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SOCIEDAD | 05-08-2020 13:31

Moda cool: Los famosos que implementan un look tumbero

Los influencers que masifican la estética marginal. Tatuajes, perforaciones y zonas rapadas.

Hace años era un movimiento contracultural pero hoy se volvió un look de moda. Tatuajes, perforaciones en la cara y zonas rapadas en la cabeza se convirtieron en la tendencia preferida entre los más jóvenes. Habiendo surgido en el ámbito carcelario y de pandillas, fue retomado como un fenómeno cool. 

Con Candelaria Tinelli a la cabeza, varios famosos se suben a la ola de volver estético lo tumbero y muestran las intervenciones que se hacen en el cuerpo en sus redes. 

Marketing. Tatuajes grandes por todo el cuerpo y chicos en la cara. Muchos aritos en las orejas, septum en la nariz, y piercing en las cejas y la lengua. El look tumbero fue retomado por el trap y explotó en las redes. 

Duki (Mauro Ezequiel Lombardo) y Cazzu (Julieta Cazzucheli), ídolos de ese género musical, fueron de los primeros en masificar este estilo, en el cual los accesorios son protagonistas. 

“Esta historia arranca con las maras del Salvador, que son pandillas marginales que históricamente se tatuaron la cara: se tatúan alambres de púa en la frente o nombres de la banda que representan. Los traperos tomaron eso como influencia, mucho más diminuto, o sea que no es el mismo formato que tienen las maras. Para las maras tatuarse la cara es una forma de armadura, que genera miedo en los rivales. Bueno, el trap de una manera u otra es algo que tomaron de esa cultura y lo hicieron más marketinero”, explica a NOTICIAS Diego Staropoli, tatuador y dueño de Mandinga Tattoo. 

Pero el fenómeno no se quedó solo en referentes musicales y se convirtió en una tendencia más. Así, Candelaria Tinelli, que hace tiempo transformó su cuerpo en “un lienzo” -según afirma ella misma- fomenta este estilo. Después de cubrirse todo el cuerpo con tinta, sin dejar piel a la vista, empezó a hacerse tatuajes faciales, quizás el ítem más característico del trap. 

Ahora, durante la cuarentena fue noticia por autoperforarse la lengua y la nariz, raparse una parte de la cabeza y hacerle un arito a su hermana menor, Juana. 

Julián Serrano también se sumó a la movida. El influencer lució diferentes tatuajes, un rapado a los costados de la cabeza y mostró cómo se perforaba la oreja en su casa, sumando varios aritos en esa parte del cuerpo.

“Las clases medias y altas hacen apropiaciones de los sectores populares y marginales, de su forma de hablar, de vestirse, de sus costumbres, pero en el medio hay una transformación del significado. Me parece que tiene que ver con usar el cuerpo como herramienta para expresar autonomía y eligen lo tumbero porque es como una rebeldía, donde romantizan la marginalidad”, señala a NOTICIAS Luis Esteban Cicalese, sociólogo y docente de la UBA. 

Staropoli coincide con esa mirada: “Hoy a los pibes les gusta aparentar. Hay muchos que de tumberos no tienen nada y el hecho de hacerse estas cosas los hace sentirse que pertenecen a algo. El tatuaje potencia algo que a veces no sos. Porque estar todo tatuado o con perforaciones no te hace más loco, ni más malo, ni diferente. Pero a mucha gente le genera eso”. 

En ese sentido, los especialistas observan que estas intervenciones tuvieron una modificación clave en su esencia: dejaron de instituirse como un acto de posicionamiento de lo que cada uno quiere ser, como pasaba en los años 80, para convertirse en una forma más de pertenecer. 

Sin embargo, aparece una disyuntiva. Desde que se popularizó, el trap se planteó como un género en el que subyacen diferentes ideologías. Aunque Cicalese acuerda con ese análisis, cree que eso no se traspola a la moda. 

“Esto es puramente estético, no hay nada político ahí. Adoptan la imagen de una estética tumbera pero siguen teniendo las comodidades de la clase media y alta. La estética puede ser una forma de construir identidad propia, de mostrar cierta rebeldía social, pero se queda en ese plano”, señala el sociólogo

Factor redes. En los últimos meses, los filtros en Instagram que agregan modificaciones en la cara -piercings, pecas, tatuajes, labios más grandes- se volvieron furor. El fenómeno se exacerba en las redes sociales porque allí predomina la lógica de la estética. 

Para Staropoli, Internet hizo que explotara esta moda. “Se viralizó un montón. En las redes la gente está muy al tanto de las tendencias y últimamente se tatúan mucho”, explica. 

De hecho, fue en ese contexto que influencers como Candelaria Tinelli o Julián Serrano mostraron cómo se perforaron a sí mismos en sus casas. Staropoli advierte: “Los piercings y expansores también son netamente una moda, que viene de una historia tribal. Pero hacértelo en tu casa es una locura. Si le erraste al lugar donde tenés que perforar puede ser un problemón: hay venas en la lengua que no hay que tocarlas, o si te vas a poner en la ceja tenés que palpar, conocer bien cuáles son los límites del párpado, porque un aro mal puesto en el párpado, puede llegar a hacer que se te caiga”.

En tiempos en donde la “apropiación cultural” es motivo de debate y cancelación, lo cool del look tumbero parece haber pesado más en la balanza. 

Temporariamente, con los filtros que surgieron en Instagram, o con marcas que perdurarán para siempre, una gran parte de los jóvenes adaptó su estilo a la tendencia del momento que masificaron influencers y cantantes de trap.

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Delfina Tremouilleres

Delfina Tremouilleres

Periodista de Información General.

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