Friday 19 de December, 2025

POLíTICA | 29-09-2025 11:16

La tapa completa de NOTICIAS: Milei y Trump, las nuevas relaciones carnales

Cómo se gestó el salvajate de Estados Unidos al gobierno libertario. Verdades y mentiras de la relación entre los Presidentes. La interna y el factor Scatturice.

La reunión duró menos de dos minutos. El video que subió el Gobierno, de hecho, tiene un total de 166 segundos, pero hasta que Javier Milei y Donald Trump se acomodaron en sus asientos pasaron algunos instantes. El encuentro fue más que breve, y ni siquiera calificó de bilateral según la agenda del magnate estadounidense. Hasta tuvo ribetes de informalidad -un tuit de regalo impreso en una carpeta- y algunos bloopers, como la confusión del norteamericano que pensaba que lo que ahora llegaba en Argentina eran una elección ejecutiva y no una legislativa. Así y todo, este fugaz mano a mano fue central para Milei en varias líneas.

El apoyo político y en especial el monetario que prometió Estados Unidos trajo un aire que el Gobierno necesitaba con desesperación. Milei, en medio del momento más delicado de su carrera política, se abraza a Trump para intentar atar con alambres una administración atravesada por la crisis económica y las internas. Sólo un milagro de las fuerzas del Norte lo puede lograr.

In God we trust

Es de difícil traducción al inglés, pero lo que sucedió en los últimos días dentro del Gobierno se conoce en este suelo como un “manotazo de ahogado”. Aunque la posibilidad de tener que recurrír al Tío Sam ante un escenario de emergencia venía cocinándose desde hace meses en el Gobierno, fue la paliza electoral bonaerense y los días de zozobra que siguieron después los que hicieron activar dos alternativas de urgencia: una fue eliminar las retenciones a la soja y a la carne, una medida desesperada para engrosar las flacas reservas del Banco Central, y otra fue levantar el teléfono de la ayuda estadounidense.

Javier Milei y Donald

La historia de Milei con Trump tiene varios capítulos. Si hay que remontarse al momento cero, podría ser el apoyo público que el el magnate estadounidense le dedicó al libertario desde que se metió en política, la insistencia casi febril que Milei tuvo durante años para conocerlo -hubo un intento fallido de un primer encuentro en el viaje que hizo el economista a Nueva York en noviembre de 2023, ya como presiente electo-, cómo se abrazó a él y a su agenda apenas Trump volvió al cargo -a fines de 2024, con el magnate recién electo, Milei se pronunció por primera vez en su carrera mediática y política como alguien “de derecha”, en un evento del foro republicano CPAC, a la par que empezó a incorporar términos que antes jamás usó, como “wokismo” y la apología a la homofobia-, entre otros momentos de esta intensa relación.

Ambos se vieron por primera vez en febrero del año pasado, en Washington, cuando Milei lo cruzó en un evento de la CPAC al grito de “mister President”. Sin embargo, no necesitaban conocerse para compartir algo mucho más importante, como podían dar cuenta los cientos de memes, banderas y remeras que para aquel momento ya tenían los fanáticos de ambos: los dos líderes son referentes de la nueva derecha global, que gobierna Estados Unidos, Argentina y tantos otros países. Marcan agenda con sus políticas y sus formas, y no sólo el estadounidense: la motosierra de Milei la importó no sólo Elon Musk sino también el ecuatoriano Daniel Noboa. Trump y Milei, diría el “Che” Guevara, pueden no ser hermanos pero son compañeros, que es más importante.

Javier Milei

Todo ese coqueteo -que incluyó hasta la visita del libertario a una gala del estadounidense en su residencia, en noviembre- fue coronado con el apoyo de Estados Unidos. Pero no sucedió solamente por las relaciones carnales entre Trump y Milei. En esta historia volvió a aparecer un actor que parece cada vez más importante en la galaxia libertaria: Leonardo Scaturicce.

Los pasillos del poder

Los cronistas que estuvieron cubriendo el viaje juran que lo vieron. Scatturice, un apellido que se hizo famoso luego de que un avión de una de sus empresas desembarcara en el país sin los debidos controles de la Aduana, se paseaba como uno más en el hotel Langhman, donde se alojaba Milei y toda la comitiva presidencial. Hay quienes dan un paso más: se habla de un cruce del lobbista con el Presidente, una reunión mano a mano con Luis Caputo y la sospecha de que fue él quien filtró el dato del inminente acuerdo con Estados Unidos a Infobae, el primer sitio que lo publicó y que pertenece a Daniel Hadad, con quien lo une un largo vínculo.

De hecho, los que hablaron con Scatturice en estas horas aseguran que él mismo se carga la medalla de haber sido central en esta historia. Bien podría decir que para eso le pagan: en junio la SIDE contrató a una de sus empresas, Tactic, para hacer lobby ante Estados Unidos, por US$ 10 mil mensuales. En esa compañía tiene de socio a Barry Bennett, uno de los principales lobbistas y estrategas de Donald Trump.

Leonardo Scatturice

Bennett estuvo en el principio y en final de esta historia. En marzo viajó a Argentina para reunirse con Santiago Caputo, encuentro del que quedó una postal. Al mes siguiente pisó por primera vez este suelo el secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent, que mantuvo una reunión con Milei y Luis Caputo en un momento clave, cuando se estaba negociando el nuevo préstamo de Argentina con el FMI. Todos las versiones coinciden en señalar que el espaldarazo de Bennett fue definitivo para el periplo de Bessent.

El socio de Scatturice también estuvo en la CPAC de Paraguay en la que habló Milei días después de la derrota en la provincia de Buenos Aires y volvió -según reveló la periodista Maia Jastreblansky en La Nación- a reunirse con el presidente argentino en la Quinta de Olivos el jueves 18. Eso sucedió justo en la previa del viaje de Milei a Estados Unidos. No parece casualidad.

De hecho, luego la visita del libertario, varios miembros del Gobierno empezaron a disputarse la autoría de la gestión. Scatturice es uno, lo que traducido en clave de interna significa que el crédito se lo lleva Santiago Caputo, su socio político local. Los que hablan seguido con el asesor juran que este acuerdo sería algo así como “un regalo de despedida”. “Ya está, Santiago está afuera. Consiguió todo este respaldo y la plata y listo, se va después de la elección”, juran.

Gerardo Werthein

El canciller Gerardo Werthein también quiere anotarse sus porotos. En especial después de lo que fue el fiasco de la reunión fallida de Milei con Trump en abril, cuando el libertario viajó hasta la residencia del magnate con la promesa de un encuentro mano a mano que nunca se materializó. Las broncas aquel día con Werthein fueron importantes, y algunos en el Gobierno juran que quedó políticamente herido de muerte luego. De hecho, eso es lo que sostienen por lo bajo Scatturice y Caputo, que hasta son rápidos de memoria para recordar el pasado demócrata de Werthein, en los años en los que era un ferviente admirador de Cristina Kirchner en el plano local. De fondo, lo que se recorta es la inminente reestructuración del Gabinete luego de las legislativas, y son varios los ministros que no sienten que su lugar esté asegurado. De hecho, en el círculo rojo crece la idea de que ante una eventual derrota se vendrá un “take over” del Gabinete por parte del macrismo y los gobernadores.

Relaciones carnales

El martes 23 fue el “endorsment” de Trump, pero lo más importante sucedió al día siguiente. Ahí Scott Besentt anunció en sus redes que “harán todo lo que sea necesario” para apoyar al gobierno argentino, e informó que están en negociaciones para otorgar un swap -un intercambio de monedas- de US$ 20.000 millones, comprar bonos argentinos en dólares e incluso, de ser necesario, un “importante crédito stand-by” a través de su Fondo de Estabilización Cambiaria.

Scott Bessent

El espaldarazo fue total y tuvo un efecto inmediato, que significó aire para un Gobierno que estaba contra las cuerdas. El riesgo país, que venía creciendo por las nubes, bajó inmediatamente. También lo hizo el precio del dólar, a la vez que los bonos y las acciones argentinas empezaron a subir. Además, el apoyo fue histórico en varios sentidos. Los únicos antecedentes de algo así, de un crédito directo desde las arcas estadounidenses a otras naciones, son México en 1995 e Uruguay en 2002. Pero hay varias diferencias con el caso actual: los dos países estaban colapsando por crisis exógenas -la del “Efecto Tequila” para el primero, y el estallido argentino en el segundo- y los dos tenían distinto peso. México es un socio comercial vital de Estados Unidos, por lo que cualquier golpe serio que sufre también repercute en su vecino. Y el de Uruguay fue un préstamo muy menor si se compara a los números que se barajan ahora para Argentina, de tan sólo US$ 1.500 millones. El tono del mensaje de Besentt y de Trump no dejó lugar a dudas: el apoyo fue directo a Milei.

Todos los analistas de política internacional coincidieron en conectar este espaldarazo al momento que atraviesa la región. En especial a la contienda abierta que mantiene Trump con Lula desde que el gobierno estadounidense decidió imponer sanciones a Brasil luego de la condena a Jair Bolsonaro, aliado táctico del magnate estadounidense. Con Boric en Chile, Petro en Colombia, Maduro en Venezuela y el mencionado Lula, parecería que Trump -que además viene con una agenda de retirar al gigante del Norte de los conflictos del otro lado del charco, para centrarse en el propio continente- no quiere arriesgarse a un regreso del peronismo o alguna otro espacio que consideran de “izquierda” en el país.

Estados Unidos sigue con atención también el crecimiento de la presencia de China en la región. El gigante asiático alterna, desde 2020 en adelante, el primer y segundo lugar de principal socio comercial de Argentina, además de apoyar inversiones como las represas o lograr asentar una base espacial en Neuquén que, hasta que se cumplan los 50 años de ese acuerdo, es estrictamente un pedazo de territorio chino en este suelo. Scatturice y Santiago Caputo pueden ser muy buenos lobbistas, pero hay factores más importantes que mueven esta maquinaria.

En esa sintonía de intereses geopolíticos, luego del apoyo volvió a crecer en el círculo rojo un viejo anhelo de Milei: la idea de eliminar la moneda argentina y cambiarla por el dólar. Es una propuesta que, según lo que hablan con el Presidente, él nunca abandonó del todo en su cabeza, y que ahora habría regresado con fuerza. De hecho, el que volvió a levantar el perfil fue Emilio Ocampo, el primer apuntado por Milei para ocupar el ministerio de Economía antes que Luis Caputo. “Hay que dolarizar”, subió a sus redes unas horas antes del encuentro de Trump con Milei. En el empresariado se habla de un reducido grupo de magnates locales que le volvieron a insistir al libertario con esta idea. Hay quienes juran que la decisión está a la vuelta de la esquina. Por ahora son habladurías.

Lo cierto es que, más allá del apoyo de Trump, la economía argentina sigue estancada. Y que parecería que va a ser eso lo que defina las inminentes elecciones. Milei va a necesitar mucho más que un tuit para lograr atravesar ese desafío.

 

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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