La crisis pandémica afectó a la mayoría de los sectores en Argentina. Y la política no fue la excepción. Lejos del glamour de otros tiempos, esta campaña legislativa fue, hasta las PASO, más que modesta. Con un país que quiere empezar a traccionar luego de muchos meses de inactividad económica, ir a golpear puertas y juntar voluntades no fue nada fácil para los precandidatos: por eso los espacios que se someten a las urnas no consiguieron demasiadas adherencias. Al menos de acuerdo a lo que figura en el registro público de la Cámara Nacional Electoral.
En el Frente de Todos tuvieron que pasar la gorra adentro del partido: en los papeles, muchos funcionarios y precandidatos son los aportantes para la campaña. En Juntos, en cambio, no hubo tanta suerte: los que se someten a la elección no están, pero tampoco los líderes del espacio. Ni siquiera el ex presidente y su gabinete, que en 2019 habían puesto dinero para la fallida reelección, fueron tan generosos esta vez.
La última semana previa a las PASO, el nivel de aportes escaló, pero lejos está de los momentos más gloriosos de las campañas políticas. A pesar de la inflación, la recaudación en todos los distritos fue cinco veces menor a la de las primarias del 2019, donde los partidos obtuvieron casi 80 millones de pesos. En épocas de vacas flacas, los candidatos tienen que hacer malabares para llamar la atención.
Recaudación. Decidido a desembarcar en la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner hizo su aporte a la campaña de Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán. El 6 de septiembre, a través de una transferencia electrónica realizada desde el Banco Nación, envió $ 50 mil al Frente de Todos. No fue el único: el mismo día, Carlos Bianco, jefe de Gabinete de Kicillof, depositó $ 100 mil y las diputadas nacionales Cecilia Moreau, Marcela Faroni, Liliana Yambrún y Claudia Bernazza, entre otras, pusieron lo suyo.
Ese 6 de septiembre, el día que Máximo hizo su aporte a la campaña, la Cámara Nacional Electoral registró otros 107 depósitos a todos los espacios políticos del país. Más de la mitad fueron para el Frente de Todos y en su mayoría destinados al distrito más populoso de Argentina, ese al que le apuntó el hijo de la vicepresidenta. El oficialismo recaudó el 6 de septiembre $ 1.900.000 y al día siguiente $ 2.200.000 solo para la provincia de Buenos Aires. Fueron sus mejores días, para hacer un total de 12 millones y medio, al cierre de esta edición.
En el Frente de Todos la “vaquita” se hizo puertas adentro, sin distinción entre candidatos y funcionarios: Julio Alak, el ministro de Justicia bonaerense, puso $ 100 mil, lo mismo que Leonardo Nardini, intendente de Malvinas Argentinas. Daniel Arroyo, ex ministro y precandidato, puso la mitad; tal como Sergio Omar Palazzo, secretario general de La Bancaria, y Francisco Zannini, el hijo del procurador del Tesoro, quien trabaja en el Organismo para el Desarrollo Sostenible bonaerense.
Poco y nada de aportes de personas jurídicas figura en el registro oficial en la previa de las PASO. Menos aún, de aquellas empresas que son proveedoras del Estado, cuya participación está prohibida por la ley de financiamiento electoral. Aunque, como suele suceder, hay una forma de evitar la sanción: quienes donan el dinero son personas físicas vinculadas a esas sociedades.
Más allá del registro oficial de la Cámara Electoral, en el armado del Frente de Todos aseguran que ya llevan recaudado más del doble de lo que fue declarado hasta el momento: es que el aportante tiene hasta 30 días para hacer la declaración jurada, tras el depósito. Por ahora, muchos de los benefactores al oficialismo son anónimos.
Oposición. Del otro lado de la grieta, la recaudación habría sido sustancialmente inferior, al menos en lo que fue declarado hasta el 9 de septiembre, al cierre de esta edición, cuando lo aportado rondaba los 7 millones de pesos.
En Juntos por el Cambio no hay nombres rutilantes entre los que metieron la mano en el bolsillo para colaborar con la elección. Ninguno de los candidatos más reconocidos, por ejemplo.
De hecho, ni Mauricio Macri ni su gabinete aportaron para estas primarias. Sí lo habían hecho en 2019: en su propia campaña, el ex presidente había depositado $ 100 mil. Misma cantidad que Oscar Aguad, quien era ministro de Defensa, y Luis Miguel Etchevehere, entonces jefe de la cartera de Agroindustria. Alejandro Finocchiaro, el ex ministro de Educación, había puesto $ 20 mil. Esta vez, nada.
En los registros tampoco figuran piezas claves del espacio como Patricia Bullrich ni Horacio Rodríguez Larreta. Aunque algunos benefactores fueron muy generosos: entre cuatro personas juntaron casi un millón de pesos para pelear la interna de Juntos por Entre Ríos. Nada mal.
La persona que más aportó a la campaña es la legisladora porteña y militante de izquierda Marta Jacqueline Martinez, quien en dos depósitos realizados entre el 21 y el 25 de agosto puso $ 1.040.000 para el partido Autodetermiación y Libertad. Su compañero de banca Fernando Vilardo colaboró con 300 mil y el ex candidato Martín Paladino con 250 mil para el espacio creado por Luis Zamora.
En el socialismo santafesino también hubo aportes importantes: los diputados Pablo Farías y Joaquín Blanco transfirieron 300 mil pesos cada uno al Frente Amplio Progresista. Su par Érica Hynes, 250 mil. Ellos configuran la lista de los que más pusieron, o que más declararon, de cara a las primarias.
La imposibilidad de realizar actos multitudinarios hizo que los políticos se volcaran a las redes y a los medios tradicionales de comunicación para pescar electores. La pandemia y la apatía de la gente frente a las legislativas hicieron el resto: una campaña chata y con escasos recursos.
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