Si bien la pata peronista de Juntos por el Cambio tiene varios representantes, como Diego Santilli y Cristian Ritondo, las figuras de Rogelio Frigerio y Emilio Monzó quedaron marcadas a fuego cuando Mauricio Macri los señaló como uno de los factores del fracaso en su gestión como presidente.
Sin embargo, aquel ataque furioso del inicio se revirtió luego en su libro, Primer Tiempo, donde el ex presidente los sindica como "dos de mis personas más capaces" para lograr acuerdos con los gobernadores. Un cambio rotundo, teniendo en cuenta el enfrentamiento al que Macri los había sometido en su primera irrupción mediática desde el llano. Esta vez, en su trabajo editorial, aseguró que ellos "no tuvieron la culpa" de las relaciones truncas con los mandatarios provinciales.
Ahora, solo Monzó sigue con intenciones de competir a nivel nacional: hizo públicas sus ganas de ser candidato a diputado y asegura que, si lo dejan, puede atraer a otros peronistas a la coalición. Frigerio se refugió en Entre Ríos: primero va a probar como candidato en las elecciones de medio término y, si le va bien, ya piensa en competirle a Gustavo Bordet por la gobernación en 2023.
Más allá de sus intenciones personales, ambos aseguran que están trabajando en ampliar las bases de Juntos por el Cambio. “Ya sumamos a Margarita Stolbizer”, dicen a modo de ejemplo. A pesar de todo, siguen teniendo su propio peso específico.
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