Hay personas que parecen habitar un territorio propio, con un mundo diverso y hasta ecléctico, que va creando sentido mientras camina. Evangelina Bomparola es una de ellas. Lleva más de veinte años diseñando y vistiendo a mujeres de distintas edades con su marca consolidada en el mercado de alta gama. Con los pies sobre la tierra, desarrolla su negocio con éxito, pero sin ambiciones desmedidas. Rebelde sin estridencias, como modo de vida, su estilo desafía lo efímero y lo masivo.
Sin desentonar con esa sobriedad y elegancia que muestra en su vestir, que va de la mano con su modo de ser. No hay apariencias. Es gentil, educada, de modos suaves y amorosos. Parece tímida, pero no lo es. Estar expuesta la puso sigilosa, y quizás por eso, hay un calidoscopio interior que de a poco se deja descubrir. Nacida en una familia de clase media de La Paternal, con diez años pasados en el Conservatorio, estudió danza, guitarra y canto. Terminó cursando Ciencias de la Comunicación en la UCA, trabajó como productora de noticias en América hasta que un día la vorágine le dio la pauta de que el periodismo no era lo suyo. La moda apareció entonces, casi como un regreso a la infancia, a esas tardes en la casa de sus abuelos donde descubrió el bordado y el tejido, y se transformó en destino.
Hoy, a los 55 años, casada con el empresario Juan Pons y madre de Beltrán (24) y Esmeralda (21), se anima a una nueva faceta: la de documentalista. Ahora con una segunda entrega (“Oda al tiempo”) de la serie de cortos que, como guionista y directora, inauguró en el invierno con “Alta Cultura”, un capítulo que mostró un recorrido por los contrapuntos urbanos con el relato de Graciela Borges, donde se transformaba el mítico desfile de modas en manifiesto, cruzando poesía y vestimenta para interpelar la identidad argentina. Mientras tanto, sigue fiel a una convicción que define su carrera: la ropa debe trascender modas pasajeras y ser la ocasión para mostrarse como uno es.
En su nueva faceta de documentalista manifiesta, está por presentar pinceladas de su próxima colección con un nueva entrega, esta vez con la temática del tiempo. Una oda a valorar ese momento de espera, de detenerse. Filmado en los talleres de restauración de antigüedades y muebles del interiorista y coleccionista Fernando Samra, la idea es destacar ese elogio a la lentitud.
Noticias: Esta serie de cortos que comenzó con “Alta Cultura” para mostrar su colección de invierno y ahora se viene con una oda al tiempo, para anticipar la de la primavera-verano, puso al descubierto muchas facetas de la Evangelina diseñadora. ¿Quién hizo la dirección y los guiones del corto?
Evangelina Bomparola: Yo. Trabajé con un amigo publicitario para ver cómo quería articular el mensaje que quería dar. Y de ahí salieron muchas ideas, y entonces “Alta Cultura” se convirtió en una saga. Que seguirá con otros mensajes. Porque Argentina es un mundo de contradicciones. “Alta Cultura” es la síntesis del alto guiso y la alta costura. Me pareció que era trabajar con la ironía. Fue mi manera de decir “basta” a cierta indiferencia. Ahora se viene la segunda, que es una “Oda al tiempo”, ese que se nos escapa de las manos. Toda la vida fui rebelde, y pateé un montón de tableros. Pero jamás fui destructiva ni autodestructiva, fueron siempre actos para ir para adelante: Mi acto de rebeldía más importante hoy es decidir ser yo misma más allá del contexto de lo que se espera de mí.
Noticias: ¿Y qué se espera de usted?
Bomparola: Por ahí que sea más obediente. A mí me cuesta mucho definirme como una cosa, porque me considero muchas. Si me preguntan si soy 100% diseñadora de modas diría que no. Porque primero tengo mi propio método. Soy autodidacta porque no pasé por la formación académica, que respeto un montón, pero esto es un oficio para mí, vengo de otro palo. Quizás eso haya sido molesto para algunos, y lo entiendo, aunque antes me enojaba un poco, y ahora me tiene sin cuidado. Para mí también es un acto de rebeldía manifestar todos los días lo que me gusta hacer, como me gusta hacerlo y vivirlo sin culpas. Mi acto más grande de rebeldía hoy es poder decir que vestir bien no es pecado. Porque detesto el doble discurso donde la gente se quiere hacer la políticamente correcta y no vestirse bien porque temen ostentar, y después están casi desnudas en una fiesta. Mucha gente sale a la calle con lo peor que tiene en el placard, por no “demostrar”. No se trata de esnobismo: se trata de comunicar quién sos. Porque la primera impresión que tiene la gente de vos es por cómo estas vestida.
Noticias: ¿Y cómo es vestirse en un mundo de contradicciones?
Bomparola: Uf, ¡qué pregunta! Lo que pasa es que vestirse tiene que ver con lo que vos sentís. No hay contradicción en el vestir porque, según lo vivo yo, es un lenguaje interno. Es juntar el ser con el parecer.
Noticias: Pero usted muestra un camino para vestirse
Bomparola: Yo tengo un estilo. Pero no doy una bajada para ser elegante. El estilo que yo propongo es uno que hace vibrar o brillar mucho más a la personalidad que al vestido en sí. El vestido está en segundo plano, te acompaña, te hace sentir cómoda, y si te sentís bien el mundo es tuyo. Cuando entro a una reunión donde tengo que negociar algo, voy montada hasta los pelos, voy poderosa, con el saco con hombreras bien altas, y el taco con el pie bien anclado. Si quiero vender, tengo que sentirme poderosa.
Noticias: ¿Qué le dio la pauta que lo iba a lograr?
Bomparola: Nunca me detuve a pensarlo. Ahora debe ser que porque estoy grande y lo paso más por la razón y porque me volví una ariana domesticada, que lo puedo pensar un poco, pero siempre yo para ese tipo de cosas fui puro impulso, pura intuición.
Noticias: En una industria tan volátil, ¿cómo se mantiene firme en la atemporalidad?
Bomparola: Con convicción. Felicito a quienes hacen fast fashion, pero no es lo mío. Yo diseño pensando en el tiempo. Prefiero que una prenda acompañe años antes que se vuelva descartable. En ese sentido, me siento casi pedagógica: quiero enseñar que el buen vestir no es pecado. El lujo bien entendido es una inversión, por eso tiene que ser atemporal.
Noticias: ¿Qué le pasa con las críticas?
Bomparola: Antes me amargaba por media crítica negativa entre 100 elogios. Hoy aprendí que la crítica alimenta. Es una oportunidad para crecer. Aprendí que tiene que ser humildemente una enseñanza que tengo que incorporar. Con los años he aprendido a saber a quién escuchar y a quién ignorar. Ya soy demasiado crítica de mí misma.
Noticias: ¿Cómo se lleva con las redes sociales?
Bomparola: Me fasciné cuando recién aparecieron porque me parecieron que eran un vínculo directo con la gente sin intermediarios. Era genial poder contar una colección online y tener inmediatamente el feedback. Después vi que podían convertirse en un infierno narcisista y brutal. Hoy subo menos, selecciono más. Siempre prefiero el cara a cara, la charla real.
Noticias: ¿Cómo es hacer alta costura en este mundo de alto guiso?
Bomparola: (Risas) Yo hago moda. Los argentinos nos pasamos lidiando entre tormentas y terreno hostil. Yo hago moda. Nunca sabemos si hay cierres invisibles. ¿Sabes lo que era poner un cierre chino, y que se les rompa el vestido en el medio de la fiesta o cuando iban al baño? Pero esas son las cosas que pasan en nuestro país. Haber desmantelado la industria textil. Mi abuela cosía, y yo la acompañaba a comprar lo que necesitaba. Acá se hacía de todo, desde botones hasta los paños. Casi nada se importaba. Hoy somos una industria de ensamble.
Noticias: Ha vestido a primeras damas y a mujeres influyentes. ¿Cómo maneja la relación entre política y moda?
Bomparola: Con naturalidad. Juliana Awada es amiga mía, Fabiola Yáñez fue clienta. Yo siempre digo que un empresario debe ser, de algún modo, oficialista: hay que apoyar para que al país le vaya bien. No podés del lado del hacedor poner palos en la rueda. Sí podés emitir opinión, pero también creo que nuestra industria sería mucho más fuerte si nos corriéramos del ego.
Noticias: ¿Alguna vez le dijo “no” a alguien?
Bomparola: No me banco a la gente maleducada. Cuando alguna vez alguien no trata bien a mi gente o a mí, decido no trabajar con esa persona. Es uno de mis más grandes logros, el poder elegir para quién trabajo.
Noticias: ¿Un pendiente?
Bomparola: Cantar en público. Tengo pánico escénico, pero me encantaría. Creo que sacar la voz es un poco desnudarte, y empecé a preservar mucho mi intimidad a raíz de determinadas cosas que me pasaron por exponerme mucho. Me encantaría hacer el vestuario de una película. Me pasa con el cine argentino que veo que el vestuario pocas veces acompaña al personaje. Muchos directores creen que la ropa no habla.
Noticias: ¿Dónde ve a su marca en diez años?
Bomparola: Me gustaría que trascienda fronteras, pero desde acá. Que me vengan a buscar. Yo tengo una vida acá.
Noticias: ¿Cuál es el mensaje de su moda?
Bomparola: Muy simple: no te pierdas la oportunidad de mostrarle al mundo quién sos.

















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