Parece que pasó en otra vida. Fue un cuarto de siglo atrás, cuando la realidad era muy distinta.En aquel entonces Guillermo Yanco era un periodista que cubría el día a día en el Congreso. La actual candidata del PRO era diputada por el peronismo. Dicen que para él fue un flechazo a primera vista, y que la correteaba cada vez que se la cruzaba por los pasillos. De hecho, la leyenda cuenta que la primera vez que la invitó a salir fue durante una marcha, en la calle, pero que Patricia Bullrich una y otra vez rechazó los convites. Finalmente, 25 años atrás y en un giro inesperado, la mujer terminó accediendo a la cita.
Fueron a ver una película, la recién estrenada “Mujer Bonita”, con Julia Roberts. Después a cenar. Ahí, en esa cita inaugural, “la Piba” le lanzó una advertencia que todavía resuena en los oídos de ambos. “Guillermo, te aviso de entrada. Nunca, pero nunca, me hagas elegir entre vos y la política. Porque me voy a quedar con la política”.
Ahora Bullrich recuerda la escena y se ríe, una escena de un pasado remoto. Pero no parece, para nada, una anécdota más: esa primera cita con Yanco la define de pies a cabezas. Patricia Bullrich: Es que conmigo es así, siempre fue así. Conmigo es blanco o negro.
Ahora, 25 años después, las cosas cambiaron. Bullrich y su esposo abren la puerta de su casa, cerca del Jardín Botánico. Posan para las fotos, se ríen, charlan, muestran sus cuadros, las fotos juntos, como una que tienen arriba de la cama matrimonial, donde se los ve acaramelados. Llevan un cuarto de siglo ininterrumpido de una intensa relación, la mayoría viviendo en ese mismo departamento de 120 metros cuadrados.
El hombre cuenta que, a pesar del trajín de la campaña, cada vez que ella está en Buenos Aires se ocupa de hacerle el desayuno por las mañanas. La dirigente festeja las ocurrencias, y parecería que él es su cable a tierra, el corte con un año electoral más que complejo para ella y para toda su coalición. Otros son el paddle, su deporte preferido, sus tres nietos (dos de ella y uno de su pareja, para los cuales tiene reservado otro celular que no es el que usa para la política), la cinta de correr en el gimnasio mientras escucha los diarios leídos por un sistema de audio o los programas de podcast de historia o economía que suele escuchar.
La cocina no es el lugar en el que más tiempo pasa, aunque la dirigente jura que los zapallos rellenos que cada tanto hace no tienen nada que envidiarle a los platos de los chefs que se ven en la televisión. En todos esos momentos Bullrich se olvida de que, contra todos los pronósticos -los suyos, los de su partido e incluso los del círculo rojo-, Javier Milei salió primero en las elecciones primarias y que parecería llegar con serias chances a las de octubre. Y que, si alguna variable no sale como se espera, Juntos por el Cambio podría terminar en un deshonroso tercer lugar. Yanco es, en ese sentido, su gran sostén.
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