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POLíTICA | 17-08-2021 16:45

El regreso de Mauricio Macri: quiere ser parte de la campaña

Volvió al país y no quiere quedarse afuera. Larreta, resignado. Problemas judiciales y conflictos en puerta. ¿Presionó jueces?

Tras regresar al país, Mauricio Macri se subió de inmediato a la agenda periodística y opinó sobre el escándalo de la fiesta de cumpleaños en Olivos en plena cuarentena. En una entrevista televisiva con el canal TN dijo que "la foto de Olivos terminó de destruir el valor de la palabra y la autoridad moral del Presidente". El presente de Macri está atravesado por la disputa de electoral de este año, pero también se suman sus temas personales en material judicial. Es decir que sus actividades de los próximos días irán en esas dos direcciones. 

El martes 10 de agosto tuvo una llamada telefónica con el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta en la que hablaron de la campaña. Cuando termine su aislamiento, el ex presidente tiene previsto salir a caminar con María Eugenia Vidal en la Ciudad de Buenos Aires y con Diego Santilli en la provincia, sobre todo en el interior bonaerense, donde Macri tiene mejor imagen. La novedad de esta recorrida de acompañamiento electoral será que también se analiza la posibilidad de viajar al interior del país para acompañar a otros candidatos. 

La actualidad de Macri se puede analizar desde dos planos: el político y el judicial. En el plano político dio señales de que está trabajando para apuntalar al ala dura del frente Juntos. Un ejemplo fue la defensa indirecta que hizo del diputado Fernando Iglesias, quien quedó atravesado por una polémica con la actriz Florencia Peña tras hacer comentarios misóginos contra ella en las redes sociales por una visita a la quinta presidencial de Olivos, donde se reunió con el Presidente. Los comentarios irónicos de Iglesias le cayeron mal y la actriz salió a decir que ella no era la “petera” de Alberto Fernández.

Por esta polémica, los sectores más progresistas del Gobierno salieron a separarse de los comentarios de Iglesias e incluso a repudiarlos. Pero Macri decidió tomar partido por él, a pesar de que los diputados oficialistas, encabezados por la ex periodista Gabriela Cerruti, pidieron su expulsión del Congreso. El ex presidente compartió en sus redes un posteo de su ghostwriter Hernán Iglesias Illia, en el que planteaba que los dichos de Iglesias sobre Florencia Peña no eran tan tremendos y que gran parte de la repercusión del asunto se había dado porque fue la propia actriz quien le dio visibilidad al caso.

La relación con Patricia Bullrich no está atravesando su mejor momento, porque la presidenta del PRO esperaba que Macri la respaldara más fuerte a la hora de armar su fallida candidatura porteña. El problema que tenía –y tiene– Bullrich es que a pesar de que consolida al núcleo duro de los votantes del PRO, su techo es muy difícil de perforar. En la previa, los focus group sobre Vidal en la Ciudad daban un mayor porcentaje de votos en los sectores indecisos. Como estrategia, la inclusión de López Murphy en la interna busca retener al votante liberal que podría buscar otras propuestas como la del economista Javier Milei. En este panorama, Bullrich aceptó acompañar a los candidatos para que la suma global de los votos de la interna sea más abultada.

Al oficialismo porteño se le presenta una dificultad: en los sondeos previos están detectando que el porcentaje de votantes podría ser más bajo de lo esperado, por el temor a contagiarse de coronavirus Ese temor es mayor en las personas adultas, quienes son el porcentaje más grande del padrón en la Ciudad de Buenos Aires y los más afectados por el Covid-19. Si bien la vacunación bajó los porcentajes de casos graves y muertes, el temor sigue siendo un factor para quedarse en casa.

Tribunales. En materia judicial, los problemas de Macri siguen siendo la causa Correo Argentino y la llamada causa Indalo, en la que se investiga el rol de su ex asesor legal Fabián “Pepín” Rodríguez Simón. Alrededor de estos casos podría surgir un problema que hoy es un rumor en los pasillos del Gobierno, pero que podría convertirse en un escándalo si llega a materializarse. Desde el oficialismo están tratando de convencer a diferentes jueces, fiscales y funcionarios judiciales para que denuncien a Macri por presiones y amenazas. Los casos que ya tantearon fueron los del el ex camarista Jorge “Paty” Ballestero, la jueza María Servini y el jefe de la oficina de escuchas telefónicas, Tomás Rodríguez Ponte. En el Gobierno saben que todos recibieron mensajes a través de un intermediario o directamente del propio Macri, molesto por las decisiones que estaban tomando. En el caso de Ballestero, por su decisión de liberar a Cristóbal López en 2018. En el de Servini, porque ordenó analizar el celular de Rodríguez Simón en la causa Indalo. En este caso, la juez de Comodoro Py habría recibido un Whatsapp del propio Macri que luego fue borrado. La magistrada lo tomó como un mensaje mafioso y le hizo llegar al ex presidente el comentario de que tenía captura de pantalla. No lo denunció.

El tercero más tentado por el Gobierno para que denuncie a Macri fue Rodríguez Ponte, quien desde las oficinas que tiene a su cargo estaban realizando el informe de los entrecruzamientos de llamadas. A Macri le preocupaba el resultado de ese informe y decidió llamar a Rodríguez Ponte, quien es ahijado judicial de Ariel Lijo.

Esos llamados le podrian significar, en un futuro, un dolor de cabeza al ex presidente. Hoy su cabeza está puesta en la campaña electoral, que, además, definirá el equilibrio de fuerzas de cara a las elecciones presidenciales. A sus amigos más cercanos se lo repite seguido: no hay 2023 sin 2021.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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