Wednesday 24 de April, 2024

OPINIóN | 27-09-2022 11:16

Liderazgo joven y visión de negocios

Del jefe todo poderoso al trabajo colaborativo como principal activo. Oficinas abiertas y al nivel del piso con los empleados.

Los líderes nacen, pero también se hacen y se construyen. Sus habilidades se incorporan a lo largo del tiempo a partir de la observación de experiencias ajenas y capitalizando las propias. El liderazgo es, sin dudas, un concepto muy abarcado en la bibliografía corporativa y, en mayor o menor medida, al momento de dirigir un grupo de personas, sea cual sea el propósito de ese grupo, se busca lograr esa legitimidad que le confiere a una persona el status de líder. 

Seguramente haya tantos tipos de liderazgo por cada libro escrito sobre el tema. Una de las principales tareas de un líder empresarial no solo consiste en mantener motivado al equipo a través de oportunidades de negocio y de instancias de interacción constructivas, sino también lograr que los integrantes crean en el proyecto sobre el cual se está trabajando. Para eso hay que saber escuchar, brindar apoyo y transmitir confianza, promover valores como la transparencia, la ética y la cercanía con cada integrante del equipo.

Es interesante reflexionar sobre la diferencia entre líder y jefe. La principal característica que tiene el líder es la de ser el encargado de inspirar, de motivar, de lograr que la compañía tenga prestigio o que el grupo que uno lidera lo tenga. 

Cuando toca ser un líder joven, como herencia de un padre que también ocupó ese lugar, hacés un mix de culturas. Las generaciones más jóvenes tenemos nuestro mayor activo en estar más acostumbrados al trabajo colaborativo y a hacer las cosas en equipo. Mi experiencia en un deporte de equipo como el rugby, desde muy chico, me dejó muy en foco en el trabajo en grupo. 

Liderazgo joven

El líder no es el que se destaca por ser el más inteligente, el más capaz, sino por el que realmente puede entender, interpretar y percibir los signos del grupo. Lo intangible. Lo que no se ve tan fácilmente. Y de esa forma, alinear el propósito de todos. 

Sin lugar a duda, esa es la visión de liderazgo que como joven tengo y que intento transmitir al equipo. De hecho, es importante tener presentes cuestiones simbólicas, como por ejemplo, reformamos la oficina para estar en el piso donde está la mayor cantidad de gente. Hay que estar entre ellos, para ser uno más y que no haya uno más importante que otro. Por el contrario, motivar esa es la cultura de liderazgo que hay que impulsar.

También, una vez me dijeron que: “el buen líder es el que sabe estar adelante de todos, guiando, motivando; atrás de todos, empujando y siendo el motor; y, en el medio, involucrándose conociendo a todos”, eso es algo que siempre me quedo muy incorporado y trato de implementarlo en mi dinámica del día a día.  

Un buen referente, a su vez, sostiene la misión de la organización a diario. La diferencia entre ser líder, jefe o simplemente dueño está en la capacidad de lograr inspiración en el equipo para que se mueva en función del propósito que esa figura marca. A su vez, mantiene cohesionado al grupo, lo escucha, trata de entender sus necesidades, mientras que lo guía en la dirección del negocio incorporando al capital humano como factor de enorme importancia. Esto hace que los talentos se sientan parte de la empresa y que mejoren su compromiso con esta. El liderazgo es el factor que alinea, potencia e impulsa a los integrantes de un equipo.

Liderazgo joven

Asimismo hay que considerarlo un agente de cambio. Antes los referentes en las organizaciones generaban dependencia en los empleados, poco se hablaba de equipo y se le brindaban casi nulas herramientas para la toma de decisiones. Actualmente se busca brindarles herramientas para que sean autónomos en ese aspecto a partir de criterios basados en procesos de trabajo orgánicos. La materia de unión allí son los componentes de una cultura que establece muchísimos criterios para la gestión.

Entonces, ser agente de cambio puede sonar trillado pero es, sin duda, un driver fundamental hacia la innovación que obliga a instalar dinámicas adecuadas a cada organización y negocio. Por otro lado, cuando la brecha generacional de sus integrantes es amplia se requiere de una gran adaptación y de conocer mucho con quién se comparte, yo diría, la mayor cantidad del tiempo cada día. Ser líder no significa ser el mejor gestionando, o el más fuerte haciendo algo, en efecto, su virtud pasa por tener capacidad de inspirar y motivar a las personas que los lleva a optimizar entornos de mejora.

Es necesario promover las transformaciones en la empresa, de sus productos y que el equipo vuele alto. Mi sueño, por ejemplo, sería un día llegar a la oficina y que nadie lo note. Ese día será la evidencia de que los equipos están enfocados, liderando su tarea diaria porque recibieron las herramientas necesarias para que así sea el desempeño. Es clave fomentar la participación creativa con una impronta innovadora. Es importante identificar las áreas donde se pueda proporcionar una visión diferente e integrar al equipo fomentando el diálogo.

 

* CEO de CSH (Centro de Servicios Hospitalarios) 

por Tomás Piqueras

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