El encuentro con el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, se produjo el 21 de septiembre. Habían pasado semanas desde el inicio de los incendios y la escalada de tensión política había dejado expuesto al Gobierno Nacional. Juan Cabandié, el ministro de Ambiente, debió asumir la responsabilidad: tuvo que agachar la cabeza y coordinar una recorrida en conjunto por los Esteros del Iberá que sirvió sólo para aplacar ánimos. No hubo demasiados motivos prácticos, ya era tarde.
Desde que los incendios se convirtieron en uno de los principales temas de la agenda nacional, el ministro sólo dio pasos en falso. Fue el receptor de los enojos y las frustraciones de gran parte de la población, el blanco ideal de la oposición y la decepción de la Casa Rosada. Un cóctel indeseado.
DESENCUENTROS
El primer traspié de Cabandié con respecto a los incendios fue su participación en la gira presidencial. En Corrientes, la noticia de que el ministro de Ambiente viajaba a Barbados mientras el fuego ya empezaba a preocupar, no cayó nada bien.
Sin embargo, el primer encontronazo directo surgiría días después con un tuit que retumbó hasta en Casa Rosada. “La mayoría de los productores están afectados por las quemas para renovar pasturas de unos pocos. Producen daños irreparables afectando al conjunto del sector productivo”, escribió en su cuenta Cabandié. Y no tardó en llegar la contraofensiva.
Las entidades rurales lo cruzaron: “Se quieren sacar la responsabilidad que les toca echando la culpa a otros”, criticó el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino. La mesa de enlace lo apoyó. Pero ni siquiera los suyos lo bancaron: “No coincido con Cabandié. Hay casi 519 mil hectáreas afectadas. La escena es de guerra”, se diferenció Matías Lestani, el secretario de Agricultura.
Hasta el Presidente se hizo eco de la declaración. Alberto Fernández no pudo creer cómo, en medio de la crisis, su ministro de Ambiente repartía culpas tan suelto de cuerpo. Y se lo reprochó.
Los cruces entre el ministro y Valdés se hicieron tan ásperos, que el gobernador correntino llegó a declarar que “la relación con Cabandié está cortada”. Y le dio una estocada final: reveló que el funcionario nacional lo había llamado para hacerle un insólito reclamo, en medio de la crisis:
“Pedile a Macri que deje de tuitear en mi contra”, le soltó. “Están preocupados por el posicionamiento político. Yo no puedo controlar el Twitter de nadie”, respondió el mandatario provincial.
Las peleas entre Nación y Corrientes se mudaron luego al plano administrativo. Cabandié insiste en que Valdés tardó en aceptar los recursos que el Gobierno le ofreció en enero. El gobernador asegura que sucedió todo lo contrario, que desde noviembre alertaban de la preocupante situación. Más allá de trámites burocráticos, la respuesta del Estado fue lenta, atemporal. A esa altura, ya se había quemado más del 10% de la provincia.
La foto en conjunto del ministro y el gobernador podrá servir para aplacar los ánimos. Pero el enojo perdura, tanto afuera como adentro del Gobierno. Y podría, incluso, costarle el cargo a Cabandié si la tensión vuelve a escalar.
Es que el ministro ya no tiene red. Desde que se fue de La Cámpora, a mediados de 2018, perdió un apoyo importante. “No es lo mismo que cometa un error Luana Volnovich, que un funcionario que no tiene tanta banca”, explica una fuente de Casa Rosada. Pedirle la renuncia no generaría inconvenientes en la coalición. Cabandié lo sabe.
Por ahora resiste. Ve cómo se le acumulan las críticas mediáticas, un par de denuncias penales y algún funcionario oportunista que lo deja más en evidencia. “Todos hablan, pero acá no veo a nadie”, dijo Sergio Berni, el ministro de Seguridad bonaerense, que anduvo de recorrida cuando Cabandié todavía estaba a los tiros con Valdés.
"NO COINCIDO CON CABANDIÉ. LA ESCENA ES DE GUERRA”, DIJO MATÍAS LESTANI, SECRETARIO DE AGRICULTURA.
EXABRUPTOS
Los incendios en Corrientes lo dejaron expuesto como nunca antes. Pero no es la primera vez que el ministro de Ambiente es el protagonista principal de una polémica.
La primera vez que la oposición pidió su renuncia en masa fue en 2013, Cabandié era legislador porteño y estaba en campaña para ser diputado nacional. Una agente le hizo una multa de tránsito y él la reprendió: “Yo soy más guapo que vos. Me banqué la dictadura, soy hijo de desaparecidos”, la insultó. Y luego hizo un llamado “para que le apliquen un correctivo, porque esta es una desubicadita”. Todo quedó filmado. El entonces dirigente camporista no renunció, pero a la trabajadora la echaron del municipio de Lomas de Zamora.
Una denuncia más de ese estilo se sumó en los últimos días. El periodista Rodolfo Herrera aseguró que el ministro había pedido que lo “rajaran” cuando trabajaba en C5N, por una entrevista que no fue de su agrado. Cabandié niega saber de qué hablaba.
El ministro también le sumó disgustos al Presidente. Fue uno de los funcionarios que amagó con renunciar tras el pobre resultado electoral de las legislativas del 2021. Uno de los que puso en jaque a Alberto Fernández.
Asediado por las críticas, Cabandié espera la resolución del conflicto con Corrientes para saber cuál será su destino. Al cierre de esta edición, para llevar más tranquilidad, el Presidente acordó visitar a Valdés y recorrer juntos la provincia. Sería un bálsamo para que cicatrice rápido la herida que el ministro le abrió al Gobierno.
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