"Todo esto es un embudo. De este lado hay un arroyo muy profundo. Ellos están esperando que entremos por acá", señalaba el ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni sobre un mapa del terreno en Guernica, en las horas previas al desalojo. "Por eso nosotros vamos a avanzar desde otro lugar", marcaba.
El plano mostraba una zona verde con forma de diamante. En un extremo, la entrada al premio ocupado, sobre la Ruta 210. En el otro, más campo. "Este es el barrio más peligroso acá y acá hay armas", apuntaba Berni sobre el vértice del predio. "La única manera fácil de de llegar es por el lado de Guernica", apuntaba el ministro, que eligió el camino opuesto.
La estrategia para el desalojo fue la sorpresa. Tras la negativa en el pedido de postergación del desalojo por parte de la Justicia, y las lluvias pronosticadas para el fin de semana, se adelantó el operativo. En la madrugada, Berni coordinó el avance de los efectivos en dos columnas que rodearon el sector más peligroso de la toma con un un sistema de pinza.
"Ellos están esperando que lleguemos por acá", indicó. "¿Qué estamos haciendo? Estamos avanzando por el otro lado. Obviamente que es inevitable ocultar que vamos a entrar, pero pueden tener sospechas pero no certezas", desnudaba su plan a las cabezas de su equipo.
"Vamos a entrar por acá que es una ruta en construcción. Pero vamos a tener que caminar casi 2 kilómetros por esta zona que es un pantano". El avance fue lento y silencioso, durante la noche, por un lodazal. "Y a las 5:30 de la mañana empezamos a hacer el desalojo para que la gente salga por el otro", cerró Berni y enrolló el plano del predio de Guernica.
Los enfrentamientos empezaron con los primeros rayos de sol. A las 7 de la mañana un grupo con escudos de plástico y piedras se enfrentó con la policía. Pero la segunda columna llegó por el costado rodeándolos y se produjeron las detenciones. Los voceros confirmaban que a las 10:30 la situación estaba controlada.
por R.N.
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