Tuesday 23 de April, 2024

SOCIEDAD | 07-11-2019 15:00

Sexo en TV: actores que se animan a decir no

Antes se aceptaban escenas incómodas e incluso abusos en el set. En tiempos de empoderamiento, ahora se ponen condiciones y hasta piden dobles hot.

El sexo, al igual que muchas otras actividades cotidianas, siempre estuvo presente en la ficción. Tanto el cine como la TV nunca fueron reticentes a mostrar escenas de este estilo y muchas veces, de hecho, buscaban generar repercusión tratando de doblar la apuesta y animarse a mostrar más y más. Aún hoy son recordadas las películas de Isabel “Coca” Sarli y Armando Bó o las tomas de “La Mary” donde Carlos Monzón y Susana Giménez se concocieron y, según algunas versiones, no sólo simulaban lo que pasaba frente a las cámaras.

Sin embargo, en la actualidad, los actores parecen preferir no prestarse para este tipo de escenas y por el contrario rechazan el sexo ficcional. Nicolás Cabré y Natalie Pérez fueron dos intérpretes de la ficción nacional que hicieron pública su negativa a actuar encuentros íntimos.Él afirmó que emplea dobles, ella contó que le da pudor y que, por el momento, no lo haría. Otros, aunque sí realizaron las escenas, dejaron claro que no es una experiencia que les resulte grata. Celeste Cid, quien justamente tuvo que recrear la interpretación de Susana Giménez en “La Mary” para la biopic de Monzón fue clara: “Por más que uno trate de ponerle humor para sobrellevar mejor la cosa, y que pase rápido, no dejan de ser momentos de cierta incomodidad”, dijo. Algo similar había manifestado su colega Julieta Nair Calvo: “Siempre son incómodas las escenas de sexo. Es un momento tenso”, afirmó cuando le consultaron por sus escenas de sexo con Rodrigo de la Serna en “El lobista”.

Así, una problemática que estaba escondida comienza a salir a la luz. Los actores ya no están dispuestos a prestarse a algunas de situaciones y no dudan en mostrarse pudorosos y plantear sus condiciones. Y, a la par de este posicionamiento, la creciente toma de consciencia sobre los derechos femeninos ha hecho que muchas prácticas que antes se pasaban por alto, o eran entendidas como parte del “derecho de piso” para ingresar al mundo artístico, hoy sean rechazadas.

Excesos. “En la última escena de sexo de 'Dulce amor', en un momento dado el director, en la parte donde ella está por encima de él, la reta: '¡Corten! Calu, ¿y el texto?'". La respuesta de ella fue elocuente: '¡¿Cómo hago para decir el texto si no para de besarme?!'”, explicó José D'Antona, abogado de Calu Rivero. Es que según detalló la propia actriz los abusos que ella denunció del hoy exiliado Juan Darthés comenzaron cuando, por guión, debían realizar fogosas encuentros. De acuerdo a la versión de Rivero ella trató de que alguien interceda y le haga saber a su colega su disgusto con la situación, pero como esto no se revirtió ella acabó abandonando la tira. Más aún, la propia Calu dejó en evidencia el gran problema al que se enfrentan muchas mujeres al tener que actuar escenas de contenido erótico, ya que reconoció que no quiso hacer pública la situación en su momento ya que era su palabra, la de una actriz principiante y recién llegada del interior, contra la de un actor consagrado.

Juan Darthes y Calu Rivero

Es que la industria del espectáculo funcionó, históricamente, bajo una serie de reglas no escritas pero bien conocidas que le daban forma a un sistema perverso: hombres poderosos que se sentían habilitados para avanzar sobre los cuerpos de sus compañeras, mujeres que para sobrevivir en el ambiente debían aceptar condicionamientos o correr el riesgo de quedar afuera y testigos silenciosos que se terminaban por convertir en cómplices de acosadores y abusadores. Muchas actrices tenían miedo de decir "no" para no perder su posibilidad de trabajo. La ficcionalización del sexo siempre fue uno de los momentos donde este esquema se mostraba en su máximo esplendor.

“Comentarios sobre lo que puede haber pasado en tal o cual programa o grabación uno escucha siempre. Incluso testimonios de chicas que cuentan cosas terribles. Creo que hoy eso no es así, o al menos no me llegan comentarios de cosas actuales. Pero es cierto que antes era algo naturalizado”, contó a NOTICIAS un reconocido productor televisivo que prefiere no dar su nombre para no ser tildado de oportunista al hablar de esto.

Para el sexólogo y psiquiatra Walter Ghedin el “despertar social” es clave para entender esta nueva realidad. “Antes, por atenerse a un guión y ante la posibilidad de quedarse sin trabajo, quizá no se decía nada y las quejas surgían después y por lo bajo. Ahora estamos en otra realidad. Hoy se cuestiona todo”, afirmó a NOTICIAS, al tiempo que remarcó que el hecho de que las actrices argentinas estén tan vinculadas con la lucha femenina no hace más que acrecentar esto: “Ninguno puede pensar hoy que una de las actrices del colectivo sea arrastrada a una escena o situación indeseada. Ellas saben que con su accionar generan una representación y al ser conscientes de eso actúan en consecuencia”, explicó el especialista.

Además, el repensar el rol de la mujer no las afecta sólo a ellas, sino que también los actores hombres han comenzado a ser más cuidadosos con sus compañeras. “No debiera vivenciarse el empoderamiento de la mujer, que no es otra cosa que autorrespeto, como algo peligroso sino dignificante. Percibirlo como peligrosidad y amenaza sigue siendo un gesto patriarcal. El empoderamiento femenino solo es una amenaza para los abusadores. Quien no tenga conductas abusivas no tiene nada que temer”, detalló la consultora psicológica Analía Forti.

Patriarcado. A pesar de este nuevo paradigma, las huellas de la influencia masculina siguen vigentes cuando de sexo en la ficción se trata. De hecho, luego de que Cabré explicara que hay escenas que él no hace y que las actúa un doble, su colega Pablo Echarri salió al cruce con declaraciones que dejan claro que los galanes tienen sus dobleces: “Miente cuando dice que usa dobles, es una mentira burda solamente para escapar de la pregunta", dijo el actor en una entrevista en "Radio Con Vos" y luego agregó una declaración que dista mucho de demostrar deconstrucción: “Imaginate que uno se hace actor porque tiene la vocación y la expresión artística y demás, pero cuando uno se hace actor y galán tan joven, entre otras cosas es para poder hacer eso (sexo en la ficción). Mirá si llegás justo a la escena y te dicen 'bueno, correte que viene tu doble'. Sería un fracaso. Con los pibes de la esquina perderías todo tipo de credibilidad”.

Un productor contó a NOTICIAS: “Una cosa que se trata de cambiar es que sólo sea el hombre el que goza en la situación. Nosotros tratamos de que se vea una relación como realmente es. Pero sí es cierto que muchas veces se pone énfasis exclusivamente en el hombre”.

La guionista Marta Betoldi se enfrentó a este desafío cuando escribió la escena de sexo entre Violeta Urtizberea y Julieta Nair Calvo para “Las Estrellas”. Según explicó a este medio “cuando escrIbimos la relación entre Flor y Jazmín (los personajes), que era una relación que se convertía en una relación homosexual por primera vez para una de las chicas, nosotros tuvimos mucho cuidado, desde el guión, la dirección y la actuación y lo hablamos muy claramente: no queríamos construir una escena entre dos mujeres como tantas veces habíamos visto por TV para excitar a los hombres. Sino que tenía que ser construida de la misma manera que una relación heterosexual. Una historia de amor y nada más”.

Abuso en el cine

Pudor. La toma de consciencia también hizo que los actores se puedan  plantar más firmes en sus convicciones y negarse a hacer este tipo de escenas sólo por pudor.

"Uno ve a los actores y le parece que no les pasa nada, pero son tanto o más vergonzosos que cualquier otra persona. Y hoy están en condiciones de hacer pública esa situación", analizó Ghedin. Algo similar entiende Forti quien aseguró que al momento de actuar una escena erótica "hay un contacto íntimo donde se ponen en juego inhibiciones y pudores individuales y culturales".

Esto no quiere decir que el sexo en la ficción vaya a desaparecer. "La sexualidad es parte de la vida y entonces, si se va a concretar un vínculo es posible que la escena exista, pero contemplando de qué manera se presenta", afirmó Betoldi.

Así, el erotismo en la ficción local no está desterrado, sino que atraviesa una reformulación. Adaptándose a los nuevos tiempos y nuevas discusiones y dándole otra voz a los actores que deben interpretarlas. 

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Marcos Teijeiro

Marcos Teijeiro

Periodista de Información General.

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