Saturday 27 de April, 2024

MúSICA | 14-11-2023 19:49

El valor de lo permanente

Varios de sus viejos protagonistas, festejaron y se autohomenajearon con lo que fuera la Trova Rosarina en tres shows llenos en el Coliseo porteño.

(CINCO ESTRELLAS)

Nada, nunca, ni el más sofisticado de los envoltorios ni con la puesta más simple, podrá superar el valor que tienen una buena canción y voces capaces de transmitirlas. Pero si se trata de una veintena de esas piezas instaladas en la memoria y el corazón de todos, un grupo de voces que son de las mejores de nuestra historia reciente, un director musical que conoce afectiva e íntimamente a todos y una evocación por los 40 años del renacimiento de la democracia, el resultado no puede ser sino excelente.

Aquello que en el comienzo de los ’80 fue bautizado como “La trova rosarina” era en verdad un grupo de artistas que no necesariamente compartían proyectos pero sí un modo de hacer canciones. Había enormes compositores, poetas y cantantes y todos se la rebuscaban más o menos bien con la guitarra. Y un productor discográfico pensó que uno de ellos podría ser la voz saliente para los enormes títulos de colegas coterráneos, que se podía formar una banda, que una bellísima voz femenina redondearía lo artístico y que la prohibición de difundir temas en inglés por la Guerra de Malvinas hacía necesario generar nuevos repertorios “juveniles” en nuestro idioma.

Así, conocimos aquel antológico primer álbum, con Juan Carlos Baglietto en la tapa y una foto a la manera de la película de Chaplin que se llamó “Tiempos difíciles”, publicado en el durísimo 1982.

Mucho pasó después. A todos se les volaron las chapas o se les encanecieron sus pelambres y avanzaron con sus propias carreras. Pero aquellos repertorios y aquellas canciones siguen intactas. Y lo que pasó en el Coliseo y pasará en otros lugares del país lo muestran con creces.

Lito Vitale jugó el papel de anfitrión y de tecladista y se puso al frente de una banda que completan Juancho Perone, Adrián Serra, Julián Baglietto, Diego Impraini, Víctor Carrión y Mariano Delgado. “Actuar para vivir”, “Canto versos”, “Los días por vivir, “Sueño de Valeriana”, “En blanco y negro Buenos Aires”, “Era en abril”, “La vida es una moneda”, “Tema de Rosario”, “Historia de Mate Cosido”, “Mirta, de regreso”, “El témpano” y alguna más fueron la parte rosarina del repertorio (incluidos Fito Páez y Lalo de los Santos).

A eso sumaron composiciones de León Gieco, Ricardo Mollo, Víctor Heredia, Luis Alberto Spinetta, Charly García y Litto Nebbia. Las gargantas (con el indudable liderazgo vocal de Baglietto) las pusieron en valor con en hermosos arreglos vocales a dos, tres o más voces. Baglietto, Garré, Fandermole, Abonizio, Rubén Goldín y Fabián Gallardo fueron los auténticos actores principales. Y entregaron conciertos de enorme valor artístico y, a la vez, de una emotividad que hizo lagrimear a más de un guapo.

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Ricardo Salton

Ricardo Salton

Periodista crítico de música.

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