Está haciendo temporada en el Teatro Melos de Carlos Paz, con la obra “El test”, del español Jordi Vallejo. Además de ser uno de los protagonistas junto a su mujer Paula Morales, Emilia Mazer y Alejandro Müller, Fabián Vena también se hace cargo de la dirección. “Hacer temporada este verano nos cerraba por todos lados”, sintetiza el actor que disfruta de Córdoba en compañía de sus hijas Cielo y Vida (que adoptó con su ex pareja Inés Estévez), Benicio (del primer matrimonio de Paula), y Valentino, el hijo en común de Fabián y Paula. Así, con los tuyos, los míos y los nuestros, Paula y Fabián lograron un ensamble familiar que los hace muy dichosos. Se conocieron en un set de televisión mientras grababan la tira “Somos familia”, en Telefe, en el 2014. Se enamoraron al mismo ritmo que sus personajes en la ficción y no tardaron mucho en mudarse juntos. La llegada de Valentino (6) coronó esa felicidad que aún perdura: cada vez que Fabián habla de Paula le brillan los ojos, se le acaramela la voz y se le hincha el pecho de orgullo y admiración. Tan bien encaja la pareja que intentan trabajar juntos cada vez que se da la ocasión. Y “El test” es una de esas ocasiones.
Fabián Vena debutó en Canal 9 cuando apenas tenía 20 años, en la tira “Socorro 5º Año”, y desde entonces nunca paró de trabajar en televisión, teatro y cine. Hace algunos años, además, se animó a dirigir y a abrir su propio teatro y escuela de actuación, en pleno corazón de Villa Crespo. Durante la pandemia por el covid, el actor despuntó todos sus vicios: hizo streaming con su unipersonal “Conferencia bajo la lluvia”, dio clases en su escuela vía zoom y dirigió a su mujer en “Herman@s”, comedia que produjo Nazarena Vélez. Con “El test” combinó todo lo que le gusta: volver a subirse a un escenario para actuar y dirigir, trabajar con su mujer y pasar el verano en familia. “La obra es una joyita en muchos aspectos porque nos permite jugárnosla. De por sí el género de la comedia dramática es algo que dominamos muy bien los argentinos porque tenemos ese ADN. Es una obra que da para el debate, para pensar, para la charla en la cena”, invita.
Noticias: La obra parte de una premisa sugestiva: ¿qué preferís, diez mil dólares ahora o un millón en diez años? ¿Cuál es su caso?
Fabián Vena: Me pareció una obra muy inteligente, con muchas posibilidades para el humor, y además de poner la mirada como actor, también hago foco en la dirección. Me gusta contestar a esa pregunta a través del personaje porque, como actor, vivo la vida de otros (ríe). ¡Como si tuviera tiempo de hacerlo! Ya bastante con la mía. Pero eso me divierte mucho. Mi personaje dice que “El test” no le supone ningún dilema porque ni una cosa ni la otra le van a cambiar la vida. En mi caso, pondría de manifiesto qué significa el dinero. ¿Está relacionado con mi felicidad, mi bienestar o la felicidad y el bienestar están relacionados con otras cosas? Creo que esperaría porque no pongo demasiado el foco en el vil metal. Por supuesto tengo que vivir, pero en la escala de valores de intereses personales el dinero no es algo que me conmueve como para ponerle la misma energía que le dedico a mi vida, mi salud, el teatro, mis hijos, mi mujer y tantas otras cosas. En todo caso, si tengo la chance de que me caiga dinero de arriba, y bueno, que caiga cuando tenga que caer.
Noticias: ¿Qué siente al volver a subirse todas las noches a un escenario después de tantos meses de conformarse con el trabajo virtual?
Vena: Qué locura lo que vivimos, ¿no? Fue muy particular el regreso al teatro. Volver a subirse al escenario es una emoción muy grande. Hacía meses que no pisábamos un teatro y cuando entré, me emocioné. Sentí que estaban los espíritus dando vueltas, veía la mugre de algunos rincones y tenía ganas de tirarme y revolcarme. Es increíble el valor que uno le da a las cosas cuando las pierde o desaparecen por un tiempo, como fue el caso. Cuando terminamos la primera función y recibí una foto tomada desde el final de la platea, que nos mostraba en el escenario con el aforo del teatro lleno, se me cayeron las medias. Ahí tomé conciencia de lo afortunados que somos y lo agradecidos que tenemos que estar.
Noticias: ¿Tuvo alguna duda en aceptar hacer temporada?
Vena: La ecuación para nosotros cerró por varios lugares. Primero porque estuvimos un año encerrados, y después porque el año pasado la pasamos extraordinariamente bien en Carlos Paz, con “Perfectos desconocidos”. Nuestros hijos la pasaron bien y mi mujer y yo disfrutamos mucho trabajar juntos. Ya era un negocio repetir lo que habíamos vivido el año pasado. Pero además ahora dirijo. Se dio como habíamos imaginado. Lo tecnológico nos ha ayudado mucho y en todo el año fue el sostén de mi escuela, hice un par de streamings, pero el público es el que termina de construir el teatro.
Noticias: ¿Cómo fue la rutina familiar durante la cuarentena?
Vena: En algún momento empecé a sentir una falta de fluidez terrible. Cuando digo que, de alguna manera, el teatro me salvó la vida, quiero decir que le dio un sentido a mi vida y también un orden. El actor tiene que cuidar su salud, como todos, y su voz especialmente. Tengo comportamientos amaestrados (ríe). Lo cierto es que en un momento de la cuarentena me pregunté dónde estaba el actor. Y descubrí que estaba en el fondo de un cajón. Nosotros vivimos de ilusiones pero no de incertidumbres. De alguna manera sentí que había perdido las riendas de mi propia vida. Y en cuanto a la rutina familiar, lo disfrutamos. Por nuestro trabajo, con Paula estamos mucho tiempo fuera de casa. En la cuarentena compartimos mucho en familia e hicimos cosas hermosas, como cocinar, por ejemplo, y ahí depositamos nuestra necesidad envuelta en amor. Pudimos acompañar la evolución de cada uno de nuestros hijos en la escuela.
Noticias: ¿Cómo se llevó con ese acompañamiento escolar?
Vena: Era un quilombo porque tenía tres zoom por cada uno de los cuatro chicos: a veces, en la agenda, tenía anotadas hasta 15 reuniones diarias. Y de pronto pasaba el día y no sabía ni dónde estaba parado, o si me había tomado un café en algún momento. Pero fue interesante. Somos afortunados porque tenemos una familia divina, porque nos amamos. Con Paula somos compañeros en cualquier circunstancia y este encierro, más que ponerlo a prueba, en realidad lo que hizo fue ahondar en la claridad y la felicidad que nos da estar juntos.
Noticias: Trabajó en varias oportunidades con su mujer, ¿siempre es goce o alguna vez lo padecen?
Vena: El padecer está muy pero muy lejos. Al contrario. Fue Paula quien hace muchos años me hizo dar cuenta de que tenía que dar clases y dirigir. Me abrió un mundo nuevo porque jamás había pensado en eso, sino que estaba focalizado en mi oficio. Siempre fui muy adorador de la técnica hasta el extremo de ser pesado y aburrido. Ella fue y va a seguir siendo la mentora y la creadora y mi primer ser humano de prueba, porque la voy a acompañar en cualquier cosa que haga. Tenemos una dinámica de laburo muy fluida, con características similares a las mías y ama el oficio tanto como yo. Paula tiene ansias de crecimiento y evolución, y es admirable, híper profesional al extremo y siempre está jugando y divirtiéndose. Amamos esa rutina del terreno de lo místico de nuestro trabajo que es la creación y el tirarse al vacío en cada función. Es encantador poder disfrutar juntos de ese gran combo de muchas horas compartidas.
Noticias: Trabajó muchos años en Pol-ka, ¿qué siente cuando sabe que la productora tiene un futuro incierto?
Vena: La sentencia es dolorosa. Uno creería que una productora tan importante siempre iba a seguir trabajando. ¡Qué tristeza! Creo que hay una combinación de varias cosas. Hoy, en materia audiovisual, solo hace falta un teléfono para conectarte con materiales de todo el mundo y ver diferentes plataformas. Hasta podes tener tu propia plataforma como la tengo yo con el teatro, para emitir tus cosas. Tendríamos que darle el valor que corresponde porque el talento está, los actores y actrices, los autores, directores y la técnica están. Puede que sea una cuestión de presupuesto porque hacer un producto autóctono lleva toda una producción. Pero también es verdad que cuando un producto nacional tiene éxito, es diez veces más que el de una lata y estamos sobrados de ejemplos. Más allá de lo que le esté pasando a la tele en este momento, no podemos dejar de lado lo más lindo que tenemos, que es la cultura. Nos gusta ver cosas nuestras. Hay algo que no podemos perder, no la dejemos morir, vamos a darle pelea y ver de qué manera la televisión puede tener burbujas creativas. Yo quiero ver historias de mis colegas. No se puede desperdiciar el talento que tenemos porque además es apreciado en todo el mundo.
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