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SOCIEDAD | 03-07-2021 12:01

Vacuna vegetal: por qué en Argentina se podrían triplicar la cantidad de voluntarios

Medicago y GlaxoSmithKline seleccionaron al país para el ensayo de fase III de su desarrollo. Tecnología innovadora y curiosidad vegana.

“La población que forma parte de este estudio, que tiene entre 18 y 40 años, es muy particular: vienen con mucha curiosidad, con un gran conocimiento sobre las vacunas en general y con preguntas respecto a temas como la anticoncepción que deben hacer durante el proceso o el vegetarianismo”. Así define Gonzalo Pérez Marc el perfil de los voluntarios que se inscribieron para formar parte del ensayo clínico de fase III de la CovLP, mejor conocida como “la vacuna vegetal”. El médico que lidera el proyecto a nivel local contó a NOTICIAS que Argentina puede convertirse en el centro más grande del mundo en la investigación de este desarrollo. “El objetivo inicial era que participaran 5 mil personas y ahora esperamos que sean entre 10 y 15 mil en un lapso de un mes y medio”, agregó el especialista.

El desarrollo de la compañía canadiense Medicago en asociación con la británica GlaxoSmithKline despertó el interés de miles de argentinos. La búsqueda constante de las generaciones jóvenes por lo natural y el hecho de que se haya instalado como la vacuna preferida de veganos y vegetarianos alentó la inscripción. Y aunque Pérez Marc aclara que el adyuvante que utiliza este desarrollo no es vegano, insiste con que esta novedosa plataforma podría tener otras grandes ventajas en términos sanitarios: “En la fase II se vio que es hasta 80 veces más potentes que otras vacunas que ya son muy eficaces. Además, al estar basada en una planta, llegado el momento en que se apruebe, se podría escalar la producción rápidamente. Por ejemplo, la Sputnik V es espectacular, pero el adenovirus que utiliza es difícil de cultivar. En esta, esa dificultad no está”.

Características de la vacuna vegetal

Si bien todavía es algo novedoso, no es la primera vez que se utilizan plantas en este tipo de desarrollos. La tecnología se conoce como Virus Like Particules (VLP), que en español se traduce como “Partículas similares al virus”. Se trata de utilizar partículas que se asemejen al virus pero que no lo sean, lo que significa que no son infecciosas. Las vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) fueron las primeras que utilizaron esta plataforma y la compañía Medicago ya la aplicó en dos vacunas contra la influenza.

En el caso del desarrollo para dar con una nueva vacuna para detener la pandemia, la “partícula similar” es la de la proteína Spike, aquella que está en la superficie del virus que genera el SARS-Cov-2. Pérez Marc lo explica en términos sencillos: “Tomás el ADN de la proteína Spike, que es la que genera la respuesta inmunológica más importante cuando ingresa al organismo. Metés ese ADN en una planta que se llama ‘Nicotiana benthamiana’. Es una planta seleccionada específicamente porque tiene la capacidad de tomar ese ADN suelto y produce una proteína con esa información. Pero no genera solo la proteína sino que hace algo más interesante: las genera en grupitos de tres, en trímeros, y las encaja en una membrana de grasa. Si vos mirás esa partícula en un microscopio electrónico, ves que es muy parecida al virus”, cuenta el médico y agrega: “¿Cuál es la ventaja de que sea así? Que cuando vos metés esa partícula en la vacuna y le agregás un adyuvante, en este caso el AS03, que la potencia, tenés una respuesta inmunológica básica que es espectacular porque es exactamente igual a la que genera el coronavirus, pero que no te puede infectar porque no tiene virus”.

Voluntarios para probar la vacuna vegetal

La fase III de este estudio se probará en 30 mil participantes distribuidos en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Argentina. En Ciudad de Buenos Aires los estudios se realizan en el Hospital Militar pero, a diferencia de lo que sucedió en otros ensayos, por primera vez se espera sumar otros centros en Rosario, Tucumán y Córdoba. Pérez Marc insiste en que el hecho de que el país haya sido seleccionado para esta etapa habla bien de la capacidad científica nacional.

El especialista trabaja desde hace 15 años con Fernando Polack, quien lideró el ensayo clínico que se hizo en Argentina de Pfizer y con quien trabajó en el estudio que llevó a la aprobación del uso de plasma de convalecientes como tratamiento para pacientes con Covid-19. “Cuando empezamos, hacíamos estudios muy complejos para grandes farmacéuticas. A nadie le interesaba la investigación clínica, pero cuando llegó esta necesidad había muy pocos lugares en el mundo con la capacidad de hacer ensayos de este tipo”, contó.

La convocatoria a voluntarios continúa abierta en Argentina y Pérez Marc. Por estos días, el grueso de los participantes ya recibió la primera dosis de la vacuna vegetal (o del placebo, ya que es un estudio ciego) y en 21 días recibirán la segunda. “Después de esa fecha, el corte se hará cuando se llegue a los 170 personas contagiadas con el virus y se pueda hacer el ‘análisis interino de eficacia’. Si el resultado está por encima del 40%, la agencia estadounidense FDA haría la aprobación de emergencia. Nosotros esperamos que la eficacia sea muchísimo más alta”, finalizó Pérez Marc.

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Giselle Leclercq

Giselle Leclercq

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