El narcotráfico comienza a convertirse en uno de los principales temas de preocupación de los argentinos. En menos de una semana, el país observó incrédulo, por un lado, la masacre a una pareja y su beba de un año y medio, quienes fueron asesinados al ser atacados a tiros por presuntos sicarios luego de concurrir a una fiesta de casamiento en Ibarlucea, cerca de Rosario; y, por el otro, el fallecimineto y la internación de decenas de personas que consumieron cocaína adulterada en la provincia de Buenos Aires.
“Lo que ocurre en Rosario es muy parecido a lo que ocurre en distintas villas de emergencias de Ciudad de Buenos Aires y del gran Buenos Aires. La única diferencia, por ahora, es que en Rosario hay más violencia y muerte. Pero creo que miramos todo el tiempo a Rosario sin tener en cuenta el tráfico ilegal de drogas que tenemos acá cerca”, sostiene Néstor Roncaglia, ex jefe de la Policía Federal Argentina.
La fiscal especializada en delitos complejos Mónica Cuñarro también habló acerca de los puntos en común entre las dos zonas. “No se habla tanto de la violencia que tenemos acá. En mi trabajo, una vez, había encontrado cadáveres NN degollados, quemados o descuartizados y en la investigación nos dimos cuenta que la policía nos mentía. Hoy la Metropolitana ha perdido el control del territorio, por lo que observo en mis turnos en la zona. Se ve muchas armas dando vuelta, bandas que se apropian de calles, pasillos y casas. Los curas son los que cuentan lo que está pasando en las zonas más calientes. Pero es gente pobre, ¿a quién le importa?”, afirmó.
por R.N.
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