La terraza del búnker del Gobierno en Chacarita invitaba a un ejercicio mental: intentar imaginar que sería de ese mismo lugar si las PASO no hubieran existido. ¿Estaría sonriendo para las selfies Axel Kicillof, que se escapó del vip más exclusivo -ese donde se juntan los líderes del Frente de Todos- a este, donde están los ministros y otros funcionarios? ¿Sería Antoní Gutiérrez Rubí, el asesor catalán que hasta entonces era mirado de reojo por varios, el centro de los elogios en la madrugada del lunes 15? ¿Se cantaría a grito pelado “peroncho soy, de la cabeza siempre voy”? Es imposible de saber, pero la lógica indica que, sin la recorte de la diferencia ocurrida dos meses atrás, el resultado de quedar debajo de Cambiemos por nueve puntos a nivel nacional no hubiera invitado a ningún festejo. Es una discusión para la historia, porque lo cierto es que ayer se celebró. Y mucho.
No es para menos. Algunas horas antes de que se conozcan los resultados el clima en Chacarita era de prudente calma. Los recuerdos de ese lugar luego de la elección de septiembre, cuando la terraza había quedado prácticamente desierta luego de que se conocieran los resultados, estaban todavía frescos. El sorpresivo anuncio de CFK de que no iría hasta el búnker, además, no hizo más que levantar sospechas: el mensaje se envió a las 19:15, horario que suele ser el común para que a los popes de las coaliciones les empiecen a llegar los primeros datos de las mesas testigo. Pero más de cinco horas después, luego de los discursos en el escenario que varias veces fueron interrumpidos por los cantos y festejos de la militancia, la escena era otra. Aunque a varios todavía le duraba el susto. “Soy sincero: pensé que a esta hora el Gobierno iba a estar muerto”, confesaba un ministro nacional, con un trago de aperol en la mano. El funcionario hablaba con la voz alzada: cualquier charla en el vip del búnker tenía que ser casi a los gritos para hacerse escuchar por sobre los cantos militantes. “Dijimos no al ALCA, también al FMI, a todos los gorilas y al monopolio Clarín… ya de bebé en mi casa había una foto de Perón en la cocina”, se coreaba.
Uno de los más buscados en la terraza era el catalán Gutiérrez Rubí. El asesor, que había trabajado en la campaña de CFK en el 2017 y que había terminado mirado de reojo por varios en ese espacio luego de ese trabajo, era ayer el MVP de la jornada. Es difícil –coincidía la mayoría ayer en el búnker- establecer cuanto de la remontada en la Provincia tenía que ver con la campaña del “Sí”, que ideó el español, pero esa discusión era para otro momento y lo que manda, en la política, son siempre los resultados. Los que lo buscaban, sin embargo, se llevaron una decepción: minutos después del discurso de Alberto, Gutiérrez Rubí se escabulló del búnker. “Es que mañana trabajo temprano”, explicó a los que se lo preguntaron. Perfil bajo, aunque los que lo rodean, que pertenecen al equipo de Sergio Massa -el catalán era su asesor hasta que pasó a comandar toda la estrategia del Frente- no tuvieron tantos priuritos a la hora de hacer un análisis. “Gran parte de esta remontada se la debemos al Frente Renovador. Pusimos al estratega y fijamos el eje de comunicación, de gestión. La presencia de Sergio cada vez cotiza más en el Gobierno”, decían en la terraza, lo que quizás sea un adelanto de futuros movimientos del tigrense hacia lugares de aún más exposición.
No eran los únicos que festejaban. El alivio de los ministros nuevos, los que llegaron al Gabinete luego de la crisis de las PASO, también era palpable. Se podía preveer que si la diferencia se agrandaba, iban a estar ellos también en la lista de apuntados. Por eso ayer, para los flamantes funcionarios, era todo jolgorio. "Fijate que entramos nosotros y recortamos cinco puntos en provincia, en sólo un mes. Multiplica eso por 24, los que faltan para el 2023: vamos a ganar por el 140%", se reía uno de ellos. El que también andaba contento era Enrique Albistur, ex secretario de Medios K y esposo de la primer candidata bonaerense, Victoria Tolosa Paz. "¿Vieron que el Presidente anunció festejos para el 17 de noviembre? No se confundan, no es por el día de la Militancia, es por mi cumpleaños. Lo malo es que Alberto no va a poder venir, pero seguro que me saluda desde el acto", decía el publicista, a días de cumplir unos 74 años que no aparenta.
Aunque es verdad que el Gobierno no ganó, ya en el mismo búnker se explicó el motivo de tanta algarabía. "Es que con esto seguimos en cancha. El partido queda abierto", decía un hombre del riñón de CFK, mientras detrás suyo "Wado" de Pedro, el único de la cúpula de La Cámpora que se quedó hasta tarde, pedía un trago. Es que, aunque pueda llamar la atención, la diferencia de casi diez puntos que hubo a nivel nacional -que contrasta con el 48% que sacó el Frente de Todos en el 2019- no se sintió en el comando electoral en Chacarita. La alegría ahí, en la intimidad del vip, no era impostada ni planeada para una foto: parecía real. ¿Volverá la terraza a teñirse de fiesta dentro de dos años?
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