La psicóloga Mariona Busto, especialista en terapia de pareja y maternidad, aclaró: El “baby blues” es una reacción normal y saludable que sufren entre un 50 y 85 por ciento de las mujeres. Los síntomas aparecen pocos días después del parto, influenciados muchas veces por los cambios hormonales propios y suelen durar entre una y dos semanas, después desaparecen sin dejar ningún tipo de secuela".
Dentro del ámbito de la salud mental, el denominado “baby blues” se caracteriza por los cambios de humor, pudiendo pasar de la euforia al llanto, irritabilidad, hipersensibilidad, tristeza, ansiedad, poca concentración, trastornos del sueño en las mujeres que tuvieron un trabajo de parto. “No debemos confundir la depresión postparto con el llamado “baby blues” o tristeza postparto. La diferencia entre una cosa y otra radica especialmente en la intensidad y duración de los síntomas", señaló Busto.
“Entre el 10% y el 15% de las mujeres sufren de "depresión posparto", y muchas de estas mujeres no comentan con nadie lo que les pasa, por vergüenza, porque no saben con quién hablarlo, porque socialmente no está bien visto, porque su entorno no lo puede entender o no le da importancia, o porque no son conscientes de lo que les está pasando”, afirmó la psicóloga española.
En la denominada “depresión postparto”, la diferencia radica en que, en este tipo de cuadro, la intensidad y durabilidad afectan de forma significativa la vida de la madre y dificultan la atención hacia el bebé. Una característica del cuadro es que suele aparecer fuertes sentimientos de culpa y los síntomas pueden aparecer incluso seis meses después del parto.
“Para cumplir los criterios de un episodio depresivo posparto, tienes que cumplir los criterios de un episodio depresivo mayor”, explicó la doctora Samantha Meltzer-Brody de la Universidad de North Carolina al periódico The New York Times y agregó: “Entre ellos se encuentran un estado de ánimo persistentemente bajo, poca energía, sentimientos de inutilidad o culpabilidad, pensamientos suicidas y pérdida de interés por cosas que se solían disfrutar”.
Por ese motivo, muchos especialistas sugieren estar en contacto con otras madres y familias. En una estadística presentada por Anthony Costello de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estableció que un 60 por ciento de mujeres que asisten con grupos de personas de terapia o familiares, han podido disminuir la depresión postparto. Los beneficios más destacables son mejor autoestima y confianza, menos niveles de estrés y una actitud positiva.
"La terapia de grupo suele recomendarse a las madres recientes que están batallando y puede ser una de las intervenciones más eficaces", recomienda Paige Bellenbaum, trabajadora social clínica y directora fundadora de The Motherhood Center. Este centro clínico neoyorquino ofrece atención ambulatoria intensiva a mujeres con depresión posparto. “El apoyo que se prestan unas a otras. Las ayuda a sentirse mucho menos solas en este viaje tan difícil”, resaltó Bellenbaum.
En Estados Unidos, existe, en su faceta de prueba, el primer medicamento específico para la depresión posparto. “El tratamiento con este fármaco, llamado brexanolona, provoca una reducción significativa de las puntuaciones de depresión en aproximadamente el 70 por ciento de las mujeres que lo toman”, según Meltzer-Brody, quien dirigió los ensayos clínicos en la UNC, y agregó: "Lo más notable es que actúa en 24 horas, en comparación con las semanas o meses que se tarda en obtener un beneficio dentro del contexto de terapia".
Sin embargo, todavía la aplicación de este medicamento no está concluida y, por lo tanto, el aspecto más efectivo, para los profesionales, es la terapia grupal. “Estos grupos ofrecen un espacio de acompañamiento emocional, de escucha, de compartir experiencias, sentimientos e impresiones, muy útiles y altamente recomendables”, concluyó la psicóloga Busto en el informe del portal español La Vanguardia.
por R.N.
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