Cuando ya parecía que estaba todo inventado, llegó a Buenos Aires la pizza de Chicago. Su estilo se llama deep-dish (plato hondo), es decir que, a pesar de ser un poco más chica que la típica pizza porteña, tiene un borde levantado que le permite contener mayor cantidad de ingredientes. Una de estas pizzas pesa alrededor de un kilo, así que nunca se quedará con ganas de más queso, ¡o de más carne!, porque este nuevo emprendimiento se jugó a cumplirles el sueño a los glotones: creó la pizza Unabomber, con milanesa y la Sloppy Joe, con carne picada, un homenaje al típico sándwich yankee. ¿Desconfía? Cuando sepa quién está detrás de CSP, se le va a pasar.
Lo que hace a esta pizza realmente especial no viene de Chicago, sino de quien la hace en Argentina, el conocido chef Maximiliano Matsumoto. Comenzó su carrera junto al gran Germán Martitegui, luego regenteó los mejores años de la cocina de Aldo’s y, a fines de 2019, se embarcó en la nueva aventura de armar el restaurante del espectacular Sofitel de Montevideo. La pandemia lo obligó a regresar a Buenos Aires e, inquieto como es, aceptó el desafío de armar CSP junto a dos socios. Arrancaron en un espacio prestado en Mataderos, hasta que alquilaron un local en Devoto, que van equipando conforme las ganancias del negocio.
Con el refinamiento y exigencia que lo caracterizan, Matsumoto estuvo un mes haciendo pruebas hasta lograr la masa perfecta. La receta no puede revelarse, pero basta decir que se hace con tres tipos de harina, una de ellas de maíz, que luego fermenta por 48 horas, logrando una masa maravillosamente crocante y liviana. Utiliza además los mejores insumos, por lo cual lleva a las clásicas muzza y fuga, a un nivel superior.
Si les resultan pesadas la Sloppy Joe (hecha con chorizo casero de cerdo, salsa, barbacoa merken y pimentón ahumado), y la Unabomber (con milanesa de res, mucho queso y salsa), tiene otras opciones muy tentadoras: la Thai, con salsa Sriracha, y cebolla y cilantro frescos para agregar en casa; y la cuatro quesos, con fontina, muzzarella, boconcinos, patagonzola (queso azul de Patagonia), y un toque mágico de membrillos mendocinos.
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