El domingo 12 de febrero Javier Milei y Jorge Bergoglio se verán la cara. No sólo será la primera vez que se conocen e interactúan, sino que también será el debut del Presidente en el Vaticano. Pero en el aire flotan señales de mal agüero, en la previa del encuentro. ¿Cuáles son?
La cabeza de algún lector podría ir rápido con la catarata de insultos que le dirigió Milei durante años. Lo tildaba a Francisco de comunista y de apoyar “regiménes sangrientos”, entre otros agravios, como el de ser “el representante del Maligno en la tierra”. Sin embargo, la tensión no pasa por ahí. Francisco es consciente del rol mundial que ocupa, y los que lo conocen dicen que viene por ahí la llamada que le hizo a Milei. Curiosamente, esa conversación la gestionó Ramiro Marra, que se atiende en el mismo oftalmólogo que se atendía el hincha de San Lorenzo. Pero la conversación no enterró todos los fantasmas.
Primer dato que llamó la atención en el Vaticano. Milei viaja primero a Israel y luego a ver al Pontífice. El protocolo indica que eso es un error: los Papas son los primeros a visitar en una gira presidencial, no el segundo destino. Pero no es el único dato que despertó las alarmas. También está el hecho de que en el Vaticano sigue sin haber un embajador nombrado. Fernarda Silva, que ocupó ese lugar durante el Gobierno de Alberto Fernández, ya dejó su cargo e hizo las valijas, y en los próximos días volverá a Argentina. El lugar está vacante.
Con la secretaría de Culto, el área del Estado que intermedia entre el Gobierno y las distintas religiones -y también con el Papa- pasa algo similar. Aunque sigue sin tener a alguien nombrado oficialmente, el oficialismo aseguró que ese lugar iría para Francisco Sánchez. Este es un ex diputado del PRO que responde a Patricia Bullrich -y en Cancillería cuentan que la designación está frenada porque Mondino resiste esta avanzada-, que ha tenido hirientes declaraciones para con el Papa, como también para el judaísmo y el islamismo. Curiosa decisión poner en ese lugar al hombre que ofende a todos los cultos por igual.
Pero también parecería haber cierta mala praxis en el viaje en sí. Es que el Gobierno invitó a más de 20 empresarios -entre los que se destacan Eduardo Elzstain, Cristiano Ratazzi, Daniel Funes de Rioja, Hugo Sigman, y Alejandro Bulgheroni- al Vaticano. Aunque el viaje lo pagará cada uno de su bolsillo, la megacomitiva despertó fastidios. Nunca se vio que un mandatario local lleve a empresarios a un encuentro de este calibre. “¿Piensan que a ver al Papa se va a hacer negocios?”, se preguntó una fuente desde el Vaticano. Un último dato: Francisco determinó recibir a Milei en la Biblioteca Apostólica, un lugar de segundo orden para recibir a los presidentes, a diferencia de su residencia, el Palacio de Santa Marta.
El domingo, durante el encuentro, se sabrá de que lado cayó la moneda. Pero los agurios son malos.
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