La sorpresa en el búnker de Horacio Rodríguez Larreta fue absoluta el día que cerraban las listas. La estrategia contra “Wado” de Pedro y Daniel Scioli era muy clara, pero la noticia de que Sergio Massa suplantaría a los dos candidatos generó dudas: es que más allá de la pertenencia a distintos espacios políticos, es pública la amistad histórica entre el jefe de Gobierno porteño y el ministro de Economía. Sabían que, tarde o temprano, los competidores internos sacarían a relucir la relación.
Pasado el estupor inicial, Larreta intentó llevar calma a su equipo de campaña. “Hace tiempo que Massa está muy pegado al kirchnerismo. No nos modifica lo planificado”, señaló uno de los armadores.
Eso sí, tal como se podía anticipar, la relación entre ambos es una de las críticas que más se escuchan entre los rivales internos de ambos dirigentes. Por eso, el jefe de Gobierno intensificó las declaraciones contra el precandidato de Unión por la Patria. La tarea es exagerar las diferencias para que nadie se confunda.
Pero mientras Larreta y Massa juegan a negarse, Malena Galmarini no tiene esa necesidad: “Sigo siendo amiga de Bárbara (la ex del jefe de Gobierno porteño), porque si ellos deciden terminar con su pareja no tiene nada que ver con mi amistad”, aseguró.
Relación.
Las reacciones no fueron iguales. Mientras que a Massa, sin competencia en su interna, la amistad no lo termina de comprometer, a Larreta podría hacerlo perder votantes. Por eso cada uno eligió un camino distinto.
La esposa de Massa le hizo el abrazo del oso. “Seguimos siendo amigos de Horacio desde hace casi 30 años, aunque hace mucho no lo veo”, dijo en Modo Fontevecchia. Y, como para exponerlo aún más, completó: “Creo que hay cosas que dice y que no las piensa. Las dice sólo para enamorar a un sector más cercano a Milei y Bullrich”.
Por su parte, cuando Larreta fue consultado por la relación, gambeteó la pregunta hablando de política: “Massa es el kirchnerismo. Está en un proyecto totalmente diferente al mío. Es un ministro de Economía con muchísimo poder en el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner”, dijo en los últimos días desde el convento en el que José López había llevado los bolsos de dinero, lugar que eligió para rememorar la corrupción K y lanzar un paquete de propuestas.
Luego, agregó: “Massa es la reelección de la inflación y es la reelección de la inseguridad y de un gobierno que ha fracasado”. Finalmente sí hizo una referencia personal. No lo negó como amigo, pero argumentó: “Tengo una relación de años, pero la vida política y sus decisiones nos separaron”.
La búsqueda de emparentar a Larreta con el ministro de Economía es una de las actividades preferidas de los halcones del PRO en redes sociales. Es que la misma Patricia Bullrich les dio fundamentos: “Horacio y Gerardo Morales son Massa. Plantean siempre lo mismo. Discuten sobre un modelo que es el mismo que lleva a cabo ahora Massa”, dijo la precandidata presidencial. Y completó: “Quieren un cambiecito, seguir con la inflación, seguir aumentando el gasto público. La Argentina necesita un cambio de fondo”. La estrategia va a continuar hasta las PASO.
Otros tiempos.
La relación entre Larreta y Massa comenzó a resentirse a mediados del 2022, con el episodio de las vallas en Recoleta, en los alrededores del domicilio de Cristina Kirchner. La pelea entre el jefe de Gobierno y el kirchnerismo se hizo tan feroz que ambos interlocutores empezaron a hacer rodar en privado la versión de que ya no se hablaban entre ellos. Era importante para ambos mostrarse alejados.
De hecho, cerca de Larreta iban un paso más allá: aseguraban, en aquel momento, que parte del enojo del jefe de Gobierno tenía que ver con que algunas de las cosas que hablaba con Massa aparecían, misteriosamente, publicadas en los medios.
“Con Horacio nos llevábamos muy bien desde que no teníamos cargos”, le contó en el 2021 Massa a NOTICIAS. En algo se equivocó: “Eso no va a cambiar”, prometía entonces. Pero en política nada dura para siempre.
La amistad de las dos familias moldeó, incluso, sus actividades laborales. Hace quince años, Bárbara Diez, reconocida wedding planner, le reveló al diario Perfil que su primer trabajo en la organización de eventos fue, nada más y nada menos, que en el casamiento de Massa y Galmarini. “Yo le comenté que quería dedicarme a esto y Malena me propuso que empezara por ayudarla”, recordó. Y completó: “No les cobré porque lo tomé como una oportunidad para ganar experiencia y darme a conocer, además de la relación de amistad”. Hoy, ellas continúan con el lazo. Y lo dicen sin inconvenientes.
También es un secreto a voces que ambas parejas compartieron viajes. A fines de los '90, por ejemplo, fueron los cuatro al Disney World de Orlando.
A pesar de que la relación siempre fue conocida, los protagonistas se jactan de que no hay fotos juntos, más que en algún acto formal. Si se reúnen, lo hacen afuera del radar. Nunca una cámara los enganchó en algún viaje que compartieron ni en sus encuentros privados, como los que se solían realizar en Pinamar, adonde ambos vacacionan.
En el búnker de Larreta creen que la amistad no condiciona su actividad política. De hecho, sacan a relucir que el mismo Macri forjó una relación con Massa siendo Presidente.
Escenarios.
Hay doctrina dividida sobre las conveniencias electorales. Cerca de Massa aseguran que las chances de entrar al balotaje son serias, a diferencia de las pocas esperanzas que el oficialismo tenía tiempo atrás. Desde ese lugar, debaten acerca de quién sería el mejor rival, para que el ministro de Economía empiece a confrontar con quien le convenga.
El primer análisis le da preferencia a Bullrich, porque contra la ex ministra de Seguridad, Massa podría pescar los votos moderados. Es decir, a los electores que no se sientan cómodos con el extremismo de la referente del PRO.
Pero en las últimas horas surgió otra posibilidad: si le apuntan a Larreta, podrían ir a buscar los votos de Milei al balotaje. Es que el liberal le apunta con mayor ferocidad al jefe de Gobierno porteño que a Massa, que está en funciones y no puede domar la economía. “Es peor que un comunista”, suele definirlo cuando le preguntan.
Con Massa, en cambio, hay demasiadas conexiones. Tantas, que generan suspicacias. No son pocos los que consideran que Milei es un producto del ministro de Economía, o por lo menos de algunos de sus amigos del círculo rojo para socavar el electorado de Juntos por el Cambio.
Al cierre de esta edición, las llamas del debate sobre la cercanía del ministro de Economía y del candidato de La Libertad Avanza estaban encendidas. Juan Carlos Blumberg fue quien frotó las piedras y largó los primeros chispazos: “Massa es el que financió a Milei”, sentenció. De hecho, aparecieron graves denuncias de militantes que aseguraban haberse visto desplazados por el armador libertario Carlos Kikuchi en pos de sumar candidatos del Frente Renovador a sus listas. La mal ponderada pero efectiva estrategia de Massa, en acción: el ministro de Economía es amigo de todos. Desde que se conocieron, a finales de los ’90 cuando trabajaron en la campaña de Ramón “Palito” Ortega, la relación de Larreta y Massa debió surfear distintas crisis por la actividad política de ambos. La de este año no escapa a esa lógica. Ya tienen experiencia en seguir siendo amigos, a pesar de que a veces actúen como bravos rivales.
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