Thursday 2 de May, 2024

POLíTICA | 24-08-2023 13:19

Riesgo Milei: cómo sería un gobierno libertario

El posible impacto de su desequilibrio emocional. La llamada del FMI y de gobernadores e intendentes.

Un gobernador peronista, de esos que rechazaron el convite de Sergio Massa para ir el domingo electoral al búnker oficialista, apagó el televisor apenas vio los primeros números. Aunque estaba impactado por el resultado, no estaba para nada sorprendido: en su provincia las boletas de Javier Milei se acabaron poco después de las 14 horas. Y no porque se las hayan robado, sino por algo mucho más elemental y también más terrorífico para los competidores del candidato: La Libertad Avanza simplemente no tuvo el presupuesto como para imprimir lo suficiente. ¿Cuántos votos más podría haber sacado? ¿Cuántos argentinos más quisieron elegir al libertario en las últimas elecciones? ¿Cuánto más va a crecer el economista en las generales?

Esas preguntas rondaban la cabeza del gobernador desde la tarde, y por eso, apenas vio que su equipo explotaba de rabia por los resultados, los frenó en seco. “Muchachos, Milei nos hizo precio. La sacamos barata”. ¿Y ahora? Aunque ningún miembro relevante de La Libertad Avanza lo admitiría, ninguno de ellos tenía en la cabeza salir primeros en las PASO. Mucho menos, claro, se estaban preparando realmente para llegar a la Casa Rosada en diciembre. Carlos Rodríguez, que durante el menemismo fue secretario de Política Económica y a quien hoy en el espacio libertario mencionan como el futuro jefe de asesores, tuvo un ataque de sinceridad en una entrevista al día siguiente de las elecciones en LN+. “A mí me cayó como un meteorito, yo lo apoyaba por las ideas, no esperaba realmente que saliera primero”, dijo, en lo que casi pareció una pedido adelantado de disculpas por si el eventual gobierno termina mal.

Psicología y programa

¿Tiene realmente un plan para gobernar el país el libertario? ¿Qué tan aplicable es? Esas son las dos preguntas que más se hicieron los argentinos en estos días. Primero hay que entender algo de la particular psicología del candidato presidencial más votado en las PASO. Es un caso raro de político, si se quiere: cada una de las palabras que salen de su boca las dice con total convicción. No existe para él el coacheo, analizar encuestas y ver por dónde va el humor social ni mucho menos. Cuando habla está convencido de lo que dice, incluso cuando ve conspiraciones o teorías paranoicas en cualquier lado. Encima, también lo influye en su profunda convicción su costado místico, el hecho de creerse elegido por Dios y de, por lo tanto, entrar en la misma liga que Moisés, una comparación que suele hacer. “Y si la voluntad del Creador así lo quiere, seré el presidente”, le dijo a Alejandro Fantino en una entrevista del lunes luego de las elecciones.

Elecciones paso Milei

Por eso es que hay que comprender que cuando Milei habla de sus propuestas no está pensando en cómo podría impactar su discurso en las elecciones generales. Es algo que, decididamente, tiene pensado hacer. La privatización de todas las empresas públicas, la dolarización de la economía argentina, la destrucción del Banco Central, la eliminación total de la obra pública o la abolición del salario mínimo eran propuestas que ya había presentado en su plataforma del 2021 y que aún mantiene. Ese plan original ahora se pulió en uno más trabajado, dividido en “reformas de tres generaciones”.

La primera, las medidas que tomaría ni bien llegado al Gobierno, se centra en el fuerte recorte del Estado. Reducir ministerios, echar empleados públicos, el cierre de empresas como Télam, la TV Pública, el Incaa, el Inadi y el Conicet, la privatización de otras como YPF, la reducción de impuestos, una reforma laboral, la eliminación de los aranceles a la importación, la eliminación de los subsidios a las empresas energéticas y de las restricciones cambiarias, eliminación de todas las retenciones y derechos de exportación sin excepciones, la eliminación de todas las restricciones al comercio internacional, establecer el juicio por jurados, la privatización de la salud, un sistema de vouchers para la educación pública que elimine la obligatoriedad del colegio -propuesta que introduciría la lógica del mercado en esta área-, “devolverle el apoyo político a las fuerzas de Seguridad”, privatizar parte del sistema carcelario y eliminar la coparticipación, entre otras ideas. Hay otras, también, de las que Milei se mostró a favor pero no incluyó en su plan de gobierno: la libre venta de armas, órganos y niños, y la negación de los 30 mil desaparecidos.

Psicología Milei

¿Y si gana?

Argentina no deja de ser un país curioso. Para conseguir un registro de conducir o para entrar a cualquier trabajo en blanco cualquier persona tiene que someterse a un examen psicotécnico. Ahora, para ser legislador, gobernador, ministro o incluso Presidente, no se pide este tipo de pruebas. En NOTICIAS se ha retratado en varias ediciones la verdadera psicología de Javier Milei. De niño fue salvajemente golpeado por su padre -con la complicidad activa de la madre-, fue humillado por él a lo largo de su vida, sufrió bullying en el colegio y una vida entera de profunda soledad. La falta de amigos y de pareja fueron una constante los 52 años que vivió. Su verdadera marca identitaria es, mucho antes que el libertarianismo o su supuesta bronca contra la casta, la soledad que lo acompaña desde que tiene memoria.

Esa condición lo llevó a convencerse de que su perro Conan no era una mascota, sino su hijo. La muerte del animal en el  2017 -hecho que Milei al día de hoy sigue sin admitir- hay que entenderla en esa dimensión: el duelo de un padre con un hijo. Por eso es que, por un lado, el economista mandó a clonar al perro en Estados Unidos, y por el otro entró, de la mano de la telépata Celia Melamed (que a su vez entrenó a la hermana Karina en esta disciplina), a un camino espiritista. Esa búsqueda lo llevó a tener diálogos con personajes célebres del liberalismo que murieron hace décadas e incluso con el propio Dios. También con sus perros, los clones de Conan, que lo asesoran en áreas específicas de la realidad (uno en economía, otro en política, otro en estrategia general, y así). Por lo tanto, cuando se habla del riesgo Milei no es sólo el de sus ideas. ¿Puede un país inestable soportar a un líder inestable?

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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