Tuesday 30 de April, 2024

SOCIEDAD | 07-04-2024 09:40

Matías Garfunkel: de millonario a indigente

El ex de Vanucci vive en un motorhome mantenido por ella. Pelea con su familia.

Matías Garfunkel solía hacer gala de sus millones. En épocas de bonanza, sus negocios se cerraban mientras él fumaba un habano y afirmaba que su crecimiento no se detendría. Entre muchos emprendimientos, el más mediático de los herederos de la fortuna de la familia Garfunkel comandaba junto con Sergio Szpolski el Grupo Veintitrés, el cual en pleno apogeo K le reportaba incesantes ingresos.
Pero los tiempos cambiaron y aquel hombre que se llevaba el mundo por delante ahora vive de prestado en un trailer y recibe una mensualidad por parte de su ex mujer, Victoria Vanucci, para no caer en la indigencia. O al menos eso dice ella.
De los millones que pensó que nunca se acabarían a ser un mantenido; de dueño de uno de los petit hotel más emblemáticos en el barrio de Belgrano a vivir en un motorhome en el patio de la casa de su ex mujer en Utah; de las fiestas sexuales con el jet set europeo a ser olvidado por el establishment y marginado hasta por su propia familia. En menos de una década, Garfunkel pasó del cielo al infierno. Y, sin el amparo del poder y el dinero, su vida se transformó.
Quiebre. En el 2016, acorralado por una causa en su contra por contrabando y peculado de obras de arte, otra por  evasión millonaria y retención de aportes laborales de los trabajadores del Grupo Veintitrés y un tercer expediente originado por la falta de pago de honorarios a su abogado Adolfo Verra, Garfunkel huyó a Estados Unidos.
El fin del gobierno kirchnerista había dejado desnudo a uno de los empresarios amigos del poder más emblemáticos de la “década ganada”. Sin un paraguas de protección y en medio de un escándalo, decidió huir junto con su familia. La aparición de fotos de Vanucci y Garfunkel realizando un safari en África, en las que se los ve posando con cadáveres de animales en peligro de extinción, más otra serie de fotografías de alto contenido erótico realizadas para la publicación de un libro de la propia pareja, derivaron, según ellos mismos confesaron, en un “ataque de gente poderosa” que los obligó a emigrar por su seguridad. Desde ese momento y hasta el reciente regreso de la ex modelo para rehacer su vida en Argentina, ambos vivieron en Estados Unidos, incluso después de su divorcio.
Los primeros tiempos en el país del norte fueron felices. Garfunkel siguió siedo un bon vivant y el dinero parecía no acabar nunca. Esa fortuna personal que él mismo había declarado que ascendía a 1200 millones de dólares parecía real y eterna. Pero, entre los problemas legales y una disputa familiar, la historia terminaría complicándose. La causa por contrabando de obras de arte le significó un embargo millonario y, si bien en el 2023 sería sobreseído debido a la prescripción de la causa, los artilugios empleados por Garfunkel para evadir a la Justicia le jugaron en contra. Según relató Vanucci, cuando comenzó la investigación judicial, su ex esposo le transfirió gran parte de sus bienes a su tío Andrés, pero luego sobrevino la traición, ya que el familiar se apropió de estas posesiones y nunca las devolvió, en los papeles. No solo eso. Enemistado con el resto del clan Garfunkel, el cual siempre rechazó la postura mediática del ex dueño del Grupo Veintitrés, la familia decidió dejarlo afuera de la herencia, por lo cual dejó de percibir ingresos mensuales por los negocios familiares, su principal fuente de sustento y la cual el ex millonario creía que nunca se acabaría, o al menos, así se mostraba.
Entre los bienes del ex matrimonio que el tío Andrés se habría apropiado existen también posesiones de la propia Vanucci, los cuales, si bien fueron reclamadas, la ex modelo ya da por perdidas. Incluso una de las piezas de joyería más emblemáticas de la historia nacional: un prendedor de la bandera argentina que perteneció a Eva Perón y que Garfunkel le compró en una subasta del 2014 a 500 mil dólares. Hoy, esa pieza histórica tiene dueño y destino desconocido.
The end. Marginado de los ingresos familiares, Garfunkel comenzó a vender varias de sus posesiones para tratar de hacer frente a las numerosas deudas que se acumulaban en su contra. Así, por caso, en el 2019 se desprendió del petit hotel ubicado en la calle 11 de Septiembre 1535, en Belgrano. De los 7,5 millones de dólares que pretendía, acabó llevándose menos de la mitad, y de ese total sólo se quedó con una parte, ya que más de 700 mil debió emplearlos para el pago de deudas. Más aún, muchas otras de las posesiones que tenía el empresario demostraron ser “espejitos de colores”, como constató la propia Vanucci al querer vender alhajas que ella creía que contenían piedras preciosas y que resultaron ser falsas.
Cuando la plata empezó a escasear, la propia Vanucci fue quien debió salir a trabajar para mantener a la familia. “¿Qué querés que le diga a un tipo que no trabajó un solo día en su vida? No sabe. Tiene que estar en el libro Guinness, no trabajó un solo día de su vida”, reflexionó ella. Afirmó que le pasa mil dólares por mes y que, a pesar de la causa que él le inició para quedarse con la tenencia de sus hijos, ella “no le pega a alguien que está en el piso”. Vanucci explicó que su ex esposo fue diagnosticado con bipolaridad y, además, con estenosis, un estrechamiento de la columna vertebral que provoca presión sobre la médula espinal, que no le permite llevar una vida normal.
Garfunkel hoy es pobre. Increíble, ¿pero real?

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Marcos Teijeiro

Marcos Teijeiro

Periodista de Información General.

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