La muerte de Silvio Cufré, el enfermero fallecido coronavirus, es hasta ahora el último episodio de una confusa cadena de errores que sacude al pequeño municipio bonaerense de Brandsen y que está en manos de la Justicia.
Todo comenzó el martes 7. Ese día, en el Instituto Médico Brandsen murió Walter Montillo, de 61 años, padre del futbolista del mismo nombre que estaba internado desde el 31 de marzo por un cuadro neumonía. Una semana antes, en el mismo sanatorio, había muerto su padre, de 91, por un paro cardíaco. Ambos cumplían la cuarentena en una casa quinta de la localidad, aunque eran oriundos de Lanús. Ambos eran posibles infectados de Covid-19, pero las autoridades no lo informaron.
El miércoles 8, los resultados del hisopado realizado a Walter Montillo seis días antes dieron positivo para coronavirus. Y ante el miedo creciente en la comunidad, el intendente Daniel Cappelletti convocó a una conferencia de prensa en el interior del mismo sanatorio en el que habían fallecidos los Montillo y sin guardar ni siquiera la distancia social indicada.
"El paciente ingresa con síntomas de fiebre, se lo aisló desde el primer momento por los protocolos, y ante la dificultad respiratoria pasa a terapia e intubado presenta la falla multiorgánica", informó entonces el director del Instituto, Daniel Navarro. Hasta ese momento, la situación era confusa y no quedaba en claro quién ocultaba la información. Pero tres días después, la funeraria que retiró los cuerpos expuso a las autoridades del sanatorio.
"En ningún momento nos avisaron del riesgo, mis empleados retiraron a los fallecidos con guantes y barbijos N95 porque era una muerte normal. En el certificado de defunción le pusieron que la causa final fue un infarto agudo de miocardio”, alertó Gaspar Pourtau, dueño de casa de sepelios. "Si ellos nos hubieran dicho ‘mirá que le hicimos un hisopado por las dudas’ tomábamos otros recaudos y no hubiera ido a nicho”, agregó entonces, mientras el miedo social crecía.
Ante la gravedad de la situación, el municipio denunció al Instituto ante la Justicia debido a "la difusa información, la sospecha de haber manejado cadáveres de manera irresponsable y el no cumplimiento de las medidas de seguridad para la comunidad en general, y para los pacientes y empleados del Instituto, de la empresa velatoria y del cementerio municipal en particular". Pero para entonces, varios empleados de la clínica ya tenían síntomas. Uno de ellos era Cufré.
El enfermero, de 47 años, trabajaba en el Instituto Médico Brandsen pero vivía en San Vicente. De acuerdo a un comunicado de prensa difundido por el sanatorio, se encontraba "asintomático", pero este sábado 18 de abril, se conoció su fallecimiento.
La cadena de negligencias está en manos de la fiscal Mariana Albisu, quien ya allanó las instalaciones de la clínica, cerrada preventivamente desde el 11 de abril. Será la Justicia la que determine quiénes fueron los responsables de semejante desmanejo.
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