Thursday 18 de December, 2025

POLíTICA | 09-11-2025 08:29

La historia secreta de Santilli: anticipo de la tapa de NOTICIAS

Desde la noche en que perdió el PRO en 2023 trabajó para llegar a LLA. Relación fluida con Karina y lejos de Macri. El sueño de la gobernación. Los primeros pasos en su área.

El 22 de octubre de 2023 fue un día negro para el PRO. Quizás el peor de una historia que había arrancado dos décadas antes: aquel día, el partido amarillo terminó tercero en las elecciones generales, lejísimo del primer lugar que el grueso de sus dirigentes daba por descontado poco tiempo atrás. Esa jornada fue una verdadera catástrofe para sus integrantes, tal cual quedó reflejado para la posteridad en los rostros que tenían Patricia Bullrich, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en el búnker en Parque Norte. En ese escenario también asomaba el rictus serio de alguien a quien Diego Santilli había acercado al espacio, el economista José Luis Espert.
“El Colo”, sin embargo, no permitió que la dura derrota le golpeara el ánimo. El día siguiente al fiasco electoral lo pasó pegado a su teléfono, y le habló a cuanto contacto se le ocurrió para ver quién podía acercarle el número de algún miembro de la cúpula de La Libertad Avanza. Santilli tenía un problema: a diferencia de lo que le pasa a este viejo lobo de mar con el 99 por ciento de la política, con ninguno de los libertarios había cruzado jamás una palabra. Desde River, el club que su padre presidió durante los '80, le pasaron el teléfono de Guillermo Francos. “Guillermo, soy Diego Santilli. Quiero decirte que estoy a disposición de ustedes para lo que necesiten”. La respuesta lo tomó por sorpresa. “¿Qué haces, viejo? Me parece que tenés mal el número. No soy Guillermo Francos”, le dijo un ciudadano anónimo.
En ese preciso instante comenzó a tejerse una historia que duró hasta que Santilli se convirtió, narcoescándalo y cárambola mediante, en el candidato libertario para Buenos Aires y luego en ministro del Interior. Es que hasta que Karina Milei, su ahora sponsor dentro del Gobierno, no lo empujó para reemplazar a Espert y después a Francos, “el Colo” acumulaba, puertas adentro de la política y en especial en el PRO, anécdotas de todo tipo pero que tenían el mismo inicio, nudo y final: Santilli queriéndose acercar a LLA y quedando en falso. O, diría algún observador ácido, en algo parecido al rídiculo: decenas de mensajes privados a Javier Milei sin respuesta, o una negociación amarga con la hermanísima, a principios de año. Ahí Santilli habría arrancado pidiendo el primer lugar en la lista bonaerense (“yo me paso del PRO, pero tengo que ser cabeza de lista”), pero ante las repetidas negativas de la secretaria general (“vos pasate y después vemos”) habría terminado en una rendición incondicional (“yo me paso, después decime donde puedo ir”). Quizá son todas habladurías de parte de quienes quedaron dolidos con él dentro del partido amarillo -una lista encabezada por el mismísimo Macri- pero poco importa: lo cierto es que escenas de este estilo corrieron en este tiempo como pólvora en los pasillos del poder.
Santilli, en cambio, transformó su súbita e inmediata devoción libertaria en una fortaleza. Tejiendo en silencio, con paciencia y por afuera del radar, construyó un buen vínculo con la persona que tiene más poder dentro del Gobierno. Y le demostró a los que hacían correr esas historias que al final al que le toca reír último es a él.
Ministro. Santilli, ahora, va a tener que acostumbrarse a la dinámica de un Gobierno muy particular. El día siguiente a que Milei le propusiera, sin previo aviso, sumarse al Gabinete le llegó una primera notificación de dónde es que se metió. Es que el lunes 2 el libertario le hizo un pedido que no muchos presidentes suelen hacerle a uno de sus ministros: que lo acompañara a rezar.
Esa tarde en la Casa Rosada sucedieron varios hechos inéditos en la historia argentina. Por primera vez un grupo de pastores evangélicos fue invitado a orar en la sede del Poder Ejecutivo, un capítulo más del avance de este espacio religioso durante el gobierno de Milei, del que esta revista ya ha escrito. El otro hecho impactante que ocurrió fue lo que contó el mandatario luego de que los pastores presentes rezaran junto a él: según reveló el diario La Nación, el economista aseguró ahí que había tenido un preaviso del “Uno”, como llama a Dios, de que triunfaría en las elecciones legislativas. Y que ese triunfo lo había tomado como prueba de una “intervención divina” y una “sorpresa sobrenatural”. Esto lo sabía, contó Milei, porque antes de las elecciones había compartido un encuentro espiritual con un pastor y Santilli. “El religioso nos bendijo, oró y se fue”, contó. ¿Qué habrá pensado “el Colo” cuando escuchó todo esto, o cuando compartió aquella bendición privada? El hombre fue siempre un devoto cristiano, y de hecho en varias entrevistas habló del triunfo como una “decisión del de arriba”. Por ese camino Santilli hará aún más migas.
Sin embargo, el otrora vicejefe de Rodríguez Larreta tendrá otras dificultades mucho mayores en su flamante cargo. La primera será evitar el destino que sufrió otro que en su momento comandó el ministerio, Guillermo Francos. El luego jefe de Gabinete tuvo varios dramas durante su gestión: por un lado lo acosaban la interna salvaje y las constantes operaciones que sufría, mientras que por el otro su palabra no tenía el peso que su cargo indicaba. Más de una vez el saliente funcionario se comprometía a tal o cual cosa con un gobernador que luego no era validada por el Presidente o su hermana. ¿Tendrá otro peso la cartera con “el Colo” al mando o sufrirá esa misma larga agonía de poder que Francos?

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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