Se tatuó “Fe” en la mano derecha (“para hacer desde la fe”), “Amor” en la pierna derecha con el símbolo del infinito arriba (“para caminar por el sendero del amor y de la verdad”), “María” en el pecho y “Dios” en la espalda (“porque siempre estuvo para recogerme y alzarme”). Se siente protegido. Pero también convive con la angustia de moverse en un medio donde está latente la traición. Javier Saiach viste de negro en medio de su tienda en Patio Bullrich, que inauguró en julio, con alfombras y cortinados rojos carmesí. Tiene recuerdos frescos de su niñez y llora cuando habla de su madre. Prepara un libro y se autodefine como un creador de sueños.
Noticias: ¿Cómo se vende el lujo en medio de una gran crisis económica?
Javier Saiach: El dinero cambia de manos, siempre va a haber alguien que tenga para comprar lujo. Querés pertenecer a tal marca y llevar su remera, esa remera que salía 300 dólares, hoy va a salir 980 y el que se quede acá queriendo lujo, va a pagar. Hay faltante de insumos porque China paró durante dos años y abastecía al mundo. Todos esos limitantes hicieron que el lujo se vea como algo mucho más exclusivo.
Noticias: Esta tienda no estaba en sus planes, ¿cierto?
Saiach: Fue sin querer. Era diciembre de 2021, yo estaba reunido con mi asistente para decidir en qué momento terminábamos de cerrar Argentina, y se acerca la gerente del Patio Bullrich y me insiste en que haga una pop up store, que es como un concepto más liviano que la tienda. Cuando empecé a analizar los costos, era lo mismo hacerla así que hacerla en serio. Y a mí me gusta hacer las cosas bien.
Noticias: Lo liviano no parece ser su característica.
Saiach: (se ríe) Es que la alta costura nunca fue moderna ni pretende serlo, se encargó de que el 90% de la prenda esté hecha a mano y tenga la magia de ser especialmente para la clienta. Cuestión que me pareció que, siendo argentino y habiendo vivido mucho en el exterior, era momento de devolver un poquito de la magia que me regalaron estos nueve años con mi vuelta a la Argentina y un público que me aceptó de buenas a primera.
Noticias: De todos modos, dijo que vivió situaciones de xenofobia aquí.
Saiach: Sí, por tener un acento determinado por ser correntino y haber vivido tanto en Paraguay, de que por eso se me juzgue y se me diga que era más cargado. Al principio es como que rompí el instructivo que venía como código en la cultura acá y con una moda en que la gente se adaptaba más al menos que al más, como que ponerse joyas, peinarse, maquillarse era pecado. Pero siempre fui medio hijo único, siempre hice lo que quise y tan mal no me fue porque cada corazonada que tuve, terminó bien. Te puedo gustar más o menos pero tengo una carrera en el mundo, tengo premios internacionales y un recorrido por toda Latinoamérica.
Noticias: ¿Fue hijo único?
Saiach: Tengo una hermana que me lleva 14 años, prácticamente fui hijo único porque le vine a mi mamá a los 44. En el ´73, imaginate, mi mamá era una audaz. Y con esa audacia fue con la que yo me crié.
Trae la fuerza del no planificado. Un mocoso irreverente que a los cinco años mantenía el siguiente diálogo: “Mamá, yo quiero ser famoso”. “Podés serlo por robar”. “No, mamá, yo voy a ser famoso por quien soy”. “¿Y quién vas a ser vos?”. “Un trabajador muy exitoso”. Después, fue un adolescente distinto, de pantalones OshKosh a cuadros y remera ajustada, en vez de los cargo con cuenta ganado de su Corrientes natal.
Noticias: ¿Hizo el esfuerzo por encajar?
Saiach: No, por un lado, sufría, pero tampoco me quería doblegar. Tengo en la sangre el turco y me cuesta doblegarme, prefiero sentir una puñalada a traicionarme. Nunca me prostituí ante nada ni nadie, ese fue el dogma más grande que tuve.
Noticias: ¿Es cierto que su madre era extremadamente exigente y siempre le subió la vara?
Saiach: Sí. A los 20 años, empecé a trabajar en tres empresas distintas, en decoración de imagen: Givenchy, Dior y Calvin Klein. Gané premios para ellos, mi sueldo se triplicaba y quise comprarle algo lindo a mi mamá porque le debo muchísimo. Le compré un anillo de tres oros, con un piedrón de zafiro en el medio rodeado de brillantes. Me acuerdo que me costó exactamente ocho meses de sueldo. Ella me dijo que era divino, se lo probó, lo miró y me preguntó si no había otro color de piedra… Ahí comprendí que estaba fascinada pero que siempre había algo que podía ser mejor.
Noticias: ¿Reconoce en usted esa misma actitud?
Saiach: No, pero con el que más duro soy soy conmigo mismo, sobre todo a la hora de competir conmigo mismo. Siempre hay algo para mejorar y seguir. Yo soy muy creyente y le digo a la Virgen que el día que yo me crea o que empiece a hacer las cosas sin que me importen, me saque todo.
Noticias: Escuchaba que tiene ganas de ser padre.
Saiach: Sí, me pregunto si mi sueño más anhelado se va a cumplir. Yo digo que Dios se tendría que llamar Justo, porque las cosas suceden cuando él quiere y a su medida. Me encantaría tener una nena, tengo tanto amor para dar.
Noticias: ¿Cómo se imagina esa paternidad, desde la adopción, desde una subrogación?
Saiach: Me imagino que se va a dar de la manera que Dios elija. El año próximo, me voy a dar la licencia de empezar a pensarlo, porque tampoco quiero ser el abuelo.
Noticias: ¿Cuál fue su dolor más grande?
Saiach: (hace un silencio largo, llora) Cuando se fue mi mamá…
Noticias: En medio de la pandemia y sin poder despedirse.
Saiach: Sí, no poder llegar… me encargué de cultivar amigos que fueron intachables conmigo y, cuando pasó lo de mi mamá, tenía cinco aviones privados para salir de Paraguay y no podía usar ninguno porque no tenía la entrada a Argentina. Yo era capaz de venir nadando... La recuerdo todos los días. Perdón, pero soy un tipo tan bendecido que no puedo escapar de la emoción. Vivimos en un mundo muy hostil, muy agresivo, donde la emoción puede interpretarse como mediocridad o falla profesional. Pero yo no puedo separar mi emoción de mi carácter y de mi creación.
Noticias: ¿Cómo se protege en un medio tan ególatra y hostil?
Saiach: Muy simple: hago caso omiso a lo que puedan decir y me vuelvo el niño que no quieren que sea entonces digo que no. En ese capricho, encuentro mi coraza.
Noticias: Dice que es una carrera de mucha soledad.
Saiach: Sí, cada vez te acompaña menos gente. En la base de la montaña está todo el mundo y te festejan. De repente, en la primera explanada, te dicen: “Me encantó acompañarte, pero tengo que hacer cosas”. En la segunda, “Esto no es mi sueño”. En la tercera, “No estoy preparado físicamente, sos un egoísta que me trajo hasta acá”. Cada vez se vuelve más solitario y te preguntás si vale la pena. Pero sí, vale la pena, no solo por la cuenta en el banco sino por la satisfacción, porque soy un chico que desde los 5 años soñaba en estar en un buen lugar pero merecido. No hice mi carrera en base a escándalos, ni de criticar a nadie ni de estafar sino lo contrario, haciendo que la mujer pueda soñar, que pueda volver a sentirse femenina.
Noticias: ¿Tiene inseguridades?
Saiach: Mi inseguridad como persona es respecto a la traición del medio. Vivir en un medio donde constantemente sos traicionado, donde constantemente te están probando, no saber hasta cuándo alguien puede ser sincero y realmente digno con sus sentimientos. Pero siempre vuelvo a tomar la iniciativa de tratar de iluminar lo que me rodea y de hacer todo con alegría y fe. Voy a publicar mi libro, “El cuento que me cuento”, donde cuento que ese chico de 5 años que soñó, está en camino. Y si él lo pudo hacer, lo puede hacer cualquiera.
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