Lo intentó en el 2019, pero distintos factores hicieron que su estrategia se quedara sin nafta antes de posicionarse en la línea de largada. Cuatro años después, el consultor Guillermo Seita cree que las circunstancias cambiaron: por eso le planteó a Juan Schiaretti que era momento de rearmar la “tercera vía”. El gobernador cordobés, sin reelección en su provincia, hizo caso a su estrategia y se lanzó a la aventura presidencial.
Junto a Juan Manuel Urtubey, Schiaretti salió a la caza de distintos dirigentes políticos que le den sustento a su candidatura. El primero en aceptar la foto, para sorpresa de la Casa Rosada, fue Alberto Rodríguez Saá. Pero en las oficinas de Seita se barajan distintos nombres que pueden mover el tablero de la política.
Fiel a su estilo, mientras arma la estrategia presidencial de Schiaretti, Seita presta servicios a sus competidores. Por ejemplo, tiene a Horacio Rodríguez Larreta como otro de sus clientes importantes. Tal como sucedió en el 2015 y el 2019, este año el multioperador correrá la carrera a bordo de distintos caballos. Así, siempre hay más chances de ganar.
Ideólogo. “Hay que buscar a los gobernadores de las provincias productivas. Ahí hay tierra fértil para crecer”, le aconsejó Seita a Schiaretti. Tras las fotos con Urtubey y Rodríguez Saá intentarán que se sumen dos aliados del cordobés: Omar Perotti de Santa Fe y Gustavo Bordet de Entre Ríos. El boceto que se delineó en la oficina del consultor contempla otras provincias como Misiones y San Juan. Pero también tiene señalada a Tucumán: si el plan de seducir a Juan Manzur prospera, significaría un tiro de gracia a las aspiraciones de Alberto Fernández.
En la Provincia ya están en conversaciones con Emilio Monzó. Consideran que el ex diputado de Juntos por el Cambio sería un buen candidato para representar al peronismo moderado en Buenos Aires.
El ideólogo de la “tercera vía” cree que las circunstancias del 2019 cambiaron. Así se lo manifestó al equipo del gobernador cordobés antes del lanzamiento: “El fracaso de Alternativa Federal tuvo tres motivos”, les dijo. Y enumeró: “Schiaretti tenía un mandato más, no tenía por qué arriesgar. La gestión de Macri fue tan mala que permitió que apareciera Alberto y ahí se fue Massa. Y además no contábamos con la miopía de Lavagna, que era el candidato de todos los moderados y no quiso competir”. Al final, los dirigentes saltaron del barco antes de que zarpara.
Mas allá del sueño presidencialista, subyace una segunda intención en la avanzada de Schiaretti. El actual gobernador quiere retener su poder en Córdoba, por lo que asegurarse una candidatura nacional podría ayudarlo. Su delfín es el intendente de la capital provincial, Martín Llaryora: un candidato competitivo. Sin embargo, acompañarlo en la boleta le dará más chances de ganar. Aún perdiendo en el país, podría haber una victoria si se conserva el poder en el pago chico. Una jugada a dos bandas.
Tentáculos. Mientras monitorea desde una de sus once empresas el desembarco nacional de Schiaretti, Seita realiza trabajos para Larreta, a quien más de uno lo escuchó calificar como “un hijo mío”. Desde sus oficinas se hacen trabajos para la mayoría de los políticos: eso incluye también al ministro del Interior, “Wado” de Pedro, entre otros. Un pulpo.
Con 765 empleados, las compañías en las que Seita tiene participación prestan servicios a organizaciones públicas y privadas. Hace auditorías con Ejes, encuestas con Management & Fit y asesoramiento en comunicación con Off&On Estrategia. Portutatis es una productora de radio y TV, Prosumia es de Big data y Wam una organizadora de eventos que tiene al Espacio Clarín. También tiene empresas dueñas de medios como Argentina Media o Contenidos. Un amplio abanico que se completa con el Grupo Identidad, Punto Soy y el Teatro Tronador de Mar del Plata.
Luego de haber sido secretario de Carlos Menem en los ’90, Seita se había alejado de la política y se dedicó a la representación de jugadores de fútbol. Volvió al ruedo una década después, pero en el plano que más le gusta: desde las sombras. En el 2017, cuando rompió el ostracismo en una entrevista con NOTICIAS, reveló que en las elecciones anteriores había sido consultor de Mauricio Macri, Daniel Scioli y Sergio Massa. De hecho, andaba con tres teléfonos y bromeaba: “Tengo uno para cada uno de ellos”.
El consultor se ufana de decirle lo que piensa a sus clientes. “Mientras las cosas sean claras, está todo bien”, argumenta cuando le preguntan por los posibles conflictos de intereses que se generan al trabajar para distintos candidatos. Tiene, además, una mirada muy dura con la dirigencia actual: “La gente rompió su contrato con la política. Según mis mediciones, el 65% quiere un cambio total”, explicó hace poco en una reunión. Sus interlocutores lo escuchaban sorprendidos.
Para llevarles tranquilidad les aclaró que no cree que sea Javier Milei quien represente ese cambio: él considera que el economista liberal se va a desinflar con el paso de los meses. Pero allí está la oportunidad: quien consiga representar a los desencantados podrá calzarse la banda presidencial. Seita trabaja para que uno de los suyos lo logre.
Comentarios