Anoche, la cuenta oficial del Gobierno en Instagram difundió el registro del encuentro entre Javier Milei y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. El video llamó la atención no solo por la relevancia diplomática del encuentro, sino por el estilo elegido para presentarlo: un montaje sin diálogos, acompañado únicamente por música épica, que le dio al registro un aire de cine mudo.
En las imágenes se ve a Milei estrechando la mano de Netanyahu, caminando juntos por los pasillos oficiales y sosteniendo gestos solemnes frente a las cámaras. La ausencia total de sonido directo —ni voces, ni ambiente— refuerza el efecto cinematográfico, donde la música termina siendo la verdadera narradora de la reunión.
El comunicado oficial que acompañó la publicación precisó que durante la reunión se abordó principalmente la situación de los rehenes cautivos en Gaza. “El Presidente de la Nación reiteró su firme compromiso de colaborar en todas las instancias necesarias para lograr su pronta liberación y planteó la plena disposición para trabajar en conjunto con las autoridades israelíes con ese fin”, detalló el texto.
La agenda de Milei en Israel continuó con la recepción de un premio otorgado por la organización B’nai B’rith y reuniones con el presidente del Congreso Mundial Judío, Donald Lauder, y el director del Consejo Judío Latinoamericano, Claudio Epelman.
El resultado fue una pieza oficial que, además de informar sobre el contenido de la visita, apostó por una puesta en escena inusual: escenas solemnes sin palabras, envueltas en música de épica grandilocuencia. No es un recurso aislado: desde sus primeros actos como Presidente, el gobierno de Milei viene cultivando una estética de épica cinematográfica para reforzar su relato político, y el encuentro con Netanyahu se inscribe en esa misma línea.














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