Ariel Lijo está expectante. Había conseguido los votos para avanzar con su pliego y ocupar una vacante en la Corte Suprema, pero como el candidato de Javier Milei, Manuel García Mansilla, no los tenía, no pudo progresar en el Congreso. Ahora el camino se angosta: el Gobierno avisó que analiza nombrarlos por decreto, pero el peronismo ya anticipó que no lo va a permitir. Su futuro se llena de interrogantes.
Es que, si Milei no firma el decreto para incorporarlo “en comisión”, la Casa Rosada tendrá que dar una vuelta más grande para meterlo en el máximo tribunal de Justicia. El peronismo está dispuesto a negociar y para eso necesitan más lugares.
Acuerdo por Lijo.
Por esa razón, el Gobierno volvió a pensar en la posibilidad de ampliar la Corte Suprema. Un proyecto de ley que el kirchnerismo acompañaría, a cambio de recibir un par de sillas para sus propios candidatos. Las opciones que se barajan son dos: un tribunal de siete o de nueve miembros. Habría espacio de sobra porque, tras la salida de Juan Carlos Maqueda, apenas quedarán tres cortesanos.
“Nosotros dijimos que queremos negociar. No hay dos tercios para nadie acá”, dijo en el recinto el jefe del interbloque de Unión por la Patria, José Mayans. Y completó: “Tiene que aprender el Presidente que tiene que discutir con los partidos políticos, no va a conformar una Corte plagada de liberales que son anti Estado”. Horas después, el peronismo hacía público un comunicado avisando que, si Milei avanzaba por decreto, ellos lo iban a tumbar en el Congreso. Enviarlo a sesiones extraordinarias sería la otra opción, pero caería en la misma trampa de todo el año: la falta de acuerdo por García Mansilla.
Para colmo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, le puso una pizca más de incertidumbre a la situación de Lijo. “El Senado tiene que resolverlo. Pero entendemos el reclamo por la presencia de una jueza mujer en la orte. Seguramente, será un tema que el Presidente va a considerar, en el caso de que estos pliegos no avancen”, dijo. El juez sigue confiando en que llegará al máximo tribunal, pero el camino se vuelve cada vez más enrevesado.
Comentarios