una producción de fotos con ropa sexy pero el contexto de las imágenes generó también repudio. En las fotos se la puede ver posando sexy entre juguetes, una casa de muñecas y hasta poniendo un osito de peluche en sus genitales. La artista subió la fotos a su cuenta de Instagram y escribió: “Muy buena la estética jugueteríacore”, aunque borró rápidamente la publicación ante las críticas de los internautas. “Situaciones como estas no son inocentes y están preparadas. Hay hasta estudios que muestran el impacto efectivo que tienen imágenes así y que hay quienes lo consumen porque les genera erotismo. Por eso muchas artistas acompañan su música o sus videoclips con esta estética”, dice Strugo. En efecto, además de Mernes, Tini Stoessel y Cazzu, otras de las cantantes del momento, suelen ser blanco de críticas por su estética aniñada y su sexualización de la infantilidad.

De la otra vereda, sin nombrar a ninguna de sus colegas, Lali Espósito se diferenció de esta tendencia: “En la música latina hay como una forma de ser sexy que en lo personal muchas veces me parece infantil”, expresó, dejando en claro que la estética infantil, aniñada y naif es la que prima hoy entre las artistas del momento y también lo que la industria exige.

Estrategia

La seducción aniñada también tiene su correlato dentro de la casa más famosa del país. En Gran Hermano, Camila, una de las últimas participantes en entrar a la competencia no dudó en acercarse y generar vínculo con Walter “Alfa” Santiago, uno de los favoritos del público y el más longevo de la casa con 61 años. La amistad que fue tornando a seducción incluye por un lado a la propia Camila diciendo que él le recuerda a su padre recientemente fallecido y al propio Alfa cortejándola y aclamando que para el amor “no hay edad”.

El coqueteo entonces se reparte en roles de ella haciéndose la ingenua y él tomando el rol de hombre experimentado. Camila incluso con sus vestimentas infantiles y hasta llevando consigo un osito de peluche se coloca en el lugar de “bebota”. “Hay una diferencia muy grande en este caso y es que ambos son adultos y eso cambia todo. Cada uno puede tener su fantasía o su morbo de sexualidad que quizá al resto puede resultarnos chocante o no, pero son situaciones individuales que no pueden ser parametrizadas”, detalla Strugo.

Además, el contexto en que sucede, aislados, siendo filmados las 24 horas del día y tratándose de un juego de popularidad con la audiencia y de supervivencia, puede ser sólo una herramienta que ella emplea para prolongar su estadía en la casa. “No podemos olvidar que se trata de un reality show y no dejan de estar tratando de ver qué es lo que vende más”, resume el especialista.

Así, a pesar de los avances sociales y los cambios de paradigmas, de algún modo la infantilización de la sexualidad sigue presente. Como estrategia de márketing o hasta para no quedar fuera de un reality, el morbo prohibido no ha sido desterrado.

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Marcos Teijeiro

Marcos Teijeiro

Periodista de Información General.

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