Por estos días Netflix tiene una campaña en redes y televisión destacando sus series y películas a favor de la inclusión, tanto en temas de diversidad sexual y género, como raciales. Sin embargo, muchas de las apuestas inclusivas de la plataforma han terminado repentinamente.
La periodista cultural estadounidense Anne Helen Petersen destacaba hace días un estudio que arrojaba un resultado inequívoco: de las 23 series que Netflix ha cancelado este año –hasta el momento–, 17 ficciones incluían personajes LGBTQ+ y de razas distintas de la blanca. “Tras la cancelación de ‘Glow’, uno de mis lectores me hizo notar ese análisis rápido y me pregunté si tal vez había un patrón”, explicó Petersen.
Cancelados. La lista incluye sólo a las series estadounidenses dadas de baja por Netflix, lo que deja fuera a muchos otros de los productos que Netflix produce en otros rincones del globo, además de los shows unitarios o de una sola temporada. El gigante del entretenimiento por streaming puso en marcha en 2020 más de 370 proyectos audiovisuales en Estados Unidos, y aunque no hay un porcentaje de las series lanzadas ese año que representan diversidad en pantalla frente a las que optan por un casting normativo, si había una clara apuesta a ser pioneros en la materia. Sin embargo, de las 23 series canceladas,12 son protagonizadas por mujeres. Y de las otras, el 80 por ciento incluye temas multiculturales.
Netflix se ha vanagloriado en no pocas ocasiones de dar cabida a “historias diversas” y aprobar proyectos que en las cadenas de aire tradicionales nunca hubiesen visto la luz. La estrategia tenía un objetivo claro: intentar atraer a nuevas audiencias, a las que se podría estar dejando de lado por meros prejuicios.
Dos ejemplos de ese rumbo son “Sense8” o “The Get Down”, ambas ficciones con un casting variado y argumentos no normativos, pero dos series costosas que necesitaban cifras de audiencia que no lograron (como sí lo hicieron en ese rubro las tiras adolescentes “13 razones” y “Riverdale”). Sus cancelaciones motivaron las críticas en redes sociales de los usuarios indignados. Y varios explicaron los finales en función de supuestas bajas de audiencia, datos que Netflix guarda celosamente.
Críticas. Cuando cancelaron “One Day At A Time”, serie con personajes LGBTQ+ y latinos, la respuesta del gigante del VOD fue que no se tomase la baja “como una indicación de que sus historias no son importantes”. Y agregaron ante el enojo de los espectadores: “El efusivo amor que vemos que este programa estaba recibiendo, es nuestro firme recordatorio de que debemos seguir buscando formas de contar estas historias”.
La cancelación de “Glow”, historia de un equipo de luchadoras de muy variados orígenes, tiene según Netflix otro motivo: la pandemia. Estaba entre las más populares, o al menos con una amplia base de fans, pero la tercera temporada cerró todas las tramas abiertas. La cuarta temporada estaba en los planes, pero este año se alteró todo el esquema de producción.
Sin embargo, varias actrices del reparto denunciaron que sentían que ese supuesto empoderamiento en pantalla era, en realidad, una excusa para hacer representaciones estereotipadas (Kia Stevens, de raza negra, interpretaba a la Reina de las Subvenciones, y Britney Young, latina, a la luchadora Machu Picchu) y que los guiones escritos “por gente blanca, explotaban las raíces étnicas para hacer comedia irónica sobre su procedencia”. Y que finalmente sus personajes eran superficiales, y un apoyo narrativo para las dos protagonistas, mujeres blancas (encarnadas por Alison Brie y Betty Gilpin).
Antecedentes. Las series con foco en la diversidad no son nuevas. Algunas fueron íconos de los '90, como “Ellen” (1994-1998), protagonizada por Ellen DeGeneres, que aprovechó el marco de la tira para confesarle su homosexualidad a una amiga lesbiana (Laura Dern) en un paso de comedia: su personaje –sin percatarse– había encendido el micrófono del megáfono y lo anunció por altavoces a todo el aeropuerto.
Otro ejemplo es “Will & Grace” (1998), que incorporó un personaje abiertamente gay en la pareja de protagonistas: el abogado Will (y por supuesto también al histriónico Jack).Ellen y Will abrieron las puertas del closet a las series dramáticas paradigmáticas de principios de los 2000: “Queer as folk” (2001-2005) y “The L. Word” (2004-2009), las primeras ficciones en las que los personajes eran exclusivamente gays y lesbianas.
Verdaderos hitos de los tiempos de la visibilidad LGBTQ+, incorporaron escenas eróticas entre varones y mujeres sin moralinas. Y habilitaron la inclusión de personajes gays en roles centrales, en series no exclusivamente gays: Omar Little de “The Wire”; Sol y Robert, la pareja de ancianos que deja a sus esposas en “Grace and Frankie”; el proletario Ian y su amor Trevor en “Shameles”; las presidiarias de “Orange is the New Black”; los vampiros de “True Blood” y las orgías pansexuales de “Sense8”, entre otras y otros.
Raciales. Las cancelaciones no son solo para series LGBTQ+, también incluyen muchas series con personajes latinos y negros. Allí se destaca obviamente la baja de “The Get Down”, la ficción de Baz Luhrmann (“Moulin Rouge”) que pasó de promesas en Netflix para 2016 a una de las series más caras y poco rendidoras de la historia de la plataforma, con casi 200 millones de dólares.
Tampoco funcionó “Nola Darling” (sobre una artista con varios novios), que tuvo una pobre recepción de audiencia a pesar de tenerlo a Spike Lee a cargo. Y lo mismo vale para las familiares “No Good Nick”, sobre una chica de 13 años negra, o “Día a día”, con elenco latino, que se cerró en Netflix pero seguirá adelante en el canal Pop. Pero las bajas tampoco son exclusivas de Netflix: en agosto sucedió lo mismo con “High Fidelity”, revival del film de los '90 en formato serie que tenía a Zoë Kravitz (hija de Lenny) como protagonista.
“Quiero saludar a mi familia de High Fidelity. Gracias por el amor y el corazón que pusisteis en la serie. Y gracias a todas las personas que nos vieron, nos quisieron y nos apoyaron”, escribió en un posteo de Instagram en el que criticó la falta de diversidad en Hulu, cadena de la que es dueña The Walt Disney Company: “No pasa nada, al menos hay un montón de programas en Hulu protagonizados por mujeres de color que podemos ver. Oh, espérate”, cerró marcando la poca diversidad que habría en la programación.
Comentarios