A sus 49 años, Natalia Denegri se ha transformado en una figura de influencia silenciosa, pero creciente en la política norteamericana. Con base en Miami y una agenda que equilibra medios de comunicación, causas humanitarias y relaciones con la política tanto local como argentina, Denegri dejó de ser solo una productora multipremiada para convertirse en una pieza clave en la conexión entre el nuevo conservadurismo estadounidense y ciertos referentes del liderazgo latinoamericano.
En enero de este año, la conductora fue parte del comité de recepción del presidente argentino Javier Milei durante su visita a Washington, en el marco de la gala hispana previa a la asunción de Donald Trump. Allí, en un evento repleto de empresarios, diplomáticos y figuras de alto perfil, la empresaria argentina le entregó a Milei dos distinciones estrambóticas, “Titán de la Reforma Económica” y “Campeón de la Libertad Económica”, premios que ella misma impulsa a través de sus organizaciones vinculadas al desarrollo económico y social de la comunidad latina.
Nexos estratégicos. La cercanía de Denegri con la familia Trump viene desde hace años, más precisamente desde su primera presidencia, cuando el Congreso de los Estados Unidos le reconoció su labor humanitaria durante los incidentes ocasionados por los huracanes Irma y María, en los que salvó a más de 300 ciudadanos norteamericanos en la isla de Puerto Rico ofreciéndoles asistencia médica. Ese acto fue la puerta grande que también la llevó a diferentes condecoraciones en la Casa Blanca por parte del partido republicano.
Actualmente Denegri mantiene vínculos estrechos con sectores cercanos al presidente, tanto en el ámbito empresarial como cultural. La confirmación de esta cercanía llegó cuando fue invitada este 3 de abril a Mar-a-Lago, la residencia oficial de Donald Trump en Palm Beach, Florida, donde fue distinguida junto a otras figuras de la diáspora hispana en una ceremonia cargada de simbolismo. Entre los premiados también estuvo Javier Milei, consolidando un eje político e ideológico que excede las fronteras. Ella puso en contacto a los organizadores con Milei. En ese mismo evento, se le otorgó a Denegri una medalla conmemorativa por su labor comunitaria y su aporte a la integración cultural en los Estados Unidos, bajo el lema “Make America Great Again”, el mismo que le valió a Milei un reconocimiento especial de los organizadores.
Este perfil público, cada vez más nítido, contrasta con la imagen que buena parte del público argentino conserva de Denegri: la de una ex modelo y panelista mediática, involucrada en el célebre caso Coppola de los años noventa. Pero el presente la encuentra en un lugar completamente diferente. Radicada en Miami desde hace más de dos décadas, Denegri consolidó una carrera como productora de contenidos audiovisuales, acumulando hasta el momento 26 premios Emmy por documentales de tinte social y programas de corte educativo y humanitario.
Su ciclo "Corazones Guerreros", que se emite por Mega TV, es hoy uno de los productos más reconocidos de la televisión hispana en Estados Unidos, con un enfoque que combina historias de superación, asistencia social y denuncias sobre situaciones de vulnerabilidad infantil. “Me di cuenta de que mi misión era contar historias que inspiren”, suele decir en entrevistas. Con su programa llegó a regiones vulnerables de Latinoamérica, organizó colectas, se involucró en campañas con UNICEF y empezó a transitar el camino del activismo político humanitario.
En 2024, ese mismo programa fue galardonado con el Martín Fierro Latino al mejor contenido infantil educativo, convirtiendo a Denegri en una figura de referencia en los medios latinos del sur de Florida. Por estos días, estaría gestionando la llegada de dicho programa a la televisión argentina de aire.
Celebridad. El reconocimiento no solo ha sido institucional. La influencia de Denegri en el sur de Florida creció a la par de su rol como empresaria. Es socia de la cadena Baires Grill, un emporio de gastronomía argentina con 11 sucursales distribuidas entre Florida y Nueva York, y con planes de expansión en Manhattan. Allí, en medio de copas de malbec y carnes premium, se la puede ver en reuniones donde se cruzan inversores, políticos locales y figuras del espectáculo. En ese circuito, a veces hermético, otras veces ruidoso, despliega una diplomacia informal que le ha permitido ganarse un lugar en esferas a las que pocas figuras del espectáculo latino pudieron acceder.
Su agenda, sin embargo, va más allá de la visibilidad pública. En paralelo, Denegri fue reconocida por el Congreso de Estados Unidos por su trabajo filantrópico y por el impacto de sus producciones en comunidades vulnerables. También ha impulsado campañas de ayuda a refugiados, niños con enfermedades raras y familias damnificadas por catástrofes naturales, tanto en América Latina como en zonas empobrecidas de los Estados Unidos. Todo esto lo ha articulado desde su productora Trinitus Productions, con base en Miami, y con una red de alianzas estratégicas que incluye fundaciones internacionales y organismos de asistencia humanitaria. Cabe destacar que con su productora, Denegri ha realizado documentales que han sido galardonados en múltiples ocasiones. Sus trabajos han abordado temáticas como el autismo, la trata de personas y la salud mental. “Cada premio no es para mí, es para las historias que contamos”, señala Denegri, destacando la importancia de dar visibilidad a causas sociales a través de su programa.
Política bilateral. En cuanto a su cercanía con el Gobierno argentino, si bien no existe un vínculo directo con Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y hermana del primer mandatario, el hecho de que Denegri haya sido una de las anfitrionas en los eventos oficiales en Washington sugiere una afinidad política y discursiva. En un escenario global donde los lazos entre la derecha libertaria latinoamericana y el conservadurismo norteamericano se estrechan, figuras como Denegri aparecen como facilitadoras naturales: con un pie en los medios, otro en el empresariado y otro en las causas sociales.
Lejos del ruido farandulesco que marcó en los 90, Denegri construyó una carrera de alto perfil y alto impacto, marcada por una estrategia que combina prestigio institucional, sensibilidad social y alianzas políticas inteligentes. A diferencia de otros compatriotas que triunfan en el exterior con discreción, ella ha sabido capitalizar su identidad latina y convertirla en una marca registrada.
Desde los salones de Mar-a-Lago hasta la red carpet de los Emmy, Denegri representa una síntesis eficaz: la del poder blando al estilo Miami, donde medios, política y negocios se entrelazan con fluidez.
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