En septiembre, 140 médicos latinoamericanos que habían estudiado en la entonces Unión Soviética se reunieron de forma virtual para participar de una conferencia con científicos del Instituto Gamaleya, el desarrollador de la vacuna Sputnik V. El 10 de diciembre, la experiencia se repitió, pero esta vez el encuentro convocó a expertos de todo el mundo, entre los que se encontraban 147 infectólogos argentinos. La cineasta Silvana Jarmoluk fue parte de la organización de ambos eventos. Hace un año asumió la dirección del Centro Ruso UBA (financiado por la Fundación Ruskiy Mir), un espacio que había sido creado para promover los vínculos culturales con Rusia, pero que se transformó con la pandemia.
Convertida en una especie de embajadora del laboratorio ruso, Jarmoluk distribuye la información que le llega de forma directa desde Gamaleya. Ella reenvía los informes a través de una lista de difusión en donde tiene contactos importantes, como la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti. En el último reporte, el Gobierno y el Fondo de Inversión Directa de Rusia (a quien Argentina le compró más de 20 millones de dosis) informaron que Sputnik V tiene un 91,4% de efectividad. La evaluación se hizo entre los 22.714 voluntarios que fueron vacunados en la fase III. En el país de Vladimir Putin, la vacuna ya está disponible. Casi 200 mil personas ya están inoculadas.
Los especialistas consultados alertan sobre la falta de publicaciones en revistas internacionales y que el gobierno ruso sea la única fuente de información. Jarmoluk insiste en que esas alarmas son infundadas. “Se hace propaganda contra Rusia. Ellos tienen sus publicaciones internas, pero están los sitios donde se puede consultar la información”, subraya. Para ella, las dudas solo responden a una pelea de poder entre los laboratorios que no quieren que su país ingrese al mercado latinoamericano. Por eso, su trabajo consiste en generar confianza entre los científicos locales: “En definitiva, son ellos quienes van a hacer la campaña de vacunación”, agrega.
Jarmoluk no participa de las negociaciones entre gobiernos, pero se reconoce como una persona de confianza de Gamaleya y, por lo tanto, sabe de lo que habla. “Hay posibilidades de algún acuerdo con un laboratorio local para que la vacuna se produzca acá como hace Brasil”, adelanta. l
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