Toda madre es una idishe mame. No importa que no sean judías. Ellas siempre se preocupan por nosotros, sufren con nuestras decisiones y, no sólo nos dieron vida, sino que volverían a hacerlo aunque seamos unos grandulones. Lo mínimo que podemos hacer es agasajarlas a lo grande en su día con un suculento banquete de cocina judía.
June nació durante la pandemia aunque su origen se remonta a muchos años atrás, nada menos que a El Ciervo de Oro, una auténtica institución de la cocina judía. En 2018 sus dueños decidieron retirarse después de 40 años y su hijo, el chef Gabriel Oggero y su esposa Gery, encargada de la organización de eventos en El Ciervo, hacía tiempo habían iniciado su camino personal con el restaurante Crizia. Los reclamos de los antiguos clientes nunca cesaron y, con el cierre temporal del restaurante a causa de la pandemia, tuvieron el tiempo para desempolvar las recetas originales de El Ciervo, e iniciar este emprendimiento paralelo, regenteado por Gery.
Los aromas de la comida June despiertan recuerdos ancestrales. Los bohios, los pretzalej, el pan de pescado con jrein, el gravlax de trucha, el arenque (auténtico) marinado, el pastrón con su mostaza casera y pepinos agridulces, todo, parece estar grabado en la memoria de quienes disfrutaron de esos platos en fiestas y eventos familiares. La elaboración es impecable: las masas suaves, la acidez y la dulzura en su punto justo, las materias primas de la mejor calidad, especialmente el pescado, cuyos proveedores son el secreto mejor guardado de la casa (June comparte cocina con Crizia, uno de los más exclusivos restaurantes de pescados de la ciudad).
Además de la caja para cuatro para el día de la madre, en June hay otras tres opciones para elegir. La Premium, con toda su variedad de platos, incluyendo su delicioso strudel; la Pastrami Box, con su memorable pastrón envasado al vacío, listo para calentar en 5 minutos (infaltables pepinos, mostaza y pretzalej); y la Bakery Box, con knishes de papa y bohios de verdura y queso, ideales para freezar y sacarse un antojo en cualquier momento.
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