El balón de fútbol utilizado en el Mundial y en las distintas competiciones oficiales es regulado en sus medidas por la Fédération Internationale de Football Association. La pelota debe poseer forma de icosaedro truncado en un 99.9%, una circunferencia entre 68 y 70 centímetros, un peso entre 410 y 450 gramos y su composición se basa en un 80% de poliuretano sintético y un 20% de materiales secundarios, cosido a mano y tiene sello FIFA QUALITY PRO.
Los avances tecnológicos permitieron una mayor sofisticación del control del balón dentro de los reglamentos del deporte para la competición internacional. Es por ese motivo que Adidas ha presentado Al Hilm, el balón oficial de las semifinales y la final de la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022. Esta denominación, que en árabe significa “el sueño”, es una nueva version mejorada de Al Rihla, que ha sido hasta el momento el balón oficial de la competición, .
Con los últimos avances en diseño de balones y la misma tecnología que se utilizaron para Al Rihla, Adidas mantendrá el mismo microchip instalado dentro del esférico, pero que hará que los datos lleguen más rápido para la resolución final del juez principal. La pelota estará dando información en tiempo real para los árbitros, que podrán apoyarse en el VAR para tomar las determinaciones necesarias, gracias al sistema de inteligencia artificial con el que cuenta y el sensor interno.
La FIFA define tres niveles de calidad diferentes para los balones de fútbol: Aprobado por la FIFA, Inspeccionado por la FIFA y Balón Internacional Estándar. Todos los balones empleados en competiciones oficiales han de incluir, por lo menos, uno de estos tres sellos. Siendo FIFA Approved la certificación más exigente de las tres. Para obtener alguna de estas, las pelotas han de superar un análisis de laboratorio. En dicho análisis se evalúa su peso, circunferencia, esfericidad, pérdida de presión, absorción de agua y su rebote.
Pero no siempre la tecnología estuvo al servicio del deporte más popular del mundo. El balón de tiento era la pelota que se empleaba antiguamente para disputar partidos de fútbol, era un objeto rústico y pesado, que crecía si se utilizaba en un terreno mojado. En las postrimerías del siglo XIX se practicaba con una pelota que por sus características distaba mucho de ser la que se usa actualmente en los más diversos lugares del mundo.
Testimonios de esa época nos hablan de los problemas que presentaban los antiguos balones, cuyo principal defecto radicaba en una deformación que les restaba equilibrio y esfericidad, haciendo que rebotaran mal y se tornaran prácticamente indomables. Esa imperfección determinada por el abultamiento que se originaba en ellos como consecuencia del necesario repliegue interior del pico de las antiguas cámaras, se acentuaba más con el grueso tiento o cordón de cuero que se usaba para cerrar la boca de la pelota, el cual a su vez se convertía en una dolorosa molestia que los futbolistas de ese entonces se veían obligados a soportar y que podía hasta llegar a lastimarlos cuando era cabeceada en la parte del cerramiento de la misma.
Sin embargo, la evolución llego por un invento argentino. La pelota sin tiento, llamada originalmente superball, fue inventada en la Argentina, en la ciudad de Bell Ville, Provincia de Córdoba, y patentada por Romano Polo, Antonio Tossolini y Juan Valbonesi el 20 de abril de 1931. Era un balón de costura y pico invisible,2 que fue estrenado en la Copa Mundial de 1950 organizada en Brasil, y desde 1936 como balón oficial de la Asociación del Fútbol Argentino.
En 1963 la compañía alemana de equipamiento deportivo Adidas comenzó a fabricar pelotas y se convirtió en la proveedora de la Copa Mundial desde la edición de 1970, debido a su avanzada tecnología y alta calidad. Revistió el cuero con poliuretano: material sintético flexible e inalterable con el frío, que le daba brillo, resistencia a la abrasión, mayor impermeabilidad y mantenía su forma. En la edición de 1986 el armazón fue reemplazado por cuero sintético con el Azteca.
En 1990 se creó el Adidas Etrusco Único que fue el primer balón 100% impermeable. Desde entonces, los fabricantes buscaron obtener la máxima circunferencia del balón y lo consiguieron para la Copa Mundial de Fútbol de 2010, con la Adidas Jabulani. Sin embargo, este logro complicó el juego de los futbolistas, especialmente el de los guardametas, que tardaron en acostumbrarse a los cambios bruscos en la dirección del balón a causa del mejor efecto. En el presente la circunferencia del balón es del 99.9% y posee granos para una mejor adherencia en los cabezazos, una tecnología creada por Adidas para el balón de rugby, pero recién aplicada en la actualidad.
por R.N.
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