En el marco de la carrera global por tener una vacuna efectiva contra el coronavirus, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) llamamos a los gobiernos, hoy más que nunca, a exigir transparencia a las corporaciones farmacéuticas. No hay lugar para los secretos durante una pandemia, hay demasiado en juego.
A pesar de estar atravesando una pandemia sin precedentes, la opinión pública mundial todavía no cuenta con información transparente sobre los costos de investigación y desarrollo (I + D) de la vacuna contra la Covid-19, ni de los acuerdos de licencias y transferencias de tecnología. Sin una acción decisiva por parte de los gobiernos, el acceso equitativo a las vacunas contra el Covid-19 está en peligro, y esto es especialmente grave considerando los miles de millones de dólares de dinero de los contribuyentes que se han destinado a su desarrollo.
En el caso de AstraZeneca, sabemos que existen límites para los compromisos públicos “sin fines de lucro”, y que la compañía se ha otorgado el poder de declarar el fin de la pandemia para julio de 2021. Esto quiere decir que, después de julio de 2021, AstraZeneca podría cobrar a los gobiernos y a otros compradores precios elevados por una vacuna que fue financiada en su totalidad por el público.
En nuestro trabajo en todo el mundo, desde MSF hemos sido testigos de que muchas personas sufren y mueren de enfermedades debido a la ausencia de herramientas médicas asequibles. Mientras esperamos ansiosamente una vacuna eficaz contra la Covid-19, nos queremos asegurar de que la historia no se repita y que la industria farmacéutica no sea quien decida quiénes serán vacunados, cuándo y a qué precio.
*Representante de la campaña de Acceso a fármacos de Médicos Sin Fronteras.
por Felipe Carvalho*
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