Tuesday 10 de December, 2024

POLíTICA | 14-01-2023 09:08

Antonio Aracre, un CEO en la jungla peronista

Todavía no asumió como jefe de asesores y ya hay quienes piden su renuncia. Aprendizaje forzoso y polémica con Pablo Moyano.

El primer acercamiento de Antonio Aracre con Alberto Fernández fue durante la campaña presidencial del 2019, cuando se empezaba a pergeñar la malograda “Mesa del Hambre”. El día que se llevó adelante la primera reunión de la que participaron celebridades como Marcelo Tinelli, Martín Caparrós o Narda Lepes, también estuvo Aracre. En aquel entonces era el CEO de la agroquímica Syngenta, la empresa suiza que en el 2017 fue comprada por la compañía química estatal china, ChemChina.

El camino de Aracre en Syngenta se inició en 1986, cuando ingresó a trabajar en la compañía farmacéutica de origen suizo Ciba-Geig, que en 1996 se fusionó con Sandoz, otra empresa de ese país, para pasar a llamarse Novartis. En 1999, la división de agroquímicos de Novartis se asoció con AstraZeneca y dieron vida a Syngenta, que en el 2017 se vendió a los chinos. Es decir que sobrevivió 36 años a pesar de los cambios.

Tras dejar el mundo corporativo, a sus 59 años, decidió dar sus primeros pasos en la política “para aprender acerca del Estado”. Su tuit de debut no fue muy bien recibido por los funcionarios que ya llevan tres años en la gestión. “Mi primera tarea será abrir el Gobierno al mundo de las inversiones privadas que generen trabajo y le puedan cambiar la vida a la gente. Y consensuar con la oposición y los sindicatos algunos puntos esenciales para la Argentina que todos queremos”. Todas las tareas de los ministerios de Economía, de Trabajo, de Obras Públicas, de Transporte, o de Turismo, por poner algunos ejemplos.

Polémicas. Aracre tuvo una bienvenida agitada al mundo de la política. Su designación despertó algún comentario desde el kirchnerismo duro, donde lo tratan de “naif”. La senadora bonaerense María Teresa García se mostró un poco más indignada: “¿Usted tiene idea de lo qué es el peronismo, Perón, Evita, los trabajadores, sus derechos? Si no tiene idea, cobíjese en ese cargo, ¡y no hable! Tenga respeto por los que luchan todos los días”. Una cálida bienvenida.

El ahora ex empresario produjo una junta de firmas de ambientalistas que pedían su renuncia, que está en revisión en la Oficina Anticorrupción. Los agroquímicos de Sygenta les parecen un mal antecedente. Además, en una entrevista radial se mostró a favor de una “modernización laboral”, un juego de palabras que es tabú para una parte del peronismo, y la polémica no se hizo esperar. Pablo Moyano salió al cruce y también se sumó al pedido de renuncia. Aracre asume en febrero, es decir, que todavía no ocupó su despacho y ya está aprendiendo. O mejor dicho: le están enseñando.

Luego de la renuncia de Julián Leunda, el jefe de asesores del Presidente que quedó envuelto en el escándalo de Lago Escondido, Alberto telefoneó a Aracre para ofrecerle el puesto. El ex CEO de Syngenta ya tenía pensado renunciar y el Presidente lo tenía bien conceptuado. Aracre se había convertido en una de las pocas voces del mundo agrario que apoyaban en público al Gobierno, y es uno de los principales defensores del ex ministro Martín Guzmán. Sus declaraciones públicas le generaron críticas dentro del sector agropecuario. Una de las más recordadas es del día que defendió la aplicación del impuesto a la “renta inesperada”. En redes sociales, algunos productores convocaban a no comprar productos de Syngenta mientras Aracre fuese el CEO. No prosperó. 

La defensa de Aracre del Gobierno hizo que se estrechara un fuerte vínculo entre el Presidente y el empresario. A mediados de diciembre, Alberto le ofreció el puesto para que hiciera su primera aventura en el mundo de la política. El gabinete de Fernández se caracterizó por la apertura a debutantes en el Estado: Matías Lammens, Elizabeth Gómez Alcorta o Martín Guzmán son algunos ejemplos. Aracre se suma a este grupo de notables.

Las dos cosas que le pidió Fernández -acercar a actores del mundo privado al estatal, para convencerlos de invertir , y armar una mesa de diálogo con opositores, sindicatos y empresarios para ponerse de acuerdo en algunos puntos básicos sobre la convivencia democrática- parecen impracticables en un año electoral.

El 1° de febrero esta previsto que Aracre tome posesión de la oficina del primer piso de Casa Rosada. Por allí pasarón José Torello –durante la gestión de Macri–, Juan Manuel Olmos hasta mediados del año pasado y Julián Leunda hasta el mes pasado. La tarea del asesor es una figura sin mayores funciones. En términos de Emilio Monzó, es un lugar para la rosca política. ¿Qué rosca aporta Aracre a un año del final del mandato? Los gobernadores no lo necesitan para llegar al Presidente, los empresarios están en boxes esperando que se resuelva el panorama electoral, la Justicia tiene mala relación con el Gobierno y ese vínculo se maneja por otros canales. Tal vez tenga en agenda organizar una reunión con el nuevo CEO de Syngenta.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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