Wednesday 9 de July, 2025

MUNDO | 30-06-2025 06:35

Sexo, poder y coimas: la doble moral del progresismo español

Piso para orgías, coimas y silencio oficial: el relato ético del PSOE tambalea frente a un caso que escala a nivel europeo.

La política española vive uno de sus momentos más turbulentos desde el fin del bipartidismo. El llamado “Caso Koldo”, que comenzó como una investigación por sobreprecios en la compra de mascarillas durante la pandemia, evolucionó hasta convertirse en una trama de corrupción compleja, donde se cruzan contratos públicos arreglados, coimas, pisos usados para orgías y pagos a prostitutas. El escándalo, que involucra a figuras clave del oficialismo, jaquea directamente al presidente Pedro Sánchez, sacude a la coalición de gobierno, y pone en tela de juicio la legitimidad moral del progresismo español.

Trama

La punta del iceberg fue la detención en febrero de este año de Koldo García, exasesor y mano derecha del exministro de Transportes José Luis Ábalos. Desde entonces, las investigaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil avanzaron raudamente. Hoy no solo se investiga el desvío de fondos públicos durante la emergencia sanitaria, sino también una red de sobornos vinculada a adjudicaciones de obra pública, manejada desde el corazón del PSOE. En el centro de la tormenta se ubica Santos Cerdán, hasta hace días secretario de Organización del partido, a quien los investigadores señalan como el “encargado de gestionar” comisiones que superan los 600.000 euros.

El caso Koldo en España

La gravedad institucional escaló con un hecho sin precedentes: el ingreso de la policía a la sede nacional del PSOE para requisar correos electrónicos y documentos vinculados a Cerdán. Para un gobierno que ha hecho de la transparencia una bandera de su campaña, la escena fue demoledora. Y Sánchez, que hasta aquí resistió con declaraciones ambiguas, se ve cada vez más cercado por un caso que no deja de crecer y que ya empieza a resquebrajar la cohesión del Ejecutivo.

Sexo

A esta dimensión política se suma una derivada aún más escabrosa: la sexual. Medios locales revelaron que parte del dinero de las coimas habría sido destinado a organizar encuentros sexuales en pisos privados, con la participación de prostitutas y actrices porno.

El caso Koldo en España

Entre las mencionadas aparece el nombre de “Anaís” o “Letizia Hilton”, vinculada también a otros escándalos mediáticos. Según las filtraciones, estos espacios funcionaban como puntos de reunión entre empresarios y funcionarios, donde además de favores económicos se intercambiaban favores sexuales. Las grabaciones judiciales sugieren que estos encuentros eran usados como moneda de cambio o incluso como método de cooptación dentro del aparato político.

El caso Koldo en España

Ábalos, que compareció recientemente ante el Tribunal Supremo, admitió haber sido “utilizado” y se despegó tanto de Koldo como de Cerdán. Aun así, la oposición y varios sectores de la prensa insisten en que no puede desentenderse de las responsabilidades políticas y éticas del caso. Lo mismo ocurre con Sánchez: su insistencia en el “yo no sabía” ya no convence ni a sus aliados. La izquierda alternativa —con Podemos a la cabeza— empieza a marcar diferencias, y en los pasillos del Congreso circula con fuerza la palabra “ruptura”.

El caso Koldo en España

Moral

Este colapso moral no solo compromete al PSOE: golpea de lleno al discurso progresista. Un gobierno que se embanderó en la lucha feminista, la ética pública y la justicia social, aparece hoy retratado como un espacio donde se reparten contratos a dedo, se enriquecen intermediarios opacos, y se organizan fiestas sexuales pagadas con dinero público. La contradicción es brutal, y no pasa desapercibida en una ciudadanía cada vez más desencantada frente a sus dirigentes, y alimenta el discurso en redes en contra de la casta progre.

El caso Koldo en España

El caso recuerda inevitablemente a episodios similares en América Latina, particularmente en Argentina: durante el gobierno de Alberto Fernández, también estallaron escándalos que combinaron corrupción económica con favores sexuales. La llamada “Causa de los seguros”, donde se investigan intermediaciones millonarias en contratos estatales, se superpuso con rumores sobre el rol de actrices y funcionarias cercanas al poder con las infidelidades del presidente a Fabiola Yañez, protagonista a su vez del famoso “Olivos Gate”, con fiestas privadas durante la cuarentena estricta (Sánchez debió sortear también el año pasado un escándalo vinculado su esposa Begoña Gómez), muestra del divorcio entre la prédica oficial y la práctica gubernamental.

Relato

En ambos contextos, el progresismo fue víctima de su propio relato. Al instalarse como alternativa ética al viejo orden, sus representantes asumieron un estándar moral que ahora se vuelve en su contra. Cuando la realidad exhibe las mismas prácticas de corrupción, discrecionalidad y desvío de fondos que antes criticaban, el golpe no es solo político: es simbólico. Y ahí radica su mayor fragilidad.

El caso Koldo en España

En el plano internacional, las consecuencias ya son perceptibles. La Unión Europea observa con preocupación el debilitamiento institucional en España. Las investigaciones sobre fondos europeos usados en contratos bajo sospecha podrían derivar en sanciones o revisiones presupuestarias. Para los mercados, la crisis incrementa el riesgo país y compromete la estabilidad de una de las economías centrales del bloque. En términos geopolíticos, el "Caso Koldo" erosiona la imagen de Sánchez como referente del progresismo moderado en Europa, un rol que venía consolidando en contraste con figuras como Giorgia Meloni o Viktor Orbán.

El caso Koldo en España

El futuro inmediato está marcado por la incertidumbre. Sánchez, de momento, intenta contener la sangría con gestos de autoridad: pidió disculpas, aceptó la dimisión de Cerdán, y se muestra decidido a resistir. Pero el desgaste ya se nota. Si la investigación avanza hacia su entorno directo o si nuevos audios implican a figuras aún más relevantes, la presión por un adelanto electoral podría ser irreversible.

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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